10: La mala de la película

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Pablo.

En el vestuario estábamos todos cantando saltando y gritando. Sin duda hoy era de los mejores días de mi vida. Por la victoria y por lo que había costado conseguirla.

—¡PABLITO QUE NOS VAMOS A SEMIS! —Álvaro Morata se me acercó abrazándome.

Yo dejé de beber de mi botella de agua y reí. Todos estábamos eufóricos y la música en el vestuario estaba a toda hostia. Este partido no fue fácil, sabíamos que Bélgica era una selección difícil. Empezó el partido y a los veinte minutos yo marqué gol con asistencia de Pedri. Luego diez minutos después marcó Kevin De Bruyne y justo antes de que acabara la primera parte, marcó Morata. En cuanto empezó la segunda casi marca de nuevo De Bruyne pero Unai lo paró aunque en el rebote marcó Carrasco. Y finalmente cuando a penas quedaban diez minutos marcó Ferran con asistencia de Dani Olmo.

Thiago bajó un poco la música cuando el mister entró en el vestuario, también muy emocionado por la victoria. A su lado estaba Sira quien se fue corriendo hasta Ferran. Algunos de mis compañeros les picaban diciéndole comentarios y yo solo reía.

—¡Harry Potter! —escuché que el mister le decía a Pedri abrazándole.

Pedri había hecho un partidazo, era increíble lo suyo.

—Y el hermano de Harry Potter —se acercó a mí a darme la enhorabuena.

Luego se nos acercó Sira al vernos.

—Sois increíbles —nos abrazó a los dos—. ¿Vais al hotel ahora?

—Yo ahora me tiro directo a la piscina me da igual —bromeé.

—Y yo voy detrás —Pedri me siguió el royo.

Sira se rió y se fue a felicitar a otros compañeros. Yo me levanté dispuesto a irme a ducharme y quitarme todo el sudor de encima.

•••

Me desperté en mi habitación del hotel por la alarma que me había puesto la noche anterior. Ayer al volver del partido solo cenamos y cada uno se fue a dormir porque hoy teníamos que entrenar duro para pasado mañana que eran las semifinales.

Salí de mi habitación cuando ya estaba vestido y me había lavado la cara. Al llegar al comedor, algunos ya estaban desayunando. Cogí mi plato y me senté en una mesa redonda donde estaban Ansu y Pedri.

—Buenos días —me dijo Pedri sonriente.

Ansu ya se había recuperado de las lesiones y sin duda era un de los goleadores del equipo junto con Ferran.

—He dormido como el culo hoy. Tenía un calor increíble —dijo Ansu.

—Pues yo no —intervino Pedri.

—Normal, si eres canario —rodó los ojos.

—Yo también he tenido calor pero tampoco tanto —dije—. ¿A qué hora es el entrenamiento?

—Después de comer, ahora tenemos sesión de recuperación —me respondió Ferran, quien ahora se había sentado en nuestra mesa.

Me tomé mi zumo de naranja, mis tostadas y me levanté cruzándome con Sara, una de las fisio. Ella también era Sevillana al igual que yo. Era de pelo castaño, piel bronceada, delgada pero con buen cuerpo y bajita.

—Gavi, te toca masaje conmigo en un rato ¿vale? —me avisó. Yo asentí sonriéndole y ella se fue dejándome donde estaba.

Debilidad | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora