"Lo sé." Susurré, una pequeña sonrisa curvo en mis labios.
No intercambiamos mas palabras, sólo besos y toques suaves. Era como si él estuviera tratando de quitarme el miedo. Su nariz suavemente empujó mi mejilla, deseando que yo correspondiera. Mis dedos se deslizaron en el cabello de Riker, forzando un ronco gemido de su boca cuando tiré de sus cabellos. Ya sea estando en un momento caliente, apasionado o en gesto reconfortante, aprendí que Riker amaba que alguien para jugara con sus suaves cabellos. Mis dedos levemente rascaron el cuero cabelludo para persuadir otro sonido excitante de sus labios. Pero la gran mano de Riker viajó hasta debajo de la camisa a cuadros que llevaba, palmeó mi pecho y me estremecí. Sus movimientos cesaron inmediatamente. Su cara hizo un gesto de comprension.
"¿Eres sensible?"
Evité un poco contestar eso, no completamente cómoda con discutir sobre los pros y contras de mi cuerpo. Riker continuó preguntandome mientras yo me ponía debajo de él.
"Estás en tu período?"
"Riker." Me quejé, mis mejillas empezaron a calentarse.
La curva pequeña de sus labios me dijo que estaba divertido por mis malas ganas de responder.
"No hay necesidad de estar avergonzada."
"Estás encima de mí mientras discutimos sobre mi ciclo
menstrual, es un poco incómodo, Riker."
Se rió de mi respuesta fuerte, rodando hacia un lado, nuestra conversación anterior aparentemente olvidada.
"¿Puedo hacer algo por ti?"
El miel de sus ojos brillaba, mirándome por debajo de algunos cabellos sueltos antes de empujarlos hacia atras de nuevo.
"Como tienes calambres, creo que tengo un poco de paracetamol en el armario".
Antes de que yo pudiera responder, Riker ya estaba de pie y caminando hacia la puerta. Miró a su alrededor cuando lo llamé por su nombre, sus labios entreabiertos mientras permanecía interrogante.
"Estoy bien." Sonreí. "Pero tal vez algo caliente para poner en mi estómago".
***
Salí del cuarto de baño sólo para descubrir que Riker había desaparecido, ya no estaba donde yo lo había dejado sentado en el borde de la cama. Mi visión examinó la habitación, reconociendo que algo estaba ausente o fuera de lugar, pero no pude descubrir que era lo que faltaba. Un profundo suspiro emitido antes de que me dirigiera a la puerta del dormitorio. Mi atención se despertó, tenía a mis pies dirigiéndome hacia al final del pasillo, cautivada por un sonido musical suave.
Mis dedos junto al marco de la puerta de la sala de estar, mi curiosidad cayó al instante sobre Riker. Estaba sentado en el sofá, con una ligera inclinación. La guitarra, cuya ausencia había reconocido desde la habitación de Riker, se apoyaba en su rodilla derecha. Cabellos se dejaron caer sobre su frente mientras tarareaba con concentración. Lo único que podía hacer era escuchar con asombro como el hermoso sonido de su voz ronca resonó por toda la habitación caliente. La longitud de sus dedos moviendo el pick, rasgueando las cuerdas. Nunca me había imaginado alguna vez a un Riker del tipo de música, me pareció un gran contraste con su trabajo bastante físico. Pero ahora escuchandolo, el tono de su voz, acariciando las palabras que se me hacian familiares, hizo que mi corazón sintiera derretirse, perdiendo con el mi compostura.
Camine tranquilamente hacia la parte trasera del sofá, haciendo una pausa mientras Riker notó mi presencia. Él me miró, mis labios presionaron un beso en su mejilla.
"Por favor, sigue." Susurré.
Los bellos sonidos continuaron para filtrar el aire mientras me sentaba a su lado.
“But if I kiss you, will your mouth read this true,
Darling how I miss you, strawberries taste how lips do,
And it’s not complete yet, mustn’t get our feet wet,
‘Cause that leads to regret, diving in too soon,
And I’ll owe it all to you, oh, my little bird, my little bird.”
Yo estaba fascinada con él, capturando mi atención. Me di el gusto de observar el perfil lateral de su cara mientras cantaba. La pleno forma del corazón de sus labios color rosa, haciendo un mohín con ciertas palabras. Sus pestañas oscuras parecían más largas estudiando a Riker desde mi posición, profundizando la parte superior de las mejillas cuando él parpadeó. Los músculos de sus antebrazos se hicieron evidentes con las mangas enrolladas hasta arriba, dedos largos fácilmente viajan arriba y abajo del mástil de la guitarra. Parecía tranquilo, mostrando el control que el sabía que poseía.
Cuando la canción terminó Riker se volvió hacia mí, poniendo la guitarra a un lado. El ligero tinte rosado en sus mejillas me hizo creer que no estaba acostumbrado a una audiencia.