"Mamá".
La mujer seguía amorosamente pegada a mi mientras Riker se movía hacia adelante.
"Mamá." Casi gimió, claramente algo avergonzado por el gesto sorprendente de su madre.
Nuestro abrazo fue interrumpido cuando sus brazos se soltaron orgullosamente de mí. Ella suavemente curvo sus labios, secándose los ojos con un pañuelo. Me reí al escuchar la risa de una mujer joven. Su pelo rubio corto se balanceo ligeramente mientras ella miraba alrededor para presenciar mi diversión. Sus ojos la delataban, tenían el mismo cautivador miel de Riker. Rydel. Tenía que ser. Pero mi intriga pronto se respondió.
"Bo, esta es mi madre Stormie, y mi hermana, Rydel." Hizo un gesto con respeto. "Yo no sabía que iban a venir."
El tono cortante que utilizo me hizo saber que estaba un poco molesto. Conociendo a Riker probablemente habría querido organizar una reunión y no solo lanzarlo. Pero no me importaba, me complacía verlas finalmente.
"Estábamos en la zona."
"Es un placer conocerlas a las dos." Sonreí.
"Tú también, cariño."
Nos quedamos en silencio durante unos momentos, el brazo de Riker a la deriva para encajar alrededor de mi espalda, los dedos acariciando cuidadosamente en un esfuerzo por relajarme. Dos pares de ojos estaban fijamente mirándonos, sonriendo a la afección suave que se estaba dando. Sus miradas curiosas llevaron a suponer que no estaban acostumbrados a ver este lado de Riker. Me pregunte si alguna vez lo habían visto con una chica en absoluto.
"Aun estas en pijama." La madre de Riker casualmente comentó, su piel se arrugaba alrededor de sus ojos mientras sonreía.
Sentí un apretón sobre mi cadera cuando Riker me acerco aun mas a su lado.
"Mama, nosotros nos acabamos de levantar."
"Es casi medio día, cariño."
Era una madre preocupada por su hijo, tal vez demasiado, por no haber sido capaz de cuidar a su hijo durante los últimos cuatro años. Debió haber sido difícil adaptarse a la situación actual, un salto en el tiempo, perdiéndose en la crianza de Riker convirtiéndose en un adulto joven. No estaba descuidado, era la ausencia de parte de Riker. Pero antes de que nadie pudiera responder, una voz jovial hablo.
"Bueno, probablemente anoche estaban haciendo algo más divertido que dormir." Delly ahogo una risita musical detrás de su mano.
Mi cara se encendió en una sombra brillante de color rosa mientras el pecho desnudo de Riker se convirtió en el tema de interés. El mordisco de amor que le había hecho en un acto de pasión parecía cada vez más prominente en la nueva luz. Esta avergonzada sombra por el pensamiento de mi propia madre al descubrir las marcas que había dejado en el cuerpo de Riker. Esta fue mi primera y única impresión que tuve que dar a la familia de Riker, y habíamos prácticamente solo rodado de la cama en una noche activa bajo las sabanas. Oré por algún tipo de alivio, una distracción, cualquier cosa.
Yo apresuradamente cambie mi cuerpo en frente de Riker, con la esperanza de ocultar su piel recién esgrimida. Me frote la mejilla con el puño de la camisa que actualmente me adornaba, tratando de zafarme de la incómoda sensación. Un abrazo se apretó en mi cintura juguetonamente. Delly seguía riendo mientras volteaba un poco mi cabeza para comunicarme un poco más en privado.
"Ve a ponerte una camisa." Murmure a Riker casi con dureza.
El parecía muy entretenido por mi mortificación, con los ojos brillando con humor.
"Ven conmigo."
Me tire hacia el marco de la puerta, haciendo lo mismo detrás de Riker.
"Disculpen, vamos a cambiarnos. Siéntanse como en casa." El indico para que ellas tomaran asiento en uno de los sofás de cuero.
***
"Oh, Dios mío." Murmure, dejándome caer de nuevo en la cama con las manos ocultando mi rostro. "No puedo creer que eso acaba de suceder."
Las sabanas estaban todavía en un lio en la parte superior del colchón, la evidencia de la repentina partida de Riker antes de abrir la puerta a sus invitados inesperados. Incluso con mis pensamientos girando, su olor todavía se infiltraba en mi conciencia, el confort y la tentación, todo agradablemente en uno."Bo, está bien."
"No." Le disparé hacia arriba. "No está bien, nosotros acabamos de ser descubiertos por tu hermana delante de tu madre. No es un gran primer encuentro."
¿Por qué el no sentía la misma sensación de culpabilidad que yo? Mis manos fueron tomadas, levantándome del colchón. Un beso fue presionado contra mi mejilla mientras yo fruncía el ceño en el abrazo. El gesto me puso un poco a gusto.
"No tienes que preocuparte." El sonrió para tranquilizarme. "Me voy a dar una ducha, te dará una oportunidad de hablar con ellas."
Riker continuo en su búsqueda para encontrar algo de ropa limpia. Una camiseta gris se levanto solo para que cayera de nuevo al suelo después de que Riker olfateara la tela. Lo seguí alrededor de la cama.
"¿Por mi cuenta? ¿Sobre qué?" Ansiosamente interrogue.
"No sé, cosas de chicas." Hablo, hurgando en un cajón. "Las mujeres siempre encuentran algo de que hablar."
"Creo que la generalización es un poco amplia."
"Bo, no van a morderte."
Riker se volteo al no recibir la risa que estaba esperando, mirándome por unos momentos antes de cerrar el espacio entre nosotros. Tomó mi mejilla cuando me aleje del contacto de sus ojos.
"Ellas van a amarte." Nuestras narices se frotaban. "Porque te amo."
Era obvio que la frase era todavía un poco extraña para nosotros, las palabras en voz baja todavía provocaban mariposas en mi estomago. Yo correspondí el afecto, expresando mis sentimientos por Riker, causándole sonreír.
"Ahora, sigue adelante." Dijo, dándome vueltas y golpeando ligeramente mi trasero.
Mi dura mirada se encontró con una mueca burlona en sus labios. Riker me guiño un ojo antes de tararear mientras se abría camino al baño. Solo tomo unos minutos para hacerme más presentable, encontrando algo de ropa que había dejado en su casa pro visitas anteriores. La camisa se mantuvo, pero combinaba con un chaleco debajo. Mi cabello se quedo en mi cola de caballo desordenada. Hasta que me diera una ducha no había mucho que pudiera hacer al respecto. Pantalones fueron retorcidos por mis piernas antes de que hubiera un golpe en la puerta. Hubo un pequeño retraso, Delly apareció en la puerta. Parecía no tener en cuenta mi estado nervioso, moviéndose hacia delante a la habitación de Riker, como si fuera suya.
"Pensábamos que te estabas escondiendo de nosotras." Ella se echo a reír. "Vamos."
Con eso mi mano se tomó entre la suya y me guio por el pasillo hasta donde la madre de Riker todavía estaba sentada en el sofá.