Me aferre a Riker, mis tobillos se cerraron alrededor de su cintura mientras el fuertemente me cargaba por las escaleras hasta su piso. Su pelo estaba enredado entre mis dedos, mis labios besaban su mandíbula mientras Riker jugueteaba con las llaves en la cerradura. La puerta se cerro de golpe con su pie, presionándome contra la madera mientras torpemente sus dedos pasaban la cadena de la puerta. Metí la cara en el hueco de su cuello, las manos cosquilleaban bajo la chaqueta que llevaba Riker que mantenía la ropa debajo. Me sentí segura mientras me abrazaba aun mas en su reconfortante calor, absorbiendo el calor duro, y a la vez la inhalación de un olor que parecía nublar mis sentidos. Pero la comodidad pronto se transformo en deseo, desde suaves besos a marcas de la pasión blandiendo en su piel mientras mis labios sin compasión aspiraban en la base de su cuello. Un gruñido áspero, seguido de un aliento bruscamente inhalado y apretando con dureza mi trasero, fueron las respuestas de Riker.
"Quiero tenerte."
"Déjame bajar." Reí
Mis pies tocaron el suelo, alejándome mientras Riker acechaba hacia adelante. El pasillo estaba iluminado débilmente, pero no fue difícil detectar la sonrisa seductora que se plasmaba en su rostro. Había apenas un par de centímetros que separaban nuestros cuerpos necesitados. El calor latente de los ojos de Riker se mantuvieron en broma sobre mí mientras se desvestía, tomándose su tiempo para quitarse la chaqueta oscura que llevaba. El material cayó al suelo.
"Quiero ser sucio contigo."
La frente de Riker clavada en la mía, arrugando mi vestido mientras una mano rozaba tranquilamente la parte interior de mi muslo. El hoyuelo fue identificado mientras afectivamente cesaron sus esfuerzos, apretando mis piernas juntas.
"Paciencia."
Agarrando el material de la camisa de Riker, que lo tomo por sorpresa, lo empuje contra la pared con la mayor fuerza posible para mí. Hinchados labios abiertos de placer, ojos cerrados. Yo disminuí la distancia entre nosotros, tratando de desabrochar la camiseta de Riker a toda prisa. Su movimiento repentino, tirando de ambos lados de su camisa para arrancarla con fuerza, abriéndola, me dejo en las nubes. El sonido de los botones se escucho cuando golpearon el piso. Yo nunca había visto algo tan desesperadamente caliente, mis manos palmadas en el estomago y pecho expuestos de Riker. Parecía casi como un Dios, todo bronceado y musculoso... y todo mío.
"Me gusta cuando eres ruda conmigo." Admitió Riker.
Las últimas palabras apenas habían salido de su boca antes de que rascara con mis uñas el largo de su torso, asegurándome de dejar unas líneas planteadas, dejando evidencia de mi gesto severo.
Maldijo entre dientes.
"Te voy a llevar a mi cama."
Mi corazón bombeaba con su promesa, presionando un beso fuerte en donde el aire caliente fue expulsado. Lamentablemente me aparte de la tentación de sus labios, girando y caminando por el pasillo. Mis zapatos fueron pateados pero me detuve en la puerta de la habitación cuando me esforcé por oír sus pasos finales. Mire detrás de mí para descubrir que había estado observando cada uno de mis movimientos. Su mirada caliente ardía en mi piel, yo sabía que él deseaba descubrirme. Nos pusimos de pie directamente frente a frente, a una buena distancia entre nosotros mientras el descuidadamente rozo su ropa por sus anchos hombros. Pude notar con rapidez que el cuerpo de Riker era lo más cercano a la perfección, en mis ojos por lo menos. Incluso la variedad de cicatrices que había sufrido durante las peleas celebro una belleza fascinante y algo cautivadora. Me preguntaba si alguna vez se volvería a abrir completamente y decirme el origen de todos los recordatorios permanentes.