Mis brazos se aferraron a su cintura. No estoy segura de cuánto tiempo estuvimos parados abrazándonos, pero el abrazo de Riker poco a poco calmándome. Su voz ronca silenciosamente me tranquilizaba, me reconfortaba. Besos fueron dejados en mi mejilla, tratando de atraer a una sonrisa.
"¿Estás bien?" Susurró Riker.
Yo asentí ligeramente mientras me apretaba.
"Bueno... ahora déjame hacerte el amor."
Los eventos anteriores de la noche dejados en el olvido mientras yo tímidamente le sonreia al hermoso muchacho delante de mí. Con que rapidez podía convertir una situación. Di un paso atrás fuera de su control. Sus brillantes ojos mieles nunca me dejaron mientras cruzaba los brazos sobre mi estómago, las yemas de mis dedos encontrando el dobladillo de mi camiseta. Mi labio inferior fue tomado con dureza entre mis dientes mientras levantaba el material hacia arriba. Mi visión oscurecida mientras luchaba por quitarme la ropa en mi estado nervioso. Escuché una risa profunda antes de que sus grandes manos calientes descansaran sobre las mías, ayudándome a deshacerme de la barrera material. Una vez fuera, cayó al suelo.
El rubor en mis mejillas parecía calentar mi totalidad. Me quedé en sostén y jeans. Ambos topless mientras Riker cerraba la distancia. Labios suaves y carnosos instantáneamente sobre los míos, su lengua abriéndose camino en mi boca. No me resistí, mi cuerpo entregándose a él. Riker podía tener todo lo que le podía dar y mucho más. Yo era suya.
Mis manos se apoderaron de la parte posterior de su cuello. Mi corazón golpeando contra mi pecho mientras sentía sus dedos largos moviendo el botón de mis jeans. Di un grito ahogado en su boca mientras él tiró de la cremallera hacia abajo."Shh." Riker consolando. "Está bien, bebé."
Sus palabras susurradas tenían un efecto calmante, aunque mi respiración seguía saliendo temblorosa de mis labios entreabiertos. Dejó escapar una risa mientras me inclinaba para otro beso, nuestras narices chocándose. Pero me quedé congelada cuando sus dedos se engancharon en mis jeans, tirando de ellos hacia abajo sobre la curva de mi trasero. Mi contacto fue con urgencia sobre su pecho desnudo, rozando sobre las marcas que su oponente había infligido durante la pelea. Mi pulgar distraídamente rozó su pezón derecho. El gemido gutural liberado me tomó un poco por sorpresa. Repetí la acción antes de sumergir la cabeza.
"Bo". Sonaba jadeante la voz de Riker.
Mis labios besaron la protuberancia sensible, chupando y lamiendo. Me vi obligada a perder el contacto en cuanto mis jeans se soltaron hasta alrededor de mis tobillos. Riker tomó mis manos y me guío fuera de la ropa. Me sostuvo cuando me tambaleé hacia él. Pero su agarre me liberó cuando él me dejó por mi cuenta. La longitud de mi pelo cayendo sobre mis hombros, ocultando mi sostén negro.
"Mierda." Riker habló.
Sus ojos lujuriosos arrastrándose desde mi cabeza a los pies. Se tomó su tiempo, absorbiendo con amor las curvas de mi cuerpo. Nunca había sido una persona que se bronceara bien al sol y al lado de Riker parecía más pálida que nunca. Pero con él, nunca me había sentido tan hermosa. Miré su linda sonrisa aparecer mientras yo nerviosamente movía los dedos.
"Lindo color". Alagó al barniz azul marino brillante de mis uñas.
"Gracias." Susurré, con timidez.
Ansiaba sentir su calor. Yo no podía esperar más, inicié el contacto. La gran envergadura de las palmas de Riker por todo mi cuerpo mientras tocaba y acariciaba la suave piel. Él sonrió en el beso mientras yo arrastraba las manos hasta un lugar donde sabía que le gustaba ser tocado. Mis dedos instantáneamente serpenteando por su cabello rubio que adornaba su cabeza.
"Eres tan hermosa." Murmuró.
Di un grito ahogado, una mano quedando enredada en los cabellos de Riker y la otra agarrando la parte de atrás de su cuello mientras él me llevaba hacia atrás. Nuestros pies descalzos tocándose cuando nos detuvimos al pie de mi cama. El beso apasionado fue roto. Había perdido la cuenta del número de veces que Riker me levantó de mis pies. Pero en todas las ocasiones el gesto hacia que en mi rostro estallara una sonrisa, una risa pequeña escapando.
Mi cabello se desplegó en torno a mí en cuanto Riker me puso de espaldas en el edredón. Su mirada era casi como con admiración. Sus ojos nunca dejando mi cuerpo."Riker." Susurré con voz entrecortada.
Me acerqué a él, tratando de conseguir que se moviera más cerca. Él obedeció, de rodillas entre mis piernas dobladas mientras llevaba mi mano a su boca. Sus labios de color rosa dejando pequeños besos a la piel. Su gran mano rozando las pulseras decorando mi muñeca mientras su toque se deslizó hasta mi antebrazo y luego de vuelta a mi mano. Lo miraba fijamente mientras sus dedos empezaron a quitar cuidadosamente las joyas. Sus ojos se clavaron en mi cara mientras los brazaletes fueron sacados uno a uno. Mi brazo fue girado, Riker inclinándose para presionar su boca caliente en la parte posterior de mi muñeca desnuda.