53. Parte 2

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  "Maldita sea." Exclamé.

Apreté mis palmas en la ventana mientras Riker se detenía en un camino de grava. Era preciso decir que nunca había visto una casa como aquella, a excepción de algo por la televisión. Riker había minimizado por completo en tamaño del lugar, y la belleza.

"Lo sé, está bien." Riker rio suavemente.

Nos detuvimos en el borde de césped, había una serie de otros coches, no todos ellos estacionados tan perfectamente como Riker, pero estaban alineados en todos los colores. El coche de Riker era el único negro.

Pequeñas piedras crujieron bajo mis Vans cuando camine alrededor del capot para llegar a Riker. Mi cuerpo se ajusto estrecho al suyo, un brazo suyo envolviéndome y fijándome en mi sitio. Sus dedos estaban extendidos encima de mi hombro izquierdo, acción que reafirmaba la promesa de mantenerme siempre a salvo, siempre bajo su protección.

Nuestros pasos perturbaron la grava, nuestro movimiento casi al tiempo del son del bajo que sonaba a través del lugar, silencioso. Mis piernas trabajaron al doble, dos pasos por cada uno de Riker mientras nos acercábamos a la moderna residencia. Era un enorme edificio de ladrillos rojos, la música sonaba a través de las ventanas, lindas enredaderas de flores trepaban por los costados de la puerta principal. Era un real contraste. Coberturas gruesas marcaban los limites que bordeaban la casa, me hubiera gustado estar en la casa a la luz del sol y sin la música perjudicando la vista.

"Vamos por atrás."

Era obvio que había estado aquí antes, guiándome hacia otra entrada escondida de la primera vista del lugar. Riker se movió detrás mío, guiándome hacia la puerta trasera de la propiedad.

"No tiene sentido llamar, solo entremos."

Nos recibieron con una gran sonrisa, Estefany me envolvió en un abrazo antes de dirigirse a Riker.

"Ya me preguntaba si venían." Bromeó.

El azul de su vestido veraniego complementaba su oscuro color de piel, quemando sus iris marrones con su gran sonrisa que llegaba a sus ojos.

"Gracias por invitarnos."

"Me alegro de que estén aquí."

Estefany me agarro de la mano y me guió a través de la gente al otro lado de la cocina. Como siempre, Riker me seguía de cerca por detrás., su presencia sombreaba mis movimientos. Siempre relacioné las sombras con el frio, bloqueando la calidez del sol y por lo mismo, siendo mas siniestras, condenando a la oscuridad. Pero eso era antes de conocer a Riker.

"Quieres un trago?" Estefany lucho para hacerse oir.

Asentí con una sonrisa. Una mano se cerró en mi hombro mientras Riker se inclinaba sobre mi un poco para llegar a la oreja de Estefany. Mi empeño por descifrar las palabras de su boca no tuvo éxito. Pero el significado de la conversación cobro sentido cuando Riker se separo unos segundos después.

"Por supuesto que no." Ella respondió con firmeza.

Tenía la sensación de que Riker estaba educándola acerca de mi nivel de tolerancia al alcohol, y la pequeña cantidad que vertió en mi vaso reafirmó mis sospechas. No me importó, nunca había sido una bebedora masiva.

"Haz, hay cerveza por ahí."

"Estoy manejando."

"Una no hace daño."

Acuerdo mental se hizo mientras Riker maniobraba, un poco descuidado, en torno a los jóvenes de la habitación. A nadie le parecía importar el ser chocado, o tal vez porque sabían que era Riker de quien se trataba. Ningún individuo debe haber querido iniciar una discusión diciéndole "ve por donde caminas."; nada bueno saldría de eso.

Dark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora