Cada noche, el silencio envolvía los pasillos del hotel mientras Alastor caminaba sin rumbo fijo, incapaz de encontrar el descanso que tanto anhelaba.
Era una rutina familiar para él, quien apenas solía descansar dos horas al día.
Pero en su camino tenía un pequeño hábito que lo consumía. Algo que no podía evitar hacer por mucho que se dijera que no era propio de un caballero.
En silencio, matizado entre las sombras, el demonio de la radio entraba a una hora precisa dentro de la habitación de la princesa del infierno mientras todo se encontraba en profundo silencio.
Con cuidado, caminaba hasta el borde de la cama donde observaba a Charlie profundamente dormida.
Sabía que era incorrecto, que invadir la privacidad de alguien de esa manera estaba mal. Pero en esos momentos, cuando la noche envolvía el hotel en su manto oscuro, Alastor encontraba un respiro de su fachada estoica y sonriente. Allí, en la tranquilidad de la habitación de Charlie, podía permitirse ser vulnerable y mostrar un destello de un yo que nadie más conocía.
Esa era su rutina.
Sin hacer ruido, se deslizaba hasta la puerta entreabierta de la habitación de Charlie. Con pasos sigilosos, se acercaba a su cama y observaba su serena expresión mientras dormía. La suavidad de su respiración y la tranquilidad en su rostro eran un bálsamo para el alma atormentada de Alastor.
En esos momentos, el wendigo podía dejar de lado su máscara de indiferencia y mostrar una faceta más humana. Era humillante pensarlo, pero había sido su determinación y su valiente espíritu lo que lo atrajo de ella en primer lugar, y aunque sabía que no había modo alguno de ser redimido, esperaba al menos estar lo suficientemente contaminado para poder permanecer a su lado.
Inimaginablemente, había logrado en el infierno lo que nunca sintió en vida: una conexión genuina con otra persona.
Pero con cada noche que pasaba, Alastor se daba cuenta de que no podía seguir escondiéndose detrás de las sombras. Sabía que tarde o temprano debía enfrentar sus sentimientos y encontrar una manera adecuada de expresarlos.
Mas quería esperar un poco más antes de romper esa rutina que tenía cada noche de visitarla. Con una ligera sonrisa, no pudo evitar pensar lo conmocionada que ella se encontraría al decirle su desfachatez, viendo como sus adorables mejillas se enrojecían por ello. Esperaba que ella pudiera entender su lucha interna y perdonarlo por su comportamiento inapropiado.
Sin embargo, lo que no esperaba es que, desde hacía tiempo, la joven princesa ya sabía que su querido socio la visitaba cada noche. Y aunque al principio le pareció incomodo, al ver una faceta diferente del demonio considero guardar un poco más aquel privado secreto que esperaba que pudiera tomar la confianza de decirle, aunque ella nunca podría decir que siempre lo supo y que añoraba su visita.
Bueno, este es el decimo noveno día del charlastor month 2023, sigan adelante al siguiente capítulo.
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Pasajes breves
FanfictionConjunto de One Shots Charlastor que se me han ido ocurriendo, algunos basados en fanarts hermosos de artistas de Twitter. Algunos de estos escritos tendrán un hilo conector, esta atento de ellos y disfrutalo.