Mi corazón latía en mi pecho mientras me acercaba a la puerta del vestuario. Me aterraba pensar en cómo Riker lucía después de la pelea. Respirando irregularmente, me obligué a seguir adelante. Mis ojos al instante cayeron sobre Riker. La habitación estaba en penumbra, lo que hacía difícil distinguir su rostro cuando se sentó en uno de los bancos. Tenía la cabeza gacha, dejándose caer los cabellos sobre la frente.
"Riker." Dije en voz baja.
Su cabeza se levantó con mi voz. La bolsa de hielo pegada a la parte izquierda de su cara fue bajada y se colocó a su lado. Mi temor sacando lo mejor de mí, no estaba segura si debería quedarme. Me esforcé por ver su cara de mi posición.
"Ven aquí". Su voz rasposa indicó.
Mis dedos nerviosamente jugando con las puntas de mi cabello, mordiéndome el labio mientras avanzaba con cautela. Su pelo estaba empapado en sudor, pegados a su frente mientras miraba hacia mí. Creo que era casi tan cauteloso como yo. Me había preparado para lo peor, pero su aspecto me sorprendió. Sí, estaba ensangrentado y golpeado ligeramente, pero no era tan malo como las imágenes de mi mente con las que me había torturado.
Riker curiosamente me miró por debajo de sus cabellos sudorosos. Era casi como si estuviera conteniendo la respiración, esperando mi reacción. Una mano grande se extendió para que yo la tomara y de inmediato acepté el gesto. Riker rió entre dientes mientras me sentó sobre su regazo. Mi tacto instantáneamente en su rostro, rozando sobre sus mejillas, revisando si estaba herido. Aparté su cabello húmedo. Durante todo el tiempo él no sacó su mirada fija en mí. La sangre por su mejilla proveniente de su nariz, pero no se la rompió."Bo.".
Mi toque viajó por hasta su pecho, inclinándome un poco hacia atrás, las manos de Riker se apoyaron mi espalda mientras revisaba su estómago. Se estremeció un poco, mis ojos como dardos a su cara. Jalé sus brazos, con sus manos en las mías, dándoles la vuelta, examinando sus largos dedos.
"Bo, estoy bien." Él se echó a reír.
Sostuve su barbilla girándole la cabeza de lado a lado, haciendo caso omiso de su comentario. Creo que pensó que lo mejor era que me dejara seguir con mi investigación. Riker se sentó allí, con una sonrisa en su rostro mientras yo continuaba.
Fruncí el ceño mientras él se estremeció, mi pulgar pasando por su labio inferior. Se había hinchado ligeramente obviamente por un golpe. Me incliné hacia adelante presionando un beso a la lesión. Riker no tuvo tiempo de reaccionar antes de que empujara mi pulgar suavemente por sus labios."¿Qué estás haciendo?" Cuestionó mi intrusión.
Achiné mis ojos en la concentración, explorando alrededor de su boca.
"Revisando si todavía tienes todos tus dientes." Le respondí.
Agarró mi muñeca, juguetonamente chupándome el pulgar antes de que lo sacara.
"Es para eso el escudo de goma." Él se echó a reír.
Riker me sonrió mostrándome el blanco de sus dientes. Su sonrisa pícara mostrando que claramente él no había perdido ninguno durante la pelea.
"Ves". Él confirmó.
Suspiré de alivio, con la cabeza caída sobre su hombro mientras envolvía sus brazos alrededor de mí. No me importaba el sudor que corría por su pecho, sólo quería sostenerlo. Sabiendo que estaba a salvo.
"Oh, Dios mío. Nunca he estado tan asustada en toda mi vida. "Murmuré contra su piel sudorosa.
Le dio un beso en la parte superior de mi cabeza mientras yo me aferraba a él. No estoy segura de cuánto tiempo nos quedamos en esa posición. Estaba tan contenta que él estaba consciente y hablando. La idea de lo que podría haber sucedido me hizo sentir incómoda. Pero no pensé en ello por mucho tiempo, sabiendo que me pondría a llorar de nuevo. Yo no creo que pueda soportar más llanto.
"¿No quieres saber cómo lo hice?", Me preguntó en voz baja.
Giré los ojos, los hombres y sus egos.
"No me importa, siempre y cuando estés bien, no importa." Murmuré.
Hubo unos segundos de silencio antes de que sus dedos fueran presionados contra mí, jalándome más cerca en nuestro abrazo íntimo.
"Yo lo tenía sobre su culo del primer round. Lo noqueé en el segundo. "Susurró.
Me moví hacia atrás, mis ojos bien abiertos conectándose con los de Riker. Estos brillaban de emoción, con una sonrisa rápidamente formándose en su rostro. Mi desconcierto claramente causándole humor.
"Q-qué?" Tartamudeé.
"Bo, gané".
Mis brazos envueltos fuertemente alrededor de él, apretándolo. Riker respiró fuerte. Lo empujé hacia abajo para descansar en el banco. Mis labios reuniéndose con los suyos de prisa, en un beso apasionado.