Jessica Arias, una chica que necesita algo de dinero para poder ir de viaje a su ciudad natal, Londres. Decide comenzar a dar algunas clases particulares de inglés pero lo que ella no se esperaba es que su alumno fuese un futbolista sevillano inmadu...
Me colgué mi bolso del hombro en cuanto noté que el AVE estaba a punto de frenar. Ya habíamos llegado a Madrid y eran las 13:00.
Sira, Fer, Leire y yo nos levantamos dispuestos a desembarcar con nuestras cosas en la estación Atocha. Yo ya había venido aquí un par de veces, creo que de los cuatro que estábamos, ninguno era la primera vez que pisaba la capital.
Presenté a Leire a Sira y a Fernando, se habían caído bien de primeras, esperemos que sea así siempre. Pero bueno, conociendo a Sira y a Fer, seguro que se comportan bien con ella.
—¿Dónde vamos? —preguntó Leire, que había estado durmiendo todo el trayecto.
—Yo pediría un taxi e iría a buscar algo para comer, aquí todo esta muy lleno si llegas a la hora —propuso Sira.
—Pero ya no nos va a dar tiempo a visitar mucho la ciudad ¿no? —intervino Leire de nuevo.
—Esta noche puede que vayamos a una discoteca o algo —dijo Fer.
—¿Puede? —pregunté yo mirándole.
—Si, no está seguro... —se rascó la nuca pensativo y yo noté que Sira y Fer estaban algo raros.
—Fer, ¿qué pasa?
Fer en ese momento miró a Sira y ella asintió, entonces el canario comenzó a hablar de nuevo.
—Bueno, seguramente te habrás preguntado por qué de repente te dije que si te querías venir conmigo a Madrid.
—Pues la verdad que si —respondió Leire por mi ganándose un codazo de mi parte.
—Hoy juega el barça contra el Madrid aquí, entonces me pareció buena idea que vinieses, ya de paso que yo tenía que ir...
Pensé un momento en toda la información que mi cerebro estaba procesando en ese momento. Me había convencido a mi misma de irme a Madrid por dos días para no pensar en nadie más que no sea conocer a Fer, y va me dicen que hemos venido aquí por que el barça juega y tenemos que ir a ver el partido.
Miré a mi mejor amiga, ella parecía que no le hubiese importado nada lo que había dicho Fer pero a mí la verdad que me había dejado algo descolocada. Creía que era una excursión de amigos y poco más pero resulta que no.
—Entonces, depende de si gana el Barça o no, iríamos de fiesta por que nos invitan —habló Sira para que el ambiente no se volviese incómodo—. No pasa nada ¿no?
Leire negó con la cabeza. Tenía claro que no me iba a acercar a Gavi en todo lo que estuviésemos aquí, si no mis hormonas me iban a traicionar en cuanto le viera.
—No, claro que no —sonreí, había conseguido tranquilizarme—. ¿A qué hora es el partido?
—A las nueve —Fer parecía aliviado al ver que no me había afectado.
—Perfecto entonces, así tenemos tiempo de pasar un rato por aquí —Leire fue la última en hablar antes de que saliésemos de la estación dispuestos a buscar algún bar.
Nos pasamos toda la tarde visitando Madrid transportándonos por taxis, que cada uno pagaba uno. Visitamos el Retiro, la puerta de Alcalá y el museo Del Prado.
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@jessicaarias
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