49. Parte 2

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  Bo POV

"Tengo que hacer pis." Le informe a Riker, luchando por liberarme de la maraña de extremidades.

Yo revolví su cabello, la distracción me dio la oportunidad de escapar a pesar del cosquilleo de los dedos.

"Ve y haz pis entonces." El se echo a reír.

Agarre el edredón, deslizándolo de la cama antes de que mis esfuerzos se atrofiaran. Mire hacia atrás para ver a Riker, apretando la sabana con fuerza en puños. El desorden de sus cabellos en su cabeza se asomo de su capullo acogedor.

"No." El gimió en un puchero.

Yo estaba en una situación de desventaja si todo se reducía a un tira y afloja.

"Riker, tengo que ir." Mi voz declaró.

"Deja el edredón."

"Pero, yo... Riker, no tengo nada puesto."

Mi labio inferior quedo atrapado entre mis dientes mientras escaneaba el piso por un poco de ropa, todo estaba fuera de su alcance. No había nada que pudiera agarrar rápidamente con solo asomarme cerca de la cama. Una camiseta fue doblada sobre la silla, pero eso aun requería una corrida considerable.

"No me importa." Sonrió Riker.

Por supuesto que no le importaría. Yo en cambio no estaba cómoda dándole un espectáculo. Pero yo realmente necesitaba hacer pis.

Oh, mierda.

Podía sentir el fuego de la visión de Riker mirando mientras yo con cautela me deslice del calor de la cama. Jure ante la sensación fría del aire, decidiendo que no iba a sacar esto por más tiempo de lo necesario. Un chillido se escapo de mi boca mientras Riker apretaba mi trasero en lo que el creía que sería un aliento. Sin duda, me hizo mover. Mi espalda se mantenía con el. Pero mi movimiento apresurado iba acompañado de un silbido apreciativo mientras Riker metía sus dedos en su boca.

"Vamos nena!" grito antes de que yo cerrara la puerta del baño riendo.
Cuando termine de utilizar las instalaciones me prepare para enfrentar a Riker en todo mi esplendor desnudo una vez más. Pero ya no tenía que hacerlo.

"Hay una camisa y unos pantalones cortos en el pomo de la puerta!" Grito.

Abrí la puerta muy poco para descubrir la ropa que Riker había colgado para mí. Le di las gracias con un beso soplado que el acepto con humor desde su posición en la cama. La camisa era familiar para mí, la que yo había adquirido de manera informal desde el vestuario de Riker. Era oscura, a cuadros y mantenía su aroma masculino. Tire de los pantalones cortos antes de revelarme a mi misma a la habitación en la que Riker estaba esperando. El sonrió tendido todavía en la seguridad deseada del edredón.

"Ahora que estas levantada, puedes conseguirme esa taza de té."
Asique eso es lo que él había planeado.

"Pero tu tuviste que haber tenido que levantarte para poner la ropa en la puerta."

El se encogió de hombros inocentemente.

"¡Bien!"

"Buena chica."

"No seas condescendiente." Le regañe, a lo que Riker rio.

Una cinta negra para el pelo fue robado de un lado y lo use para atar mi cabello de mi cara en unas cola de caballo desordenada mientras paseaba por el pasillo. Entre en la cocina de forma rápida, lamentando la elección de mis pies descalzos contra las baldosas heladas. Antes de agarrar las tazas encendí la radio, el reconocimiento de la reciente canción de una banda que yo le introduje a Riker.

No tenía ni idea de porque insistía en el almacenamiento de las necesitadas tazas tan alto. Mi cuerpo tuvo que escalar la encimera de la cocina con el fin de alcanzar el estante superior del armario en extremo derecho. Una vez a salvo, puse las bolsas de té en cada taza y espere a que la tetera hirviera mientras cantaba junto a la radio. El ruido desde el pasillo se ahogo con la música que estaba siendo reproducida, y supuse que era el cartero empujando cartas a través de la puerta principal.

La puerta del refrigerador se abrió, agachándome a un nivel inferior en busca de la leche. Deje escapar un gemido.

"Riker!" Lo llame. "Riker, pusiste el cartón de leche vacía en la nevera de nuevo!"

Era un derecho de plagas cuando se trata de este tipo de cosas. Yo le había dicho antes, si se vaciaba debía ponerlo en la papelera y reciclarlo. Riker nunca parecía aprender. Tome su respuesta silenciosa en señal de desprecio. Tal vez el sabía que yo estaba molesta y estaba eligiendo alejarse. Cualquiera que sea la razón, decidí enfrentarlo.
Sin embargo, pronto descubrí una cama vacía cuando quitaba el edredón. Camine hasta la puerta del baño, golpeando dos veces solo para recoger la ausencia de la presencia de Riker en ese espacio también.

"Riker?"

El estaba en la sala, de espaldas al marco de la puerta. Un par de corredores se habían tirado hasta la mitad inferior de Riker, dejando su torso impresionante a la vista. Yo no podía entender su silencio poco habitual hasta que mis ojos se posaron sobre las dos mujeres que estaba enfocando. Tuve una sensación horrible que estaba interrumpiendo la conversación que había cesado en mi llegada. Pero la incertidumbre no duro mucho.

El cartón de leche cayó al suelo mientras la mayor de las dos mujeres hecho sus brazos alrededor de mi cuello. Debo haber parecido un conejo en un faro. Me apretó con fuerza, obligándome a absorber el perfume de olor dulce que llevaba. Mientras las lagrimas emocionales filtraban hasta llegar a mi piel, yo le correspondí el abrazo en un intento de consuelo. Me sentía desorientada, sin tener ni idea de lo que estaba pasando.

"Gracias por traer a mi bebe de vuelta a mí." Ella lloraba en silencio.  


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