18: Plan perfecto

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Pablo.

No pude evitarlo, una vez vi salir del baño a Jessica con ese vestido tan ceñido a su cuerpo, lo único que pensé fue en besarla. Me ponía muchísimo sea donde sea, vestida como sea. Y últimamente no paraba de desearla encima de mi o yo encima de ella, ella era la chica que más me había hecho sentir, por eso era tan adictiva.

—Hermano, ¿te quedas a dormir? —escuché la voz de Pedri al lado mío mientras apagaba la tele.

—¿Qué hora es? —pregunté.

—Casi la una, y mañana hay entrenamiento a las nueve —se levantó estirándose.

—Joder, es verdad, ¿por qué es tan pronto? —me quejé.

—Yo que sé, Xavi querrá que entrenemos más para el clásico del domingo...

En ese momento Pedri y yo escuchamos el sonido de la puerta abriéndose, su hermano apareció todo arreglado y con una sonrisa en la cara.

—¡Andaaaa! —exclamó Pedri yendo a abrazar a su hermano—. ¿Qué tal te ha ido la cita?

Yo también me levanté a saludarle con un abrazo y dos palmadas en la espalda.

—¿Qué cita? —le pregunté sonriendo—. ¿Has salido con una chica? —Pedri asintió—. ¡Joder, ya era hora hermano! —exclamé riendo.

—Bueno, tu tampoco estás para hablar eh —intervino Pedri mirándome—, lo tuyo no son citas, es sexo puro.

Me alcé de hombros y volví a ver a Fernando.

—Parece que estes hipnotizado bro, va, ¡cuéntanos que tal!

Al final acabamos los tres sentados en el sofá. Pedri y yo estábamos mirando a Fer, esperando a que empezara a soltar cosas sobre su cita.

—Bueno, pues para mi ha estado bien. Primero empezamos hablando para conocernos más, y luego acabamos besándonos.

—¡¿Qué?! —exclamó Pedri.

—Joder tranquilo, Pedri. Que solo se han besado —reí—. ¿Y cómo fue él beso? Salvaje, aburrido, sexy...

—Fue bonito y suave...

—Menos mal —dijo Pedri, parecía que hoy fuese él el hermano mayor.

—Besaba muy bien —continuó hablando Fer—, sus labios sabían a fresas...

—¿Quién era la chica? —pregunté con curiosidad.

—¡Ja! ¿Te lo va a decir a ti? Ni si quiera me lo quiere decir a mi. —Pedri ironizó.

—¿Qué dices? —me empecé a reír.

—Lo que oyes.

—Es que paso de que sepáis quién es, de momento no os lo voy a decir —dijo Fernando.

—Bueno vale, pues será la chica misteriosa entonces —Pedri rodó los ojos.

—Pues la chica misteriosa me acaba de hablar —dijo Fernando mirando su móvil. Pedri y yo nos acercamos rápidamente pero él tapó el móvil y los dos nos quejamos—. Me ha dicho que si el martes repetimos.

Mi amigo y yo empezamos a reírnos sin saber muy bien por que, Fer estaba rojo como un tomate.

—¡Eso es genial! —Pedri exclamó.

—¿Qué le digo?

—¡Que si! ¿Eres tonto hermano? —le dije.

—Ya, pero no sé a dónde llevarla y tampoco voy a tener tiempo para pensar, el domingo vamos a Madrid...

—Llévatela a Madrid —propuso Pedri.

—¡Si hombre, y la rapto ya si quieres también! —ironizó su hermano.

—No, pero no le digas que es para ver un partido, a menos que le guste el fútbol... Dile que vais a visitar la ciudad.

—Creo que no le gusta el fútbol.

—Pues entonces dile, "¿te vienes el domingo a Madrid?"

—¿Y si me dice que no? —preguntó inseguro.

—¡Pues que le jodan! —exclamé—. Si te dice que no es que es una tía aburrida.

—Vale —rodó los ojos y empezó a escribir en el teclado del móvil—. Me ha dejado en visto.

—Espérate Fer, ahora te contestará —Pedri le animaba.

Esperamos unos minutos hasta que los tres escuchamos una notificación del móvil de Fer. Los tres nos miramos atentos y Fer vio el mensaje.

—Me ha dicho que si puede traer a una amiga...

—Cuantas más mejor —dije riendo.

—Dile que si, total vamos a ganar contra el Madrid —Pedri se alzó de hombros seguro.

—Ya se lo he dicho —Fer sonrió—, y me ha dicho que perfecto.

—Pues ya está tío, vuestra segunda cita va a ser en el Santiago Bernabéu, increíble —reí.

Decidimos que ya nos íbamos a ir a dormir, mañana había que entrenar intenso para el partido del domingo.

Los dos hermanos durmieron juntos en una habitación y a mi me dejaron en la de invitados.

Al día siguiente Pedri y yo nos despertamos antes que Fer. Desayunamos juntos y nos preparamos para ir al entrenamiento de esta mañana. Una vez allí vimos a nuestros compañeros de equipo.

—Llegáis tarde eh —Ferran se acercó a nosotros cuando nos vio.

—El puto Gavi, que no se levantaba de la cama —Pedri se quejó dándome una colleja.

—Pues haberte ido tú solo —rodé los ojos.

—Xavi dice que hagamos equipos —intervino Eric.

—Dale va, yo con Pedri no voy —bromeé riendo y me gané otra colleja de su parte.

Jess.

—¿Que nos vamos a Madrid? —mi mejor amiga tenía una cara de extrañeza inmensa.

—Si —me alcé de hombros mientras me acababa mi desayuno.

—¿Y eso por qué? —preguntó desanimada.

—Fer me ha invitado y he pensado que sería mejor si vinieses conmigo, así te despejas de todo después de lo de esta semana...

—No me apetece —se quejó.

—Vamos Leire, después de la ruptura no te puedes quedar todo el día encerrada en casa —le cogí las manos—. Hazlo por mi, que yo tampoco quiero ir sola...

Así es, Marcos y Leire lo habían dejado hace poco menos de una semana. Yo me enteré en cuanto me llamó Leire y desde entonces mi mejor amiga estaba bastante apagada.

—¿Pero qué vamos a hacer allí?

—Pues visitar la ciudad, salir de copas o de fiesta, no tengo ni idea. Yo quiero seguir con Fer y a ti te hace falta un poco de marcha así que es el plan perfecto. Así yo me olvido un poco de Gavi, que no quiero pensar en más en él, que me estreso.

Nos quedamos un rato calladas, yo con morritos intentando convencerla y ella mirándome mal.

—¿Cuándo nos vamos? —aceptó por fin.

—Mañana por la mañana —me acerqué a abrazarla—. Ya verás que nos lo vamos a pasar bien. Confía en mi.

—Eso espero —sonrió levemente.

—Va, hazte una mochila hoy y mañana paso a recogerte a las once de la mañana.

Ella asintió y yo salí de su casa.

Debilidad | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora