01화

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La luces de Seoul le siguen de regreso a casa; el encuentro con su jefe se interrumpe por una esposa en llanto y una que otra amenaza de divorcio. Por tanto, el joven omega con aroma a duraznos, decide vestir su camisa otra vez y despedirse ahí mismo. No tiene más remedio que regresar solo y a pie; pasa de la medianoche, su carro está en el taller y no hay quien lo lleve de regreso. Camina con calma, ya se acostumbró a la ciudad nocturna.

       Jungkook vivía sobre la zona más costosa de Seoul, en un departamento que financiaba con su prestigioso trabajo como Creativo de la revista más importante sobre música; no le había ido mal en todos los aspectos de su vida, al menos. Entonces, se toma el lujo de ir despacio; mañana será sábado y despertará hasta el mediodía, tal vez venga Jimin con Yoongi a cenar, será en la tarde. Camino al elevador se afloja la corbata; fue un día agotador, supervisar el mediocre trabajo de los demás es más que estresante para alguien tan perfeccionista como él. ¿Qué remedio tiene? Ama trabajar ahí; no se queja, cierra de un puntapie la puerta de su apartamento y se desviste para caer rendido en la cama. Esta noche no le importa vestir pijama, apenas y puede con su alma.

       A la mañana siguiente, el panorama resulta más pintoresco. Descubre que lleva solo ropa interior, así que se coloca la bata de seda azul pálido que su madre alfa regaló en su cumpleaños 23 y enciende la llave de la tina para tomar un baño; camina hacia su cocina cuando le suena el móvil olvidado en los pantalones que caen sobre su sofá. Es Jimin, quién más.

       —¿Ambos madrugamos? —es su más cordial saludo, mientras retoma su camino para servirse una copa de vino y así poder ir a ducharse, tiene antojo de ver una película y... ¡Pizza!

       —Son casi las 2 pm —le escucha reír, entonces ríe también. —¿Apenas despiertas?

        —Oye, me explotan laboralmente de lunes a viernes...

         —Y a veces sábado.

         —Exacto, merezco un descanso —su sonrisa crece cuando encuentra la botella dentro de la alacena, parece que ya es hora de hacer despensa.

         —¿Descanso del pervertido de tu jefe? ¡Por favor! —Jungkook agradece la llamada, siempre consigue alegrar sus días. —¿Eso fue una botella? ¿Vas a beber a minutos de despertar? Tienes un problema.

        —¿El problema lo tengo yo cuando tú identificaste que abrí una botella sólo por escuchar a través del teléfono? No juegues conmigo —sirve un poco, poniendo a Jimin en altavoz para pedir la comida a domicilio mientras tanto.

        —Tampoco se requiere gran ciencia.

        —Tienes un talento al teléfono, Yoongi ni siquiera distingue mi voz —se burla para recargarse en el lavabo, queda esperar su pizza.

        —Lo sé, nos complementamos...

        Silencio. Jungkook toma un profundo trago a su copa, Jimin entiende su posible error y no sabe si disculparse empeore la situación; así que...

         —Sí, y ustedes complementan mi cena del sábado, ¿vendrán? Pensaba en preparar pasta —el omega azabache continúa con su conversación, ignorando el amargo trago.

         —¡Por supuesto! Suena delicioso, ¿llevamos algo? —Jungkook lo asimila; aún con copa en mano, busca entre los estantes de su alacena y refrigerador para saber si tiene los ingredientes. —Por cierto, hay algo que me gustaría contarte.

        —¿Sí? ¿Qué es? —parece que tiene todo.

        —Una sorpresa —siente la emoción desde su lado de la línea, Jungkook sonríe por ello. —Llevaremos pastel.

Dark ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora