37. Parte 7

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Mordí la cadena, la mirada lujuriosa de Riker parecía calentar mi cuerpo. Sus caderas aún continuaban moviéndose suavemente, pero el ritmo se hizo un poco más rápido. Luché para equilibrar mi respiración, el aire se sentía limitado, incapaz de satisfacer mis necesidades.

"Bo, e-estas tan estrecha." Tartamudeó.

Mis dedos fueron liberados, la gran mano de Riker agarrando el cabecero encima de mí. Los músculos de su brazo se tensaban continuamente mientras sus caderas se encontraban con las mías. La cadena cayó de mis labios. Su respiración pesada saliendo, sus ojos completamente cerrados. Cuando los abrió, la oscuridad mostrada me llenó de temor. El miel brillante reemplazado con negro. Yo sólo lo había visto mirándome así una vez, mirando directamente a través de mí. Un sollozo escapó de mis labios cuando Riker dio un empuje particularmente doloroso. Mis uñas arrastrándose por su reluciente espalda desnuda. Él gimió en respuesta, agarrando mi cadera. Sus dedos profundamente presionados en mi piel, sosteniéndome en el lugar mientras continuaba adentrándose en mí. No hubo besos, nada íntimo en la situación. ¿Es esto lo que las otras chicas habían experimentado? Con otro fuerte impulso se hizo obvio para mí. Riker no estaba acostumbrado a ser suave. Él se cerraba a cualquier sentimiento relacionado con el sexo. Nunca había sido nada más que cosa de un día con él.

"Riker". Dije con urgencia.

Las lágrimas por mis mejillas una vez más. Quería besarlo, descubrir el juguetón, cariñoso muchacho del que me estaba enamorando. Mis dedos rozaron desesperadamente por su cara, a toda prisa tratando de captar su atención.

"P-Por favor." Gritó mi voz.

Mi toque le hizo sacudir su pelo, sus ojos cerrándose, su ritmo al instante comenzó a desacelerarse. Lo bajé por el cuello, su frente presionando a la mía. Los movimientos de Riker se hicieron menos fuertes, el miel brillante de sus ojos volviendo gradualmente mientras me miraba. La transformación fue sorprendente y me hizo preguntarme si el muchacho bonito por encima de mí tenía la menor idea de lo que acababa de suceder. El alivio me inundó ... Pensé que lo había perdido.

"Bo". Susurró.

Sus labios fervientemente cubriendo los míos en un beso apasionado antes que salpicaran pequeños besos por toda mi cara. Riker soltó la cabecera de la cama, liberando mi cadera y apoyando su peso sobre sus antebrazos. Hacía tanto calor, el sudor goteando de sus cabellos húmedos, por su cuello mientras me ocultaba con su cuerpo desnudo.
Su movimiento variaba de impulsos cortos y rápidos a lentos y tortuosos. Mi boca se abrió, luchando por respirar mientras su ritmo disminuía de nuevo. La sensación era tan intensa, tan abrumadora. Pero nada como lo había sido hace unos minutos. Eso fue duro, doloroso. La respiración de Riker era pesada, con su vista en mi cara todo el tiempo. Atentamente me observaba, tratando de ver cómo reaccionaba a las diferentes velocidades.

"Te gusta despacio?" Susurró en confirmación.

Asentí con cansancio, sus acciones dejándome sin habla. Estaba haciendo el amor conmigo. Lento y romántico. No podía concentrarme en otra cosa que en Riker. Todavía se sentía incómodo, pero era soportable. Mis dedos se arrastraron por su espalda, sonrió, ligeramente gimiendo. Su fuerte cuerpo arqueándose hacia mí mientras repetía las acciones con mis uñas.

"Mierda". Él gimió roncamente.

Mi cabeza fue empujada a un lado, Riker sumergiendo la suya en el hueco de mi cuello. Pequeños, suaves sonidos escaparon de mis labios mientras él mordía ligeramente en la piel sensible. Dejé escapar una risita forzada, cuando empujó su nariz contra mi mejilla mientras él gemía en voz baja, tratando de llamar mi atención. El segundo que volqué la cabeza, los labios hinchados de Riker fueron presionados con urgencia a los míos. El beso fue dulce y juguetón, un lado de Riker que sólo yo había visto, no había nadie más. Sus caderas todavía siguieron reuniéndose con las mías, el aire alrededor aumentando en la temperatura.

"¿Todavía duele?" Murmuró.

Su pregunta me tomó un poco por sorpresa y no tenía sentido en mentir acerca de la respuesta. Sus ojos mieles explorando atentamente los míos mientras esperaba mi respuesta. Riker recibió mi pequeño asentir. Alejando su espalda, su expresión era de dolor mientras absorbía mi revelación. Sus cejas en un ceño.
El fuerte cuerpo de Riker se movió por encima de mí, una mano grande rozando a través de mi estómago y hacia donde nos conectamos. Mis ojos se abrieron en pánico. Me apresuré a agarrar su muñeca. La preocupación brillando en su rostro.

"No puedo." Le dije desesperadamente.

"Pero yo quiero hacerte sentir bien." Riker habló, sus cabellos en punta cosquilleándome en la frente.

Mis dedos entrelazados con los suyos, tratando de mover su mano.

"P-Por favor, no, es demasiado." Susurré.

La mirada de sus hermosos ojos me hizo creer que estaba desesperadamente pidiendo mi perdón. Pero mis palabras fueron mal interpretadas, Riker pensando quería detenerlo por completo. Cuando se movió a salir suavemente de mí, tomé su cadera.

"No.. Quiero sentirte."

Yo sabía que él era consciente de lo que estaba pidiendo. Pero él todavía parecía reacio a cumplir.

"Por favor." Sonreí débilmente.

Inclinándome hacia arriba, mis labios contra los suyos, mis dedos encontrando sus ahora húmedos cabellos. Riker tarareó profundamente en el beso. Manteniendo el ritmo mientras seguía dentro de mí. El aliento caliente siendo emitido en el pequeño espacio entre nuestras bocas, vulgaridades saliendo de la figura de ángel encima de mí. Riker estaba luchando para aguantar, pero segundos más tarde grandes manos se deslizaron por debajo de mí. Di un grito ahogado, mi torso levantándose del colchón en cuanto Riker me abrazó con fuerza entre sus brazos. Mi cabeza cayó hacia atrás mientras me dio unas cuantas compresiones rápidas. Me envolví alrededor de su cuerpo.

"Mierda ... Bo." Riker gimió.

Mi respiración parecía salir a tirones de mi garganta mientras sentía a Riker temblar dentro de mí, liberando su calor en el condón. Nuestros pechos estaban apretados, el latido de nuestros corazones retumbando tan furiosamente como el del otro. Besos fueron presionados por su cuello, una vena prominente que sobresalía en cuanto Riker salió de su orgasmo.
Me puso con cuidado sobre las almohadas, mi cuerpo sintiéndose adolorido, completamente agotado cuando quede en el edredón. Riker dulcemente besó mis labios antes de colapsar sobre mí.

Dark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora