41. Parte 2

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Yo había visto por afuera de la ventana más temprano por la tarde, el cielo se había caído, mojando todo lo que no estaba protegido. Pero el tiempo había mejorado en el último par de horas, todavía nublado pero ya no llovía.

"Tus agujetas están desatadas." Riker comentó casualmente mirando a mis botas. "Te puedes caer de nuevo."

"Oh".

Empecé a agacharme, pero una mano cálida cesó mi movimiento.

"Yo lo hago".

Una tímida sonrisa se extendió sobre mi boca cuando Riker se puso de rodillas delante de mí. Su expresión adorable hundiendo mi corazón mientras miraba hacia arriba. Parecía casi inocente, sus labios rosados entreabiertos, sus ojos brillando. Sus pestañas revolotearon cuando yo suavemente aparté algunos cabellos sueltos que habían escapado de su gorro, mis dedos rozando sobre su mejilla antes de que él inclinara la cabeza, volviendo a atar mi agujeta.

Riker casi tarareaba mientras yo distraídamente jugaba con los cabellos pequeños de su nuca, la acción reconfortante para los dos.

El sonido de la puerta de la tienda me distrajo, miré a mí alrededor justo a tiempo para ver de cerca, pero no había nadie a la vista. Mis labios fruncidos, explorando por el aparcamiento, vi al hombre cuya presencia no me había pasado desapercibida en la tienda donde yo trabajaba. Mi respiración se aceleró, mi boca secándose mientras su cabeza se volcó ligeramente, y me dio la oportunidad de echar un vistazo para reconocer sus rasgos en mi mente.

Segundos después, desapareció por la esquina.

"Bo?"

Mi cabeza se lanzó hacia abajo, esperando ver a Riker todavía en cuclillas en el suelo, pero él ahora estaba de pie, mis agujetas atadas.

"Bo, te pregunté si estabas bien?" Él frunció el ceño.

"Yo-yo .. Sí, estoy bien." Tartamudeé. "Gracias".

Él no parecía muy convencido, pero procedió a llevarme a su coche de todos modos. Me sentía segura con Riker. Mi mano enganchada en uno de sus brazos, él no dejaría que nadie me haga daño. La puerta del pasajero se mantenía abierta, la presencia de Riker persistente mientras esperaba a que yo subiera. No me había dado cuenta de que lo estaba mirando fijamente hasta que él me habló.

"¿Qué?" Él sonrió.

Una mano grande aún sostenía el marco de la puerta del vehículo, sus músculos tensos bajo la camisa a cuadros negra que llevaba. La prenda estaba desabrochada, revelando una camiseta blanca, el dobladillo ligeramente cubriendo el cinturón negro de sus jeans. Mientras asimilaba la imagen en frente de mí, los labios de Riker se extendieron en una sonrisa. Me encantaba su pelo largo, los cabellos dándole una apariencia más joven hasta que te encantabas con la vista de su físico musculoso. Los hoyuelos de sus mejillas deberían haber mayormente un contraste, pero de algún modo Riker lograba lucir su apariencia, adorablemente lindo, mezclado con innegablemente sexy.

"Te ves muy lindo." Sonreí.

Me resultaba difícil comprender cómo se las arreglaba para verse tan atractivo sin esfuerzo.

"Lindo?", Se rió Riker.

"Creo que es tu gorro y tus hoyuelos... eres adorable."

Mis dedos juguetearon con un cabello pequeño que se había escapado de su gorro.

"Bo, no se supone que sea adorable, soy un chico."

Vi a Riker como juguetonamente flexionó sus músculos.

"Bueno, yo creo que sí."

Su toque se deslizó por la puerta, cerrándola de golpe. La acción repentina me hizo saltar. Mi visión flotó de nuevo a Riker, su sonrisa haciendo acto de presencia una vez más. La mirada en sus ojos me recordaba a un depredador acechando a su presa, poco a poco avanzando en la de matar. Dejé escapar un chillido bastante femenino como mi cabeza fue empujada a un lado por la de Riker, palabras prometedoras siendo susurradas a mi oído.

"Te voy a mostrar que es adorable." Murmuró entre dientes.

No había pasado ni un segundo y Riker ya me había levantado del piso, elevándome hasta que mis piernas se envolvieron alrededor de su cintura. Mi sorpresa le hizo reír profundamente. Sus grandes manos sosteniéndome y apretando por donde la espalda cambia de nombre. La acción me distrajo mientras Riker aprovechó la oportunidad para atacar a mi cuello, sus labios calientes suavemente dejando chupones. Suspiré, agarrando su nuca y enterrando mis uñas en su piel bronceada provocando a un ronco gemido salir de la boca de Riker. Él me tenía apretada contra un lado de su coche, dominándome mientras yo susurraba su nombre en la vulnerabilidad.

Fue en ese momento que sentí un poco de lluvia salpicar sobre mi mejilla, la segunda gota aterrizando en mi nariz. Me eché a reír suavemente mientras Riker continuaba tratando de demostrar un punto, nuestra ropa siendo salpicada por la humedad.

"Riker". Hablé sin aliento.

Mi espalda se arqueó contra su fuerte torso, sus labios gruesos rastreando mi mandíbula.

"Deja de reír. Estás arruinando mi momento masculino. "Riker murmuró.

"Está lloviendo." Yo le informé, más bien divertido.

Mi cuerpo rozando el suyo mientras Riker me tenía tan cerca como sea posible, permitiéndome deslizarme de su agarre.

"Continuará". Su voz ronca sonaba casi amenazante.

La puerta del pasajero se abrió de golpe una vez más, esta vez con un poco más de prisa, las gotas de agua cayendo a un ritmo más rápido de las nubes oscuras

Dark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora