Su visión se lanzo en Tom cuando yo todavía estaba obstruida por su cuerpo. Riker frunció el ceño, su tono de voz más profunda, cejas juntas.
"Tom, ella sigue siendo mi novia."
Me sentía expuesta cuando mi defensa me dejo por mi cuenta. Mi cabeza cayó al suelo, sintiendo mal preparado para llegar tan cerca de la persona que había causado la ira furiosa minutos antes. Las lagrimas amenazante en mis ojos cuando capte un vistazo de Riker limpiándose la sangre de los nudillos en sus pantalones. Momentos después, un toque cuidadoso inclino mi barbilla hacia arriba.
Yo no podía entender, parecía un ángel. Ojos brillantes, labios rosas. ¿Cómo tanta ira y odio podía venir de alguien que quitaba la respiración con tan solo verlo? Anime suavemente su calor lejos de mi cara. Mi mano se levantó para retirar con cuidado el material de la capucha gris, permitiendo que sus suaves cabellos escaparan y se movieran ligeramente con el viento. Mientras lo observaba, llegue a descubrir alarmantemente pequeñas manchas de color rojo salpicado en la parte superior de su camiseta a cuadros revelada.
Trague saliva mientras se inclinaba cautelosamente hacia mí, mi cabeza se volteo ligeramente. No era la primera vez que me había negado a su beso. Riker hizo una pausa; facciones de dolor en sus rasgos hermosos mientras sus cálidos labios se posaban en la esquina de mi boca, Él no tuvo que ir muy lejos de que su voz llegara a mis oídos.
"Te amo, Bo." Riker susurró
Mi respiración se enganchaba, mi mejilla rozándolo mientras estaba íntimamente cerca. Su declaración silenciosa revolvió mi estomago. Nunca había oído a nadie admitir cualquier cosa con tan cruda emoción.
"Dilo." Riker rogo en silencio. "Por favor... dime que me amas."
Mi cuerpo se estremeció cuando el agarro mi mano, manchas de la sangre que quedaba en mi piel. Mire desesperadamente a Tom, que se adelanto con la mirada urgente. El toque de Riker se deslizo de la mía en la derrota. Tom no pudo ser capaz de reemplazar la sensación de vacío mientras él gentilmente me apartó de Riker. Ojos marrones trataron de llamar mi atención que repetidamente vagaban de nuevo al ángel ensangrentado.
"Ve y espera en la puerta."
Asentí con la cabeza, siguiendo sus instrucciones. Mis pies me llevaron a la esquina, pero me detuve, mi espalda presionando al ladrillo fresco mientras escuchaba secretamente la conversación.
"Mierda." Maldijo Riker. "La he perdido."
Podía ver intrusión a ciegas de las palabras que se intercambian.
"No, no, ella solo está en estado de shock. No te preocupes, va entrar en razón." Aseguro Tom.
"Ella tiene miedo de mi, podía verlo en sus ojos. Ella no quería que la tocara."
"Bo va a estar bien, ella es más fuerte que tú, dale crédito correspondiente."
Hubo una pausa.
"Yo la amo."
Gire mi cuerpo, los dedos plasmados en los ladrillos de la esquina para mirar alrededor. La cabeza de Riker estaba hacia abajo hasta la levanto al foco de Tom. Un soplo fuerte expulsado de mi cuerpo mientras los ojos de Riker al instante cayeron en mí. Parecía herido, sin saber que hacer.
"¿Me llamaras cuando ella este en casa a salvo?".
"Por supuesto."
"Gracias, Tom... por todo."
"No te preocupes."
Vi como dos hombres se despidieron. Riker curiosamente me observaba mientras salía de mi posición protegida, aprovechando lo poco de valor que me quedaba. Tom me encontró a la mitad del camino, tomando mi mano entre las suyas, conduciéndome por el callejón.
"Vamos, Bo."
Pero yo no podía salir, no así. Riker había pasado demasiado tiempo en busca de algo que nadie había parecido lo suficientemente valiente como para dárselo. Amor. Mis dedos se escurrieron mientras Tom pronuncio mi nombre en confusión.
Mi cuerpo ignoro el sonido, dando pasos vacilantes hacia la alta figura que quedaba en la oscuridad. La capucha había sido tirada hacia arriba, ocultando los cabellos que moría por pasar mis dedos por ellos. Sus brillantes ojos observaban atentamente mis movimientos. No tenía sentido de ser tímido ahora, mi mano se engancho en la parte posterior del cuello de Riker. Un suspiro escapo de mis labios presionando un beso delicado al calor de su mejilla.
Tan rápidamente como había sucedido estaba caminando lejos, devuelta a Tom que estaba esperando. Él extendió la mano con una sonrisa, aceptando el gesto rápidamente nos dirigimos hacia la carretera. Pero no antes de dejar una última mirada, mi cabeza girando a presenciar el marco imponente de un hombre saliendo de las sombras.
"Te amo." Articule.
La curva inconfundible de sus labios carnosos calentó mi corazón mientras silenciosamente el hizo eco de mis palabras.