Charlastor week 2024 - Day 01

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DAY 1: Cursed Cat Charlastor

Charlie cerró la puerta de su departamento, cansada después de un largo día de trabajo. La luz del atardecer se filtraba a través de las ventanas, creando sombras danzantes en las paredes. Al dejar caer su bolso en el sofá, sintió una extraña sensación en el aire, como si algo la estuviera observando.

Con un suspiro, se dirigió a encender las luces, pero antes de hacerlo, notó un par de ojos rojos brillando en la penumbra. Era una escena completamente escalofriante aunque Charlie solo contuvo una ligera risa al verlo. Sonriendo, reconoció de inmediato a su mascota.

—¡Al! —exclamó, aliviada y emocionada. Al encender la luz, se encontró con su curioso gato de pelaje rojo y ojos bizcos que la miraba con esa expresión traviesa que tanto adoraba.

Al, de un tamaño notable, se estiró y se acercó a ella, ronroneando suavemente.

—¿Dónde has estado, pequeño travieso? —preguntó, agachándose para acariciarlo. Sus suaves patas y su cálido pelaje la hicieron sentir instantáneamente conectada con él.

Sin pensarlo dos veces, lo abrazó con cariño.

—Eres adorable —dijo, sintiendo cómo el pequeño Al se acomodaba en sus brazos, disfrutando del afecto—. Te extrañe mucho ¿Dónde te fuiste? —le dijo aunque sabía que el animal no le contestaría, pero en verdad estuvo muy preocupada cuando este se había escapado dos semanas atrás y recién aparecía mágicamente en hogar, aunque claro, vivía en un primer piso y tenía un colorido balcón enrejado lleno de flores y plantas, era fácil que pudiera brincar y llegar a su hogar como el gato travieso que era.

No le dio mucha importancia realmente, Charlie estaba en verdad feliz que Al estuviera de vuelta con ella, y aunque pensó que la siguiente vez debería ponerle un collar, recordó lo hambrienta que estaba y se dispuso a realizar la cena.

La noche avanzó y Charlie decidió poner un poco de música acompañada de una copa de vino para celebrar el regreso de su peludo amigo. Mientras cocinaba, dejó unos pedazos de carne cruda cortados en un tazón para mascotas.

—Aquí tienes, Al. Espero que tengas hambre —le dijo, sonriendo mientras el gato se acercaba ansioso al tazón. Al devoró la comida hasta dejarlo completamente vacío bajo la mirada risueña de la joven.

Luego de la cena, Charlie lavó los platos entonando una canción de su teléfono, siempre bajo la atenta y extraña mirada de aquellos ojos disparejos. Luego de un rato, ella se retiró a trabajar en su estudio, creando ilustraciones para cuentos infantiles, lo que era en verdad un sueño para ella aunque no fuera tan famosa como otras ilustradoras de la misma industria.

Unos minutos después, Al se acomodó a su lado, observándola con atención.Ella estiró la m

ano, acariciando una de las puntiagudas orejas y suspirando con nostalgia, una suave tristeza la embargaba luego de haber terminado hacía una semana con su novia de casi tres años, pero en el momento que sucedió no había estado Al y eso solo entristeció su ya dolorido corazón, pero como si hubiera notado toda la amargura que destilaba su alma, este simplemente se dejó querer, pasando por su hombro y pidiendo mimos, haciendola reir aunque una lágrima suave se mostraba en su ojo.

—No sé qué haría sin ti, amigo —comentó Charlie, sintiéndose reconfortada por la presencia de su fiel compañero. A pesar de que pasaba mucho tiempo en su estudio, a veces hasta que se quedaba dormida, su querido gato siempre estaba allí para acompañarla.

Sin embargo, Al guardaba un extraño secreto que su dueña desconocía. Con la llegada de la medianoche, cuando el reloj marcaba las doce, una transformación comenzaba. Al, el gato pelirrojo, se estiraba y su forma comenzaba a cambiar. En un destello de luz, se convertía en un apuesto hombre de 34 años, con una mirada intensa y un aire de misterio. Esa era la maldición de Alastor, el hombre que había sido transformado en un maldito gato.

Que irónico y curioso era el destino pensaba Alastor. Aun cuando era un poderoso y abominable brujo que había pasado siglos haciendo lo que le placía, quien le diría que la única vez que termino preso de una detestable maldición que cubría su cuerpo durante el día y le devolvía la posibilidad de ser humano durante la noche, le permitiera estar al lado de una joven de corazón amable y sincero.

—Quizás no estaba dentro de mis planes, pero es muy interesante pasar el tiempo contigo, querida Charlie.   

Bueno, tenia varios meses sin siquiera poder escribir, he estado muy deprimida por temas familiares y pues no alcanzaba la motivación ni la inspiración, pero le tengo demasiado cariño a la Charlastor week así que al menos quería participar un día ...

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Bueno, tenia varios meses sin siquiera poder escribir, he estado muy deprimida por temas familiares y pues no alcanzaba la motivación ni la inspiración, pero le tengo demasiado cariño a la Charlastor week así que al menos quería participar un día o dos con un pequeño escrito, el cursed cat es algo que adoro así que no podía perder esta oportunidad, para el séptimo día esperen la continuación de esta pequeña historia, espero les haya gustado mucho <3 

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