DOMINANTE

Fantasma

Izuku y Eijiro llegaron al departamento de Katsuki y Denki para quedarse oficialmente unos meses.

Eijiro estaba encantado con el rubio, desde que llegó no había logrado dejar de mirarlo, era tan encantador y llamativo para él. Siempre lo había admirado como héroe y conocerlo solo le dió más motivos para sentirse atraído, y por si fuera poco el aroma a vainilla y rosas que emanaba de su cuerpo solo lo hacía sentirse en las nubes.

Izuku se habia dado cuenta de inmediato y no pudo evitar la sonrisa cómplice que le dió a Katsuki. Aunque el cenizo le sonrió entendiendo lo que implicaba, no pudo evitar preocuparse levemente. Sabia que el rubio idiota esperaba a su destinado como una princesa de cuento de hadas a su príncipe azul. Si algo llegaba a pasar entre esos dos no terminaría bien, nada bien.

Katsuki solo suspiro, debía hablar con el Pikachu con cara de idiota, no quería más problemas aparte de los que ya cargaba en su espalda.

Por su parte Denki observaba a Eijiro con interés, era lindo y encantador, le gustaba hablar con él y amaba sus historias ridículas. Además su sonrisa deslumbrante y esos curiosos dientes puntiagudos le llamaban la atención de una forma para nada inocente, solo podía imaginar cómo se sentirían en su piel.

Sin embargo era siete años mayor que él y aún más importante... No había pasado nada en cuando sé conocieron, nada más allá del gusto de ver al mejor amigo del que Izuku no había parado de hablarle y sentirse atraído por él. Incluso cuando descubrió su aroma, era delicioso, lo suficiente para hacerlo estremecer, olía a roble recién cortado y vino dulce, era extraño pero  apetecible. Aún así, no era lo que estaba esperando, y por un momento se desilusionó. Cuando lo había visto a lo lejos con Izuku no pudo evitar soltar leves descargas. Era tan guapo y atractivo, sintió que podría ser él... Pero no fue así...

Los primeros días no fueron tan caóticos como esperaban, en realidad se acoplaron unos a otros rápidamente. El departamento tenía tres habitaciones, así que tuvieron que acondicionar la oficina de Katsuki para ser una habitación más que ocupó Eijiro con gusto. Katsuki pensó que el pelirrojo habría aceptado dormir en la tina del baño con tal de vivir bajo el mismo techo que Denki.

Izuku ocupo la habitación de Katsuki, el cenizo la había dejado para él y se mudo a la habitación de huéspedes que era más pequeña, quería darle toda la comodidad que pudiera a su pecoso.

Izuku y Eijiro se encargaban de asear, ya que eran quienes permanecian en el departamento. Habían intentado cocinar, pero después de un par de experimentos fallidos Katsuki les dijo con toda la amabilidad que poseia que él se encargaría o pedirían algo a domicilio.

Su agencia les habían dado a él y a Denki un horario especial, descansaban un día y patrullanan al siguiente, intercalandose, así nunca dejaban solos a los más jóvenes.

Ese primer día ambos estudiantes se pasearon por el departamento todo el día arreglando sus cosas y descubriendo en dónde estaba todo. Lo primero no les llevo mucho tiempo, no eran muchas y la mayoría de sus pertenencias ya estaban ahí.

La primera semana fue relativamente tranquila mientras se acostumbraban a sus horarios y quehaceres.

Sin embargo por las noches Katsuki no lograba dormir, a pesar de pasar todo el día ajetreado con ambos chicos y sentirse cansado por sus patrullajes. No podía evitar la sensación de querer acercarse a la habitación de Izuku. Pero debía controlarse, no podía... No debía... Pero lo deseaba tanto... Sentía que debía estar a su lado.

Desde que lo conoció había sentido esa necesidad todas las noches, pero no lo entendía. Quizá era por que por las noches ya no tenía la mente llena de trabajo y pendientes, era cuando podía descansar y trataba de relajarse, pero su mente siempre se inundaba de un par de ojos verdes y una sonrisa tierna.