Semana Charlastor 2022. Day 4

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Movie tim Burton Au / Horror movies

En medio de la gélida nieve, con el suelo impregnado en un líquido emergente y de color escarlata, una figura femenina que se movía por la implacable neblina que se mesclaba con su aliento. Una criatura del mismo infierno la perseguía. Implacable, imparable, un ser incitado por la locura y la furia que había mutilado y asesinado y lo haría de nuevo, a menos que Charlie atacara primero.

Sus pies yacían heridos por las rocas ocultas en la nieve y su cuerpo temblaba ante el inclemente clima, vistiendo apenas un camisón manchado y sosteniendo fuertemente con su mano una daga, se movía en círculos alerta y cojeando por sus heridas.

Los copos de nieve la ahogaban al igual que la carrera y la angustia, pero el dolor de la traición y el miedo de perder su vida, eran mucho más fuertes, desatando una adrenalina que nunca sintió en su vida.

Buscando con la mirada, su respiración comenzaba a cortarse, a volverse agitada. El tiempo pasaba, el dolor aumentaba, su ropa ensangrentada y congelada la estaba matando igual que su alma cortada, su corazón deteniéndose por el pánico al notar los restos de una tela rojiza y empapada, junto con el sonido de unos pasos de unos zapatos que resonaban en el suelo. El difuso brillo de un cuchillo junto a dedos llenos de sangre, la señal inequívoca que de la Muerte se aproximaba.

¿Cómo fue posible que pudo caer en eso?

Recordaba bien ese par de ojos negros y esa sonrisa cincelada. Un visitante inesperado en una fiesta poco interesante, la perfección de su silueta y la soledad de su persona fueron los que le llamaron, atrayéndola como una polilla al fuego de la vela. La mente de una joven Charlie, de apenas veinte años se deslumbro con la mirada elefante de un hombre diez años mayor, de claros rasgos mestizos, pero con el porte de caballero inglés. Su forma de caminar y el modo en cómo se desenvolvía denoto sus buenos modales y su crianza culta, y ella pudo apreciarlo, ya que como hija de una buena familia que se había extinto hacía un par de años, había tenido una dedicada educación al ser la única heredera de su patrimonio.

Cuando conversaron por primera vez la conexión había sido inmediato. El caballero, de nombre Alastor Gallow, era un hombre un hombre inteligente e innovador, poseedor de un título mobiliario y tierras en lo profundo de la isla inglesa. Y aunque Charlie había sido una dama que no había sido criada para buscar esposo, como única heredera se había permitido ser exigente respecto a quien pudiera llegar a ser su esposo, albergando siempre el anhelo de poseer algo similar a sus padres quienes compartieron un amor maravilloso e inquebrantable.

Por eso, cuando Alastor declaro sus sentimientos a ella, proponiéndole matrimonio y pidiéndole que lo acompañara de nuevo a Londres, ella había estado tan encantada. Sin embargo, no todos estaban conformes con esa nueva relación que se estaba gestando.

Vaggie era una amiga íntima de la familia Morningstar desde la infancia de Charlie, crecidas en el mismo seno, las dos jóvenes se volvieron inseparables, siendo la primera una de los principales apoyos de la dama noble cuando la muerte alcanzo a los padres de esta demasiado pronto. Juntas se alzaron contra el resto de la sociedad, sobreviviendo a su inclemencia y fortaleciendo sus lazos. Pero como bien era claro, ese mismo nexo era el combustible perfecto para la sobreprotección, y Vaggie no estuvo nada de acuerdo cuando Charlie le comento sobre su propuesta de matrimonio.

—¿Acaso su propuesta fue tan extravagante para merecer una apreciación tan severa de tu parte? —no pudo evitar preguntar la joven, sintiéndose un poco acongojada por las palabras de su amiga.

—No fue su propuesta, fue él —aclaró, viendo desde la distancia la figura del hombre, poseedor permanente de una reluciente y enorme sonrisa—. Hay algo en él que me desagrada. ¿Qué? No lo sé —se encogió de hombros— y no me gusta no saberlo.

Pasajes brevesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora