Madurez

1.6K 134 43
                                    

— No lo puedo creer... — susurro Izuku con los ojos cristalizados y una sonrisa tierna.

— Pikachu idiota... — murmuró Katsuki con una suave sonrisa de lado.

El peliverde abrió más la puerta de la habitación del rubio admirando enternecido el interior. Quería llevar algo de ropa para Denki y Eijiro al hospital pero se sorprendió al encontrar la puerta cerrada con llave, le pidió a Katsuki que la abriera con las llaves que él tenía de todas las puertas de la casa, y en cuanto lo hizo entendieron el porque de qué la mantubiera así.

La cama estaba desarmada, la cabecera y base descansaban recargadas en un rincón. El colchón estaba en el piso en medio de la habitación donde apenas se podía distinguir por todas las sábanas y ropa que lo llenaban, levantandose en una pequeña cúpula. Izuku pudo distinguir las playeras de Eijiro y la almohada favorita del rubio en el medio de un gran nido formado con la ropa de ambos.

Los dos sonrieron y de inmediato ocultaron sus aromas, no debían contaminar ese santuario con ellos. Izuku dió un paso para entrar y buscar por lo que iba, tratando de encontrar la manera de no tocar nada, pero Katsuki lo detuvo tomando su muñeca con suavidad. Lo llevo hacia afuera y cerró la puerta de nuevo.

— Creo que será mejor ir de compras por lo que necesiten, al Pikachu idiota no le hará gracia saber que tocamos o movimos algo de su habitación — dijo mirando a Izuku con una sonrisa.

— Si, tienes razón — respondió el peliverde sonriendo también — aún no puedo creer nada de lo que está pasando — murmuró mirando la puerta cerrada — son destinados... Y tendrán un cachorro — alzó la voz feliz con los ojos brillantes.

— ...Tendrán un cachorro... — murmuró Katsuki como repasando la idea en su mente, con un gesto que Izuku no podía identificar — Si... — suspiro frunciendo levemente el ceño y camino a las escaleras metiendo las manos en las bolsas del pantalón. Siguió caminando y las bajo rápidamente dejando a Izuku confundido.

El peliverde tardó unos segundos en reaccionar y de inmediato bajo las escaleras tambien, encontrando al cenizo en la sala, aún con las manos en las bolsas y de pie frente a la ventana mirando al jardín.

— ¿Kacchan? — susurro acercándose a él.

— Es una buena zona para tener niños, hay escuelas cerca y el parque está a dos calles... Aunque el hospital más cercano está a media hora... Pero hay una doctora a unas calles, siempre puedes llamarla y te atiende... Aunque sería mejor un hospital, tomando en cuenta que será hijo de esos idiotas lo más seguro es que lo necesitaran muy seguido, seguramente será un tornado hiperactivo y desobediente igual que ellos... Aunque siempre podemos ir en auto, no está tan lejos y además siempre estaremos cuidandolo, no dejaremos que nada grave le suceda... — murmuró bajito como Izuku lo hacía cuando estaba muy concentrado.

El peliverde lo miro con una chispa curiosa y sonrió acercándose a paso lento a él, tratando de no sacarlo de ese trance en el que estaba.

— ¿Y si es una niña? — susurro acercándose a su espalda, mirando al cenizo con una sonrisa y las mejillas húmedas por un par de lágrimas.

— Entonces tendremos que cuidarla aún más, no podemos esperar que sus idiotas padres la protejan como se debe — dijo con un bufido — pero para eso estaré aquí, no voy a permitir que nadie se le acerqué — murmuró decidido, aún con la mirada perdida en algún lugar.

— Serás el mejor y más amoroso tío que cualquier niño pueda tener — murmuró él peliverde abrazando la cintura del cenizo y recargando la frente en su espalda.

— ¿Tío? — susurro Katsuki parpadeando. Tomo las manos de Izuku y las soltó de su cintura, volteando hacia él y mirándolo serio — ¿Seré tío? — murmuró y lentamente una sonrisa se formó en sus labios mientras su rostro se iluminaba.

DOMINANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora