Dan y yo habíamos quedado a cargo de cerrar la tienda mientras Steve estaba afuera visitando a sus familiares. Mis dedos rutinariamente hojeaban los álbumes, colocándolos en orden alfabético. Era una tarea que se me había hecho familiar después de que los clientes decisiones rápidas y colocaban los álbumes de nuevo en lugares indebidos. La tienda estaba vacía, Dan estaba chequeando y ordenando los pedidos en el cuarto de atrás.
Cuando el sonido de la puerta de la tienda hiso eco, yo no le preste mucha importancia escogiendo otro álbum para moverlo, las hebras de cabello metiéndolas atrás, despejando mi visión."Lo siento estamos cerrados." Le grite de espaldas.
Me arrastre un poco más a lo largo del pasillo, en busca de la sección "T". Pero mis oídos llegaron rápidamente a distinguir el golpeteo de unos pasos pesado sobre la base de la canción que estaba reproduciendo. Una extraña sensación floto a través de mi cuerpo. Era una sensación extraña, algo me decía que quien quiera que sea no tenia ninguna intensión de irse.
"hola hermosa."
Me tense. El saludo normalmente producía un hormigueo en mi totalidad, con las palabras roncas que eran habladas de la boca de un hombre de pelo rubio. Mi labio inferior tembló mientras mi vientre caía. El ruido del plástico me hizo saltar, el álbum que sostenía se había caído a mis pies. Mi mano temblorosa subió a mi boca, tratando de ocultar el aliento escapado de mi cuerpo petrificado en sollozos. Podía sentir el calor que emitía la figura parada detrás de mi.
No era Riker.
Cuando me quede parada, mi muñeca fue tomada antes de que mi cuerpo dolorosamente fuera girado rápidamente. Mis temores fueron confirmados cuando mire al hombre que Riker había derrotado en el ring de boxeo. Yo no tenía ninguna posibilidad. Me di cuenta que utilizo su estructura amenazante a su favor, la intimidación era su objetivo mientras permanecía incómodamente cerca de mí. La tinta negra arremolinándose en su brazo era el rasgo distintivo que me había llamado la atención anteriormente en la semana. No tenía absolutamente ningún deseo de estar a solas con este hombre. Todo lo que quería era Riker."¿no estás contenta de verme, Bo?" sonrió Scott.
La curva de sus labios tenía un borde siniestro, que provocaba un escalofrió por toda la superficie de mi piel en carne de gallina.
"Vete a la mierda." Reñí, Tirando de mi brazo hacia atrás.
Scott, profundamente rio de mi débil amenaza.
"Ahí está esa chispa luchadora.", se burlo.
Ojos marrones brillaron hasta mi pecho. El asco me inundó, creyendo que estaba mirando a la piel expuesta por mi top de corte bajo, pero me sorprendió cuando sus dedos cogieron la cadena alrededor de mi cuello. Mi visión temerosa escaneaba la puerta, un escape que parecía poco a poco convertirse en imposible.
Riker estaba como a diez minutos. Si corría, podía llegar allí en cinco minutos."¿esto es de él?" Scott pregunto con una inclinación de cabeza.
Su pregunta rompió mi atención, regresándome al hombre amenazante. Mi pequeña mano protectoramente arrebató el pendiente de sus manos húmedas, poniéndolo a salvo en mi top. Pareció encontrar la acción divertida."Tal vez podría darle algo a Riker... algo para que te recuerde, ¿eh?" su voz se profundizo mientras hablaba las últimas palabras.
Di un paso hacia atrás con terror, mi cuerpo choco contra un exhibidor. Mi corazón latía con fuerza, mi pulso acelerado mientras mi mente trabajaba a toda marcha. Scott me iba a matar. Rápidamente me di cuenta de que la situación se había previsto, sabiendo que destruiría a Riker estar tan cerca pero no sabía nada de los eventos siniestros que se producían a solo un par de calles más. Estoy segura de que Scott sabía nuestros arreglos, tal vez quería prolongar estar tortura hasta que Riker viniera a recogerme al trabajo. El quería terminar mi vida delante del chico que amaba.
La sonrisa de Scott era repugnante, el estaba disfrutándolo, disfrutando el miedo que producía. Mis pensamientos confusos volvieron a Estefany. Como alguien pudiera siguiera considerar una relación con el hombre horrible que actualmente me sujetaba con la mirada. El brazo de Scott salía mientras trataba de correr. La longitud de mis olas oscuras se enrollarón firmemente alrededor de su mano, tirando de el con dureza de nuevo para forzar un grito ahogado de mi boca. La acción agonizante, mi vulnerabilidad era cada vez más una desventaja.