Riker se había sentado a mi lado en la mesa, en la que me sentaba generalmente, mientras él ayudaba a entrenar a la gente. A menudo me llevaba un libro para leer mientras esperaba a que terminara su trabajo. Tom se había unido a nosotros unos minutos antes y yo proseguí a disfrutar de mi novela mientras hablaban boxeo. Pero mi mente curiosa fue llevada de vuelta a la realidad en cuanto algo en su conversación despertó mi interés. Una pelea. Mi libro fue colocado a mi lado. Riker se había dado cuenta de mi repentina atención desviada, con los ojos mirando inquisitivamente a él. La conversación se detuvo cuando él tomó mi mano.
"Tengo una pelea." Me dijo.
Su toque se retiró y se volcó a de nuevo a hablar con Tom.
"Espera, ¿qué?" Sacudí mi cabeza. "Dijiste que no peleabas".
"Lo sé, pero algo fue planeado para la noche del viernes".
Siguieron conversando conmigo sentada al lado de ellos. Me miré las manos, jugando con mis dedos, recordando que Riker me había dicho que él no podía pelear con los de su peso. Sería un peligro para su competidor. Fruncí el ceño, apretando el hombro de Riker. Parecía un poco sorprendido por mi interrupción.
"¿Está en tu categoría de peso?" Le pregunté bruscamente.
Él vaciló, mirándome. Parecía que estaba teniendo una batalla interna, no muy seguro si debía divulgar ese detalle.
"Riker." Mi tono exigente.
Mis dedos se clavaron en su piel. Pero frustre más cuando una sonrisa se formó en su hermoso rostro.
"Eres linda cuando estás enojada."
Me estremecí cuando su mano se acercó a rozar mi mejilla. Riker estaba tratando de distraerme y su plan tuvo éxito durante un par de segundos antes de darme cuenta de lo que estaba haciendo.
"Detente y contesta la pregunta." Le respondí.
Sus cejas elevándose ante mi tono no tan placido. Él me dio una sonrisa descarada, hoyuelos apareciendo en sus mejillas. Parecía tan joven.
"No."
La cabeza de Riker inclinada hacia un lado, sonriendo mientras esperaba a ver mi reacción.
"¿No?", le pregunté, arrugando la frente.
"Está en la clase de mayor peso.", Dijo Riker.
Tom había estado observando atentamente nuestra interacción. Claramente sorprendido con mi tono hacia Riker. Mi visión se posó en él para obtener su opinión sobre la situación.
"Bo, no te preocupes por eso. Rik lo noqueará fácil".
Tom golpeó ligeramente a Riker en el hombro mientras se reían.
"N-no lo alientes! E-el chico con el que pelearas, va a ser más grande que tú. Esto es peligroso, Riker."
Yo estaba cada vez más ansiosa. No quería ver a Riker lastimado. Mi mente entonces preguntándose donde iba a suceder. El gimnasio donde los dos muchachos trabajaban nunca le permitiría luchar, y mucho menos en contra de alguien en una categoría de peso diferente. Fue entonces cuando me di cuenta de que no les había dicho.
"Esta pelea no es legal, ¿verdad?" Mi voz era tranquila.
La lengua de Riker pasando sobres sus labios rellenos. Sus ojos mieles mirando intensamente a los míos.
"Técnicamente, no."
"Oh mi dios. Riker no puedes hacer esto. "Hablé desesperadamente agarrando su mano.
"Tom, ¿quieres darnos un minuto?", Preguntó Riker.
"Por supuesto." Él sonrió, se paró y se fue caminando.
La atención de Riker y luego desviándose hacia mí. Me tomó la mano, guiándome a antes de caminar hacia la parte delantera del gimnasio donde estaban los vestidores. El cuerpo de Riker se puso en frente de mí, su altura sobrepasando la mía. Suspiré mientras sus largos dedos movieron mechones de pelo de mi cara.
"Bo, voy a pelear." Su voz ronca me dijo con severidad.
Me di cuenta de que estaba frustrado por la interrupción de su teléfono sonando desde el interior de los vestuarios. Yo ya sabía nuestra rutina habitual, yo tenía que esperar mientras él tomaba la llamada. Él no dijo nada, sólo me dejó por mi cuenta mientras desaparecía por la puerta. Yo seguía enfadada, debido a mis propios pensamientos. Mi cabeza se movió antes de que yo caminara a un ritmo determinado hacia el vestidor de hombres detrás de él. Mi presencia asustó a algunos hombres, pero rápidamente salieron en cuanto vi a Riker. Se había quitado la camiseta y estaba de pie caminando de un lado a otro, sólo en shorts.
"Mira, ya estoy teniendo bastantes problemas con Bo, sin contar los que tengo contigo".
¿Por qué demonios iba a pelear con alguien? Apreté los puños en mis costados. Los hombres y sus egos estúpidos. Él iba a hacerse daño a causa de su bravura y su falta de sentido para saber cuándo retroceder. Mi pecho se levantó, tomando una respiración profunda.
"Ya te lo dije, no depende de ti." Gruñó él en el micrófono. "Yo puedo hacer lo que quiera.", agregó bruscamente.
Yo había tenido suficiente de esto. Mi ira se desbordó mientras di un paso hacia delante agarrando el teléfono de su oreja.
"¿Vas a dejar el jodido teléfono, ¡Riker!?"