30. Parte 3

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Era extraño ver a Riker entrenar. Esta vez era él el que daba ganchos en las almohadillas. Se veía muy fuerte, en control, su enfoque completamente en la lo que estaba haciendo. Canalizando su ira en algo en lo que era experto. Al tipo que sostenía las almohadillas le estaba costando un poco mientras los guantes de Riker golpeaban continuamente contra estas. Pero yo no podía evitar esa sensación horrible.


"Él va a estar bien, sabes." Tom habló.


Lo vi sentarse a mi lado, mi libro yacía olvidado en mi regazo.


"¿Te dijo contra quien iba a pelear?"


Negué con la cabeza. Yo realmente no quería saber con quién Riker iba a estar en contra. El pensamiento revolvió mi estómago. Imágenes de él inconsciente en el suelo ring de boxeo inundando mi mente.


"El tipo es un hijo de puta." Tom sacudió la cabeza con disgusto antes de continuar. "Es bien sabido que él le saca la mierda a cualquier chica con la que está saliendo esa semana."


Mi mano subió hasta mi boca en estado de shock.


"Te has encontrado a Estefany, ¿no?", Cuestionó él.


"Umm .."


Mi mente corrío hacia todas las caras de la gente que Riker me había presentado. Di un suspiro cuando ella apareció en mi mente. Yo la había conocido, una de las primeras noches que Riker me había llevado a un club. La noche en que había conocido también a Jake. Me estremecí ante el pensamiento.


"Estefany es una de las amigas de Riker."


"Me acuerdo de ella." Asentí.


Ella era hermosa, pelo largo negro, piel clara. Por el poco tiempo que le había hablado me parecía encantadora. Yo no entendía lo que tenía que ver con esta situación hasta que oí hablar una vez más a Tom.


"Ella tiene una cicatriz en la frente."


No necesitaba que Tom siguiera. Náuseas corriendo a través de mí, yo sabía exactamente que le había causado la cicatriz. Es por eso que Riker estaba tan decidido a pelear contra este tipo. Había lastimado a una de las amigas de Riker.

Miré para ver al muchacho de pelo rubio mirándome directamente. Había dejado su entrenamiento, sus guantes removidos mientras iba por un poco de agua. Sus cejas descendieron en un ceño cuando vio mi expresión de molestia. Sentí la mesa moverse cuando Tom se bajó, acercándose a despejar algunos equipos. Mi enfoque cayó de nuevo a mi libro como escuché pies descalzos caminando por el suelo hacia mí. Me negué a mirar hacia arriba. Sumergió la cabeza en el hueco de mi cuello, tratando de obtener una respuesta.


"Estás enojada conmigo." Dijo en voz baja, casi confirmándoselo a sí mismo.


Yo no estaba enojada. Yo estaba preocupada. Sus labios carnosos besando mi cuello, pero me quedé sin expresión hacia él, todavía un poco agitada por el encuentro anterior. Yo jadeé un poco cuando su cálida mano agarró la mía, notándolo vacilar un poco, recordando el dolor que me había causado un corto tiempo atrás. Sus ojos se cerraron brevemente antes de hablar.

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