37. Parte 1

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Riker cerró la puerta de mi dormitorio, mientras yo rápidamente me dirigía hacia el otro lado del espacio oscuro. Mis dedos tanteando para encontrar el interruptor de mis luces tintineantes. Una vez las encontré la habitación estaba envuelta en un suave color rosa. Me volqué hacia Riker, quien ya se había quitado las llaves, el teléfono y la billetera del bolsillo trasero de sus jeans. La profundidad de sus impresionantes ojos me miraba mientras yo jugaba con mis manos, arrastrando los pies.
Yo sabía que mi nerviosismo era evidente, recibiendo una pequeña sonrisa de Riker.

"Ven aquí".

Sus largos dedos se extendieron a mí, mis pies moviéndose hacia él para aceptar el gesto. Me tragué mi ansiedad, mordiéndome el labio inferior. El brazo izquierdo de Riker se deslizó alrededor de mi espalda, suavemente poniéndome más cerca.

"Ahora estás a salvo. Voy a mantenerte a salvo. "Susurró.

Y yo le creía. Yo sabía que Riker no se detendría ante nada para protegerme. Era difícil describirle a alguien como nuestra relación había comenzado. Pero más en la forma en que se había desarrollado. Podía confiar en Riker con prácticamente cualquier cosa. ¿Es esto lo que se siente al estar enamorado? Estar tan envuelto con alguien, que quieres darle todo.
Riker ya me había entregado su corazón.
Un beso inocente fue intercambiado entre nosotros. Apartándonos, pero aún así nuestros labios seguían rozándose. Nuestras frentes apretadas mientras con cuidado pasaba mi mano por su estómago. Mis manos temblorosas mientras agarraba la parte inferior de su camiseta. La camiseta fue desprendida del largo torso de Riker, frunciendo el ceño cuando las heridas que había sufrido en la pelea se hicieron visibles. Pero a pesar de las imperfecciones todavía se veía impresionantemente hermoso. Su piel bronceada era suave mientras trazaba a través de las líneas definidas de su estómago.

"Tienes que ser un ángel." Susurré, mirando a la cara de Riker.

Sus impresionantes rasgos iluminados por el resplandor de las luces tintineantes. Cabello rubio, hermosa sonrisa, asombrosos ojos miel y labios carnosos. Él no se parecía a ningún otro hombre que jamás haya visto.

"No soy un ángel, bebé." Sus palabras sosteniendo un atisbo de dolor, sus ojos cayendo a donde yo sostenía su mano.

Yo sabía que él había participado en algunas actividades cuestionables y yo todavía no estaba segura de si alguna vez volvería a ser libre de la oscuridad que lo poseía. Pero yo no quería que cambiara por mí.

"Bueno, yo creo que sí."

Levanté su mano a mi boca, dejándole besos delicados hasta los nudillos.

"¿Por qué?", Se preguntó confundido.

"¿Cómo puede alguien verse tan impresionante como tú y no ser un ángel?" Hablé en voz baja. "Esa es la única explicación que se me ocurre." Sonreí.

Él se rió en voz baja por el comentario antes de besarme en la punta de mi nariz. Mis dedos se arrastraron sobre sus fuertes hombros y por sus brazos tonificados, apretando ligeramente en el músculo. Todavía no podía creer que había ganado la pelea. Aún asombrada por la habilidad que había mostrado en el ring de boxeo. Pero mi estado de ánimo rápidamente cambiando, mi mente enfocándose en la causa de su violento regreso.

"¿Qué te dijo?" Mi voz suave mientras miraba a Riker.

Yo no tenía necesidad de decir el nombre. Riker sabía. Su postura rígida, sus ojos fijos en mí. Mis dedos encontraron los suyos, tratando de consolarlo. Su cuerpo pareció relajarse un poco con mi toque.

"¿De verdad quieres saber?" Su tono era un poco duro.

¿Si quería saber? La información desconocida había estado rondando en mi mente desde que había sido testigo de su vuelco contra Scott en el ring. Mi deseo de descubrir el gatillo a la ira de Riker superando la parte sensata de mí, la que me decía que dejara el tema.

"Sí".

Él me trajo más cerca, su pelo cosquilleando mi piel en cuanto inclinó la cabeza.

"Te ahorraré los detalles." Habló con disgusto. Sus mieles ojos fijos en los míos. "Me dijo que te llevaría lejos de mí." La respiración de Riker se había incrementado.

El miedo apoderándose de mi cuerpo, mis dedos apretándose con sus palabras. Yo sabía que él podía decir que estaba asustada, mi presencia acercándose a Riker.

"Yo nunca dejaría a nadie hacer eso. Lo mataré si lo intenta .... Nadie te llevara lejos. "La profundidad de su voz hizo que mi cuerpo temblara.

¿Llevarme lejos? ¿Qué significaba eso? ¿Scott, amenazó con matarme? Riker me aferró a su pecho desnudo, el pánico tembloroso siendo absorbido en su cuerpo. Me sentí segura en sus fuertes brazos. Pero el caos arremolinándose en mi mente aún permanecía. Riker no dejaría que eso sucediera. Él mantendría a salvo. Él me lo había dicho en numerosas ocasiones.

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