Poco después del cosquilleo que Riker había iniciado, yo me había metido en la ducha, rápidamente preparándome para el trabajo. Mi pelo mojado estaba trenzado en mi espalda, mis dedos sosteniendo el extremo mientras yo lo terminaba con la liga de cabello que Riker dejó para mí. Estaba a punto de ir a buscarlo en la cocina cuando un fuerte golpe se escuchó desde la puerta principal.
"Bo, puedes abrir?" Riker habló.
"Por supuesto".
Jalé el frente de mi blusa escotada antes de caminar por el pasillo. Mis dedos se apoderaron de la manija fría antes de abrir la puerta. Yo no pude evitar dar un paso atrás. El hombre de la puerta era enorme, su altura cerniéndose sobre mí, al igual que la de Riker. Mi boca parecía secarse mientras miraba hacia él, sus labios sosteniendo una sonrisa.
"Hmm, yo estaba esperando a alguien un poco más alto.", Él bromeó. "y Riker?"
Tatuajes por alrededor de uno de sus brazos fuertes, una manga de color oscuro impresa en su piel. La tinta se detenía en la tela del brazo de su camiseta. Me tragué mi miedo antes de girar mi cabeza de vuelta al apartamento.
"Riker." Le dije.
Mi enfoque rompiéndose de nuevo cuando sentí una mano grande y sudorosa en mi hombro. Me quedé congelada, su toque corriendo por mi cuello para acariciar mi barbilla. Su sonrisa estaba lejos de ser amigable, sus ojos fríos arrastrándose hasta mi pecho.***
"Eres la chica de Riker?"
Volví a pensar en la última vez que alguien me hubiera preguntado eso. Jake. Mi respuesta fue un no contundente. Pero muchas cosas han cambiado desde entonces. El chico con la oscuridad oculta inconfundible en sus impresionantes ojos mieles me movía del piso, literalmente, en algunos casos.
"Sí.", le contesté con cierta brusquedad antes jalar su muñeca lejos de mí. "Riker", gritó mi voz, con bastante urgencia detrás de mí.
El muchacho de pelo rubio apresuradamente apareciendo momentos después. Su buzo colgando bajo de sus caderas y poniendo su camiseta sobre su cabeza antes de caminar rápidamente hacia nosotros. Parecía menos que feliz por la situación actual en frente de él. Mi brazo fue tomado en su mano grande y me jaló suavemente detrás de él. Él se paro firme y protectoramente antes de girar hacia mí.
"Ve y espera en la sala de estar." Hablaba en voz baja.
Apreté suavemente su mano antes de obedecer, mis pies moviéndose rápidamente hacia el salón. El enfoque de Riker estaba ahora en, lo que parecía ser, un huésped no invitado. Mis dedos se colgándose en el marco de la puerta, asomándome para ver la interacción.
"¿Qué demonios es lo que quieres?", Preguntó Riker con los dientes apretados.
"Fui enviado para asegurarme de que no arrugues en lo de esta noche." Él casi se rió.
"Voy a estar allí." La voz de Riker dura.
Miré con ansiedad el intercambio entre los dos hombres imponentes. Mi corazón latía cuando me di cuenta de los largos dedos de Riker lentamente enroscándose en un puño a su lado. Pero mi visión se desvío hacia el otro hombre que me miró alrededor de Riker. La sonrisa en su rostro me puso nerviosa, a pesar de que sabía que Riker nunca le dejaría llegar a mí. La naturaleza excesivamente protectora de Riker tendría al gran hombre clavado en el suelo en cuestión de segundos.
"Me gustaría verla a ella ahí también.", Sonrió el hombre.
Mi cuerpo se puso rígido. Los ojos mieles de Riker se encontraron con los míos. Su suavidad endureciéndose antes de que él giró y empujó al hombre en el pecho. El hombre se tambaleó hacia atrás ligeramente.
"Vete a la mierda." Riker dijo rudamente.
"Nah amigo, prefiero ir a follarme a ella". Él se echó a reír.
La puerta fue rápidamente cerrada en su rostro. La respiración de Riker era errática cuando su espalda estaba pegada a la madera. Me di cuenta de que estaba tratando desesperadamente de aferrarse a cualquier tipo de calma que poseía. Vacilantemente me dirigí hacia él, consciente de que todavía estaba enojado.
"¿Riker?"
Mi voz era tranquila. Su cabeza permanecía inclinada, no encontrándose con mi mirada mientras se concentraba en encontrar equilibrio. Mi mano se levantó lentamente a su cabeza, mis dedos acariciando los suaves cabellos, yo sabía que eso lo calmaba por experiencias anteriores. Su profundo suspiro me dijo que mis intentos estaban teniendo éxito. Mi cara bajó ligeramente, encontrando el calor de su mejilla antes de colocar un pequeño beso en la piel.
Su cabeza se levantó para encontrarse con mi mirada cautelosa. Di un suspiro cuando él agarró mis manos, apretándolas mientras con los pulgares frotaba sobre la parte posterior."¿Te lastimó?" Preguntó ansiosamente esperando mi respuesta.
"No", le contesté, porque no quería provocar una reacción innecesaria.
Mirando nuestras manos, las suyas mucho más grandes que las mías. El simple gesto me hizo sentir segura en su presencia.
"Cuando te escuché gritar mi nombre .." Su voz se quebró.
"É-él sólo me daba miedo." Le interrumpí.
La postura de Riker pareció relajarse un poco, con los labios dejando un beso suave en mi boca. Nuestras frentes presionadas juntas, inhalando el aliento del otro. Sus pestañas largas cosquilleando mi piel.
"¿Es el hombre con él que peleas esta noche?", Le pregunté en voz baja.
"No, es el gilipollas de su hermano." El tono de Riker sosteniendo disgusto.
Mis dedos se cerraron alrededor de los suyos, formándose un nudo en mi garganta.
"No quiero que peleés." Susurré, con lágrimas en mis ojos.
Los fuertes brazos de Riker trayéndome en un abrazo protector, mi cuerpo envuelto por el suyo.
"Lo sé, bebé."