30화

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A Taehyung no le gusta beber; sin embargo, no puede negarse cuando Jungkook le pide que vaya con ellos a esa discoteca sobre la cerrada principal de Gangnam. Jimin quería celebrar su nueva vida; iba a mudarse en los suburbios y esperaban tener una respuesta a los CV enviados. Para el alfa castaño, ese es un buen motivo de celebración. Aparte, el omega le dice que se sentirá más seguro si él va; quizá se trata del plan persuasivo que organizó con Jimin, igual acepta.

       Por lo tanto, es viernes por la noche y recoge al omega en casa de Jimin. No sabe qué usar en estos casos; decide pantalones de oscura mezclilla ajustada y una camisa de botones con finas rayas blancas. Espera no arrepentirse a medianoche, salir no es su fuerte; en la universidad, cuando veía a sus compañeros de clase organizar fiestas, él las declinaba siempre. Respira hondo mientras estaciona, le marcó a Jungkook hace recién un segundo y dijo que saldrían pronto; igual se baja del coche para esperar, se recarga en el cofre y relame sus labios, nervioso. ¿Esto es buena idea? No está seguro; todo rastro de duda se esparce cuando Jungkook sale tras Jimin y Yoongi; lleva una camisa similar a la suya y pantalones de cuadros ceñidos a los muslos. Traga saliva, siente la esencia a durazno hasta donde se encuentra.

        —Es extraño verte con ropa casual —es lo primero que Jungkook dice al estar frente a él. —Luces bien.

        Taehyung parpadea, intenta no escanear al omega, es difícil. Él sabe que la figura de Jungkook podría ser considerada perfecta ante ojos de cualquier persona; sin embargo, es la vibra confiada y coqueta lo que corta su respiración.

       —¿Estás bien? —frunce el ceño, confundido. El castaño no hace más que mirarle embelesado.

       —¿Eres consciente de lo hermoso que luces? Podrías darme un aviso previo —el omega sonríe ante el inusual halago. —La próxima vez envía un mensaje que diga algo como: "Taehyung, hoy luzco especialmente bonito. Trae un tanque de oxígeno".

        —Eres un tonto —le da un amistoso golpe en el hombro.

        —¿Nos vamos o seguirás babeando? —se burla Jimin de camino al coche de su prometido, Taehyung le muestra la lengua en un gesto infantil.

       —Claro, seguro notan nuestra ausencia en la discoteca —escucha a Jungkook reír, al mismo tiempo que abre la puerta del coche para que entre. Jungkook no alega por eso, ya sé acostumbró. —Tu amigo es bastante impaciente —se queja  subiendo al piloto.

        —Entiéndelo, no ha bebido desde que inició su semestre —lo compadece, no sabe por qué Jimin es irritante con el asunto del alcohol, también le gusta pasarse a veces.

        —¿Es tan necesario? —enciende el vehículo, Jungkook no presta atención a sus palabras; le gusta cómo se marca su brazo al dar vuelta el volante, ¿siempre ha lucido tan atractivo manejando? —¿Jungkook?

       —¿Eh? ¿Qué? —regresa al presente desviando la mirada. —Digo, no, no es tan necesario pero ayuda al estrés. ¿Alguna vez has bebido lo suficiente para marearte?

       —No —murmura, ¿no es evidente? Jungkook sonríe ante su expresión, suele ser inocente. —No será la primera vez esta noche, tengo la intuición de que deberé cuidar a tres adultos ebrios.

       —Descuida, no tengo la intención de beber tanto —en realidad sólo quería salir a divertirse con sus amigos y Taehyung. —Por ellos, no hablaré —los dos ríen, sí mejor.

       —Tampoco te contengas por mí —no comparte su gusto por la fiesta, pero no le detendrá de divertirse. —Te cuidaré.

        Jungkook lo sabía bien.

Dark ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora