"Buena chica". Susurró.
Sus manos se deslizaron hacia abajo y luego a mis costados, tomándose tiempo para frotar delicadamente sobre mis caderas, mi estómago y mi trasero. Di un suspiro en apreciación cuando agarro mi trasero, apretándolo con las manos y masajeando mis nalgas. Estábamos parados bajo el agua humeante, sus fuertes brazos rodearon mi cintura mientras el jabón perfumado era lavado. Un suspiro escapó de mis labios cuando inesperadamente Riker bajó para deslizar sus largos dedos entre mis muslos. Su voz ronca me tranquilizó, manteniéndome pegada a su frente mientras él exploraba. Gemí cuando sus extremidades se pusieron en contacto con mi entrada, aún adolorida de su intrusión pasada. Mi visión se dejó caer cuando retiró su presencia. Cabello mojado cayendo sobre mi frente.
"Mierda", murmuró Riker con aire de culpabilidad contra la piel de mi cuello.
Yo sabía que él había visto. Mi pequeña mano se apoderó de la suya, guiándola bajo el chorro de agua. La sangre limpiándose de sus puntas hacia abajo al agujero del tapón. Él me abrazó contra su cuerpo desnudo, suavemente incitándome a abrir mis piernas un poco más con su muslo. Mi espalda se mantuvo presionada contra su pecho.
"Por favor, déjame hacerte sentir bien." Él casi suplicó. "Sólo aquí". Su índice ligeramente presionado a mi clítoris. "En ningún otro lugar."
Tomó la falta de respuesta como asentimiento. Riker comenzó a frotar suavemente sobre la protuberancia sensible. Sus hábiles dedos se centraron en una sola área mientras me susurraba cosas dulces al oído. Mi cuerpo cansado era sostenido por el suyo, besando mi cuello y por encima de mi hombro. Mi brazo levantado, enganchándose a la parte trasera de su cuello, mis dedos presionando contra su nuca. Podía sentir su erección creciente presionando cada vez más dura en mi espalda. El sonido de mí, gimiendo su nombre, obviamente excitando al chico de cabello rubio que continuaba dándome placer. El agua todavía cayendo sobre nosotros, los sonidos suaves que escapan de nuestros labios no podían ser escuchados por nadie más.
"Bo". Susurró Riker sin aliento.
Podía sentir el ardor intenso comenzando a difundirse en mi estómago, sus dedos largos todavía acariciando atentamente la necesidad entre mis piernas. Su velocidad y presión alternadas me dejaron sin aliento. Pero se sentía diferente esta vez. Yo estaba más débil, mi peso desesperadamente tratado de encontrar soporte en su brazo flexionado mientras me quedaba aferrada a su nuca. Los músculos de Riker tensándose mientras me abrazaba. Yo iba a caer, no sé cuánto tiempo más podría aguantar parada, el placer creciendo dentro de mí. Mi mente daba vueltas, incapaz de concentrarse en nada. En mi cuerpo abundando el calor, el vapor del agua caliente el aumentando la temperatura ya incrementada. El toque de Riker estaba en todas partes, abrumador. Era demasiado. La intensidad era demasiada.
Un zumbido en mis oídos empezó antes de que me apoderara de su brazo en un intento desesperado por conseguir que cese sus acciones implacables. Mis dedos ahora tomando en puño los cabellos largos en la nuca de Riker."R-Riker." Lloriqueé.
Él no me escuchó. El sonido del agua que brotaba enmascarando mi súplica. Mi contacto apretandose con su nombre. Yo sabía lo que inminentemente iba a llegar, esto había ocurrido antes. Fue una experiencia horrible que había tenido el disgusto de sentir un par de veces de más. Mis pestañas revolotearon mientras trataba de combatir, pero salí derrotada.
"Me voy a desmayar." Le dije a Riker desesperadamente.
"Bo". Dijo con susto.
Su brazo estrecho, sosteniéndome cerca de él, pero ya era demasiado tarde. Mi cuerpo se desplomó, mis rodillas doblándose cuando me dejé caer hacia Riker.
***
"Bo". Susurró una voz masculina.
Mis ojos se abrieron mientras mechones de cabello húmedos fueron apartados de mi cara. Me sentía desorientada, mi cabeza seguía girando. Miré hacia arriba para encontrar a Riker cerniéndose sobre mí, sus cabellos rubios húmedos colgando alrededor de su rostro. Las motas en sus ojos brillantes aparentemente más prominentes mientras me miraba.
"Hola, Hermosa.", Sonrió. "¿Cómo te sientes?"
"Mejor". Respondí en voz baja.
Su postura se relajó un poco con mi confirmación. Riker me sonrió, apareciendo los hoyuelos en sus mejillas mientras se introducía a una broma privada.
"¿Qué?", Cuestioné.
Él sacudió la cabeza antes de que sus brillantes ojos mieles se encontraran con los míos.
"Eso nunca me había pasado antes. Una chica desmayándose, en medio de un orgasmo." Él se rió entre dientes.
"No te hagas ilusiones, hacia demasiado calor allí."