SEMANA CHARLASTOR 2022: DÍA 1

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Picnic in spring

En el ocaso de una tarde en el infierno, el color cobrizo del "cielo" se hacía más potente, la estrella interna del pentagrama que giraba en medio de todo iba decreciendo su brillo conforme la oscuridad de la noche comenzaba a manifestarse. No podía decirse que era una oscuridad absoluta, al menos no en el círculo del orgullo donde los reflectores y las luces de neón brillaban todo el día. No obstante, no es como si Charlie pudiera decir cual diferencia había, toda su vida había permanecido dentro de ese círculo, saliendo en muy escasas ocasiones del palacio hasta que decidió independizarse, o más bien, cuando sus locas ideas sobre la redención de los pecadores hicieron que su padre decidiera echarla bajo el pretexto de que "necesitaba conocer más sobre el infierno".

Y en parte, lo había visto como algo bueno, porque le había dado libertad que había estado ansiando por más de cien años, pero también le había arrancado de grandes posibilidades de salir adelante con su proyecto. Aun así, había logrado muchas cosas en algunos años, luchando contra todo pronóstico. Había inaugurado su hotel feliz (o hazbin hotel como le puso Alastor, como una broma terrible, pero que a la gente la había gustado al final), había logrado unir grandes amigos (entre demonios y pecadores), quien, aunque no habían confiado plenamente en su sueño, siguiendo a su lado pese a los problemas que vinieron después. Y para celebrar todo su apoyo, había decidido realizar un pequeño picnic en el centro del parque infernus del círculo del orgullo. Pese a que Vaggie estuvo en desacuerdo, pensó que como era una ocasión para celebrar, permitió que Husk trajera algunos de sus mejores licores para pasar el rato. Claro, no iba negar que luego de un par de botellas se habían descontrolado un poco, siendo Ángel uno de los primeros en comenzar un show de stripper ante la euforia de todos mientras Vaggie intentaba detenerlo, pero, a fin de cuentas, estaban pasando un buen momento y Charlie no quería interrumpir con sus fastidiosos pensamientos, no justo ese día, por eso había decidido tomarse un breve respiro y apartarse del grupo, caminando por un largo camino rocoso hasta un claro donde había la vista de un pantano de niebla oscura a tan solo metros de su ubicación.

Sabía que no debía prestar atención a sus pensamientos deprimentes, no al menos mientras estaba al lado de sus amigos y los pecadores que quería redimir. Aun así, ella no estaba del todo

— ¡Querida! —Salto Alastor en una nube de humo, apareciendo de golpe frente al rostro de Charlie y dándole un susto de muerte.

— ¡AL! ¡Me asustaste! ¿Qué sucede? —exclamo la princesa del infierno, recomponiendo la compostura después del repentino llamado del demonio de la radio justo frente a sus narices. El mismo pareció reírse de su reacción, alejándose nuevamente a una distancia prudente.

—Bueno, querida, es curioso y extraño que justamente estés tan lejos de los pobres pecadores con los cuales decidiste venir a distraerte hoy, así que decidí venir a ver cómo te encontrabas —contesto con esa voz cantarina y llena de estática, ya tan característica en él.

—Estoy bien, s-solo vine a tomar algo de aire—decidió explicar, tratando de recomponer su expresión—, todo está muy bien. No pasa nada.

—Creo que no es algo de lo que estés muy convencida —respondió certero, acortando de nuevo las distancias—, y aunque no es de mi incumbencia, no creo que sea bueno mentir sobre cómo se siente en verdad.

Charlie sinceramente se vio sorprendida, aunque era algo de esperarse, sobándose nerviosamente el brazo como solía hacer, intento explicarse con sinceridad, después de todo, Alastor y ella había desarrollado cierto tipo de confianza luego de toda su ayuda con el hotel en el último tiempo. Y bueno, quizás si necesitaba alguien con quien desahogarse.

—Tienes razón —admitió, desganada—. No es algo grave, solo que, antes de todo esto, habíamos hablado sobre sentimientos pasados con los pecadores, cosas que sintieran que no han podido dejar atrás pese a que pueden llevar muchos años muertos, creía que esto sería una buena forma, pero solo me ha recordado, lo aprisionada que me he sentido desde que nací. Atrapada en el infierno solo por haber nacido aquí, sin posibilidad de poder conocer nada más... creí que con el tiempo este sentimiento pasaría, pero ya veo que no —Charlie bufo, tratando de restar importancia al tema—... ¡De igual modo, no le des mucha importancia, hoy estamos aquí para celebrar y descansar un poco! Q-Quizás podrías acompañar a Husk con un trago, no hay restricciones esta vez —trato de decir, sin embargo, para su sorpresa, Alastor tomo de su muñeca acercándola a él hasta sostenerla en su brazo.

Pasajes brevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora