Día 4: Proposal / Marriage / Honeymoon

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El significado de la felicidad

¿Qué era la felicidad?

Alastor nunca soñó con la patética idea de una felicidad plena, con el hecho de vivir su vida de forma tranquila y sin preocupaciones banales, al margen de la inmundicia y disfrutando de saciar sus ansias de sangre, el locutor radial se sentía que ello era suficiente. Esperar el idílico sueño de ser estúpidamente feliz le parecía algo que solo los insulsos insectos podían soñar. Incluso cuando murió y bajo al infierno, su mentalidad fue la misma, agregando mayores repertorios a sus retorcidos actos de matanza.

Entonces ¿Por qué con verla dormir pacíficamente a su lado, él se sentía pleno?

No había salvado su vida, no lo había doblegado ni le había cambiado sus posturas, ella no era más que una simple princesa con sueños que superaban la realidad de su entorno. No tenía el poder para alzarse contra su cruel destino, obligada a permanecer en el infierno solo por el simple hecho de nacer ahí, sin importar lo angelical de su alma. Y aun con eso, no se dio por vencida, buscando las formas de demostrar que todos tenían algo bueno en su interior, incluso en lo profundo del infierno. Esa ingenuidad y pasión fueron los primeros pasos para acercarse a ella, anhelando romper sus ilusiones para hacerla caer al más tormentoso torbellino de desesperación.

Él estaba determinado a eso, a verla arrodillarse por clemencia mientras su sueño se caía a pedazos, sin imaginar como la convencía y las pequeñas similitudes lo fueron acercando poco a poco, hasta que la luz que emanaba su alma lo sedujo. Sin presiones, sin dificultades, ella pudo sostener su alma y abrazarla como algo precioso, haciendo que poco a poco esos sentimientos que fue descubriendo se acumularan hasta explotar y admitir, que había caído en sus manos. Su corazón preso del más puro amor que jamás espero tener y el gozo de ser correspondido por ella, permitiendo compartir el resto de la eternidad a su lado.

Y ahora estaban ahí, en un espacio apartado de todo, descansando luego de recitar sus votos y reafirmar su amor, entregándose el uno al otro hasta que el cansancio pudo con ellos. El demonio de la radio no era capaz de dormir profundamente, pero esa noche logro hacerlo, reposando entre sus brazos. Otro elemento mágico que su princesa tenía y que seguía sorprendiéndolo.

—¿Alastor? —la voz de su princesa lo llamo

—Buenos días, mi encantadora y bella demonio ¿pudiste descansar algo? —pregunto coqueto, disfrutando del sonrojo que tomo su delicado rostro y el bochorno del que fue presa, ocultándose entre las sabanas.

—Me estabas observando —apreció con un puchero. Esta vez, un ligero sonrojo lo abordo. Ella había despertado muy pronto, descubriendo como la admiraba, pero sin importar que fuera atrapado, el simplemente sonrió, tomando su mano para besar su dorso.

—Es porque eres hermosa, lo más bello que he tenido el placer de contemplar —musito, besando ahora su mejilla, sosteniendo su rostro.

Poco a poco, los besos fueron bajando, tomando su oído, su cuello, causando un jadeo y un cosquilleo en la princesa, el calor en la habitación comenzó a subir y las manos de ambos se volvieron inquietas, sus bocas se abrieron hambrientos del otro, besando con pasión mientras caían nuevamente al abismo que los consumió la noche anterior después de su boda.

Esa esencia y la dulzura de su piel, una droga infinita de la cual jamás podría saciarse, la porcelana que era su piel y que él amaba dibujar como artista sobre un lienzo, perfilando sus besos, aruñando sus bordes y acariciando el rubor de sus mejillas. Ella era todo un paraíso dentro del infierno.

Adoraba como Charlie jadeaba, cerrando sus ojos y susurrando su nombre, mientras se cernía sobre ella con suavidad, disfrutando sus reacciones y la fuerza como se apretaba contra él.

Con solo tenerla de este modo, Alastor podía precisar lo delicada que era, tan fácil de romper, tan manejable y vulnerable. A cierto punto, pudiera ser una debilidad el tenerla, un punto débil del que todos podrían aprovecharse y ganar provecho sobre él, pero Alastor había aceptado todo, porque en poco tiempo, le había transformado la vida, convirtiéndose en lo más valioso y por lo único que estaba dispuesto a luchar con garras y dientes para proteger.

—Alastor —sollozo, sostenida a su cuerpo, se acercó hasta su mejilla para acunarla y llenarla de besos que el wendigo disfruto, correspondiendo con la misma dulzura e intensidad—... te amo.

Alastor no lo entendía, quizás nunca llegaría hacerlo por completo, pero sentía que estaba bien. No merecía ser destinatario de esos sentimientos, en contraste con su alma pura, sus manos estaban manchadas de sangre. Y, aun así, le sería imposible dejarla. Charlotte Mornigstar se había transformado en su significado de felicidad.

—También te amo, Charlie...

Y esperaba que ese sueño que estaba viviendo, jamás terminara. 

Bueno mis amores, de verdad, este fue uno de los primeros OS que escribi especificamente para esta semana y fue tan bello que no sabían cuanto esperaba para publicarlo, espero de verdad que lo disfruten y me sigan acompañando durante esta semana de apreciación charlastor. Un gran saludo desde Venezuela.  

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