Capítulo 38

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Llegamos a la entrada donde había algo parecido a una caseta de seguridad, detuve el auto cerca de esta, el seguridad parecía dormido, pero cuando iba a llamar su atención vi que abrió la ventanilla.

- Buenas noches joven – Me saludo – ¿En qué puedo ayudarla?

- Buenas noches, alquile una casa acá.

- Permítame su apellido y una identificación por favor.

- Becher – Busque mi licencia de conducir.

- ¿Becher? – Pregunto.

- Sí, señor, aquí tiene – Le pase mi licencia, este la tomo.

- ¿Jennifer Becher?

- Sí, señor – Amy se estaba moviendo despertándose – ¿Algún problema?

- No, es que Becher no es un apellido muy común y me recordó a alguien – Rio por lo bajo, encendió una luz para ver mejor la licencia y su rostro cambio a uno de sorpresa.

- ¿Eres la hija de Bruce y Elizabeth?

- Si – Fruncí un poco el ceño, Amy ya estaba despierta y estaba pendiente a la conversación.

- Te has vuelto toda una mujer – Sonrió – Eres idéntica a tu madre.

- Disculpe, ¿Lo conozco?

- Es normal que no me recuerdes, mi nombre es Joel, la última vez que estuviste aquí tenías unos siete años y en el funeral no pude acercarme a ti.

- Disculpe

- No, no te disculpes, fue un día muy fuerte para ti – Carraspeo – Pero en fin me alegro mucho de que estés aquí – Me paso un pequeño folder junto con mi licencia – Acá están las llaves, el número de la casa, solo debes seguir derecho este camino, todo está como lo solicitaste.

- Gracias Joel.

- Detrás está mi número, cualquier cosa me avisas, estoy aquí porque mi empleado tuvo una emergencia, pero normalmente estoy en la casa que esta al subir la colina, no dudes en ir si necesitas algo.

- Muchas gracias.

- Tengan un buen fin de semana.

- Hasta luego – Me despedí, el me dio paso y entre al lugar, Amy tomo el folder.

- Nos tocó la numero seis, es la última – Leyó en el papel – No mencionaste que habías estado aquí antes.

- Cuando le comenté a mi papá sobre el sueño con mi madre me hablo de este lugar cuando se lo describí – Le respondí – Solíamos venir de vacaciones, tengo recuerdos vagos, pero es muy tranquilo y tiene atardeceres hermosos.

- Por eso fue tu primera opción cuando buscábamos a que área venir – Sonrió.

- Si, mañana podemos ir a una tienda que está a unos cuantos minutos y comprar algo de comida.

- Está bien.

Conduje por unos minutos hasta llegar a la última casa, estaban a una distancia considerable una de la otra, aparque el carro en el estacionamiento, al abrir la puerta del auto se escuchaba en mar y eso me encantaba, la casa era hermosa, parecía una cabaña por sus terminaciones en madera, Amy abrió la casa mientras yo bajaba las cosas del auto, al entrar me quede impresionada, era muy acogedora, primero lleve las maletas, luego fui por los regalos, cuando todo estuvo dentro cerré la puerta y me uní a Amy que estaba viendo la casa, tenía una sala, un pequeño comedor, una cocina y una puerta que daba a la terraza con unos muebles alrededor de una fogata que daba al mar, esto era en el primer piso, en el segundo piso tenía dos habitaciones ambas con baños y la principal con un balcón que daba a la playa, nos quedamos un rato ahí mirando el mar.

Quiero conocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora