Consecuencias de una acción

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Continuación del hermoso trabajo de @Sheila96716588, por favor, no olviden pasar a verlo, sacó un nuevo arte del que provino esta historia. Charlie como nana de Alastor me da años de vida y espero que a ustedes tambien. <3 <3 

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Era ya de tarde en ese día de principios de otoño. Desde una gran casa del límite de New Orleans, una mujer de rubios cabellos tarareaba una canción de Jazz mientras cocinaba la cena de esa noche. Con un marcado buen humor, la joven mujer de nombre Charlie bailaba con una pareja imaginaria mientras se abrazaba a sí misma y tonos rosados surcaban sus mejillas. Tarareaba la melodía, moviéndose por la cocina y chasqueando los dedos. De repente el sonido del timbre la sacó de su ensoñación, ladeando la cabeza tiernamente cual cachorro preguntándose quien podría ser la persona que le visitara.

Limpiándose las manos con un pañuelo de cocina, camino hasta la puerta para abrirla con curiosidad, enmarcando una amplia sonrisa llena de euforia al ver el personaje tras de esta.

— ¡Muy buenas tardes, señorita Rosie! —saludo Charlie con gran cortesía y una voz cargada de cariño—. Es un verdadero gusto verla de nuevo.

La mujer de divino porte y edad madura la saludo con el mismo cariño, pasando a la residencia mientras era invitada por la joven a tomar asiento en uno de los muebles de la sala. Una breve conversación comenzó entre ambas mientras Charlie terminaba de poner en orden todo en la cocina para poder acompañar a su invitada como era debido.

— ¿Alastor sigue aun en la universidad? —pregunta Rosie luego de unos minutos sentada, enseguida, Charlie le extiende una taza de té caliente—. Gracias.

—No, en este momento debe estar en su trabajo, pero no tardará en llegar —indico afablemente.

habían pasado cerca de siete años desde la liberación alcanzada entre Charlie y Alastor del yugo de su maldito padre. Para ese momento, Charlie era ya una afable mujer de veintiocho años que seguía "sirviendo" a la residencia de Alastor, ya no tanto como una nana, sino fungiendo como la ama de llaves mientras que el curioso joven se encontraba culminando sus estudios en la universidad de Luisiana y comenzando un nuevo trabajo como locutor en la radio local del pueblo. El tiempo pasaba con calma para ambos, siendo su vida bastante acomodada gracias a cierto apoyo producto de la mujer que Charlie tenia ahora frente a ella.

Luego de la "desaparición" del padre de Alastor, su reciente esposa hizo acto de presencia para obtener lo correspondiente a la herencia que el bastardo había dejado en bienes monetarios e inmuebles, con claro interés de dejar a Alastor en la calle. Aunque no era de su gusto, como único heredero oficial, el joven estaba dispuesto a luchar por el mediano patrimonio que le quedaba por derecho de su maldito progenitor, pese a que tenía todas la de perder ante la esposa legal de ese bastardo. Sin embargo, la oportuna y curiosa llegada de una misteriosa mujer de nombre Rosie, hizo la separación de los bienes económicos mucho más fácil, valiéndose de la ayuda de buenos abogados y ganándose el respeto de Alastor en el proceso al dejar a la insulsa esposa con un patrimonio muchísimo menor del que había esperado, creyendo que podría dejar a él y Charlie en la calle cuando al final, fue todo lo contrario.

De igual modo, aún tenían la duda con la recién llegada. La vida había hecho al joven Alastor desconfiar de todo y todos, pero ella simplemente, luego de finalizar aquel asunto tan engorroso, precedió a tomar Charlie y a Alastor en sus brazos con un abrazo, sorprendiéndolos con su sollozo ahogado al mismo tiempo que les decía lo fuerte que habían sido todo ese tiempo.

Para sorpresa de ambos jóvenes, Rosie resulto ser una íntima amiga de la madre de Alastor durante los tiempos de su juventud, quien estuvo fuera de los Estados Unidos viajando por Europa durante ocho años. Fue al regresar a su amada New Orleans que se topó con la noticia de la muerte de su amiga y la desaparición del esposo de esta. De inmediato no dudo en tomar la responsabilidad legal de Alastor, fungiendo como su tutora y administrando el patrimonio de este hasta que pudiera alcanzar la mayoría de edad legal, siendo un gran apoyo para el par de jóvenes, que infinitamente agradecidos, la consideraban una íntima amiga.

Pasajes brevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora