Símbolo

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Escuchaba voces lejanas, como si estuviera en un sueño pero no lograba reconocer ninguna. Sentía su mente divagar y perderse poco a poco entre recuerdos e imágenes borrosas.

~ Kacchan... ~ escuchó un suave susurro, una dulce voz que hizo su corazón latir con fuerza.

Sintió el deseo de escuchar más, pero el susurro desaparecía, alejandose. Sintió desesperación y siguió el débil eco que dejó esa palabra. Pero en cuanto se sintio cerca un fuerte dolor invadió su cuerpo, haciéndolo retorcerse y sacudirse con furia, provocando que encontrará su voz y un grito de dolor brotará de sus labios.

No encontraba sus ojos, ni podía ver nada, se sentía en la nada, flotando en un océano de oscuridad y el dolor se incrementó haciéndolo gruñir y sacudirse. Intentaba abrir sus ojos desesperado, pero en un segundo dejo de sentir dolor y se sumergio en lo que aparecía un sueño tranquilo, dónde un par de ojos verdes lo miraban, a veces con ternura otras con furia y otras con deseo, pero siempre con ese brillo que solo podía identificar como amor.

Se sintió extrañamente en paz contemplandolos y se perdió en la oscuridad que lo rodeaba, sin sueños ni sonidos, solo tranquilidad...

~ ¿Kacchan? ~ escuchó una voz conocida y sus párpados se movieron. Suspiro con pesadez, sintiendo el cuerpo adolorido y entumecido, como si no se hubiera movido en mucho tiempo ~ Kacchan ~ volvio a escuchar y está vez logro parpadear, solo había una tenúe luz y sus ojos comenzaron a acostumbrarse rápidamente.

Reaccionó sintiendo la presión de las vendas en su abdomen y el dolor en la espalda por estar mucho tiempo recostado, respiro profundo sintiendo el pecho extraño.

Volteo a los lados buscando la voz que había escuchado y se encontró con Denki dormido en un sillón, recargado contra el pecho de Eijiro que lo abrazaba con fuerza, igualmente dormido.

Sintió un enorme alivio al verlo bien y a salvó, recordó la desesperación de saber que estaba en manos del hijo de perra que habia lastimado a Izuku y suspiro mirando su rostro tranquilo.

Sintió una punzada en la cabeza y dolor en los ojos. Parpadeo y tallo su cara sintiendo la necesidad de moverse y buscarlo.

Era de noche, no tenía idea de la hora, pero la oscuridad cubria todo, solo la lámpara junto a su cama iluminaba la habitación.

Se quitó los cables que cubrían su cuerpo y se sentó con trabajo sintiendo las vendas de su abdomen muy ajustadas. Se quitó las agujas de sus brazos y bajo los pies al suelo, se sentía entumecido, pero sabía que podría caminar.

Con pasos cortos y algo torpes avanzo a la puerta y comenzó a caminar por el pasillo, no tenía idea de cómo, pero sabía a donde dirigirse. Avanzo a la habitación contigua y abrió la puerta sin problema.

Ahí estaba, recostado en una cama cómo la suya, avanzo hacia él y se dejó caer a su lado, se veía tranquilo, pero un tanto demacrado, su cabello era el desorden de siempre, pero también como siempre suave y esponjoso. Sus gruesos labios estaban levemente separados y respiraba lento.

Suspiro y se recostó con trabajo, acomodándose a su lado, lo abrazo con cuidado por la cintura y enterró el rostro en su cuello, aspirando el suave aroma que emanaba.

— Es hora de despertar Deku — susurro en su oido — no es justo que me llames si tu no estás aquí para recibirme — dijo con la voz ronca y una traicionera lágrima rodó por su mejilla.

Suspiro pesado y libero feromonas, cubriendo el cuerpo de su Omega, marcandolo y llamandolo con ellas. Sintió el sueño invadirlo de nuevo y acomodándose lo mejor que pudo se aferró al pequeño cuerpo de Izuku, acunandolo en su pecho.

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