32화

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Al llegar la mañana, Jungkook está acurrucado en el costado del alfa; siempre ha sabido que huele a primavera, pero en la primera hora de la mañana, distingue más a fondo el aroma de las flores que expide. Es lirio y césped recién cortado, también hay algo similar a la hierbabuena; es fresco y cálido también, suspira en apreciación. Le gusta, es un aroma delicado y agradable; no le avergüenza olfatearlo, se pierde en él.

       —Buenos días para ti también —le sorprende la profunda voz del alfa, aun más grave al despertar recién.

       —¿Qué tal la resaca? —se aparta para mirarlo, Taehyung cubre sus ojos con ayuda del antebrazo; Jungkook sonríe, pobre alfa primerizo.

       —No advertiste consecuencias, ni siquiera bebí tanto—mira de reojo al omega; está junto a él sonriendo. No le importa que se burle de su resaca, ha cumplido uno de tantos sueños.

       —Los cócteles son dulces, las bebidas dulces tienden a dar migraña —quizá debió decir eso; sin embargo, si probaba algo más, habría sido peor. —Estarás bien.

      —Si tú dices...

      —Déjame ver el golpe —se pone de pie para cerrar las cortinas por completo y así la luz no moleste al mayor, regresa sobre sus pasos y Taehyung ya no esconde ningún hematoma. —Auch, debe doler —pronto la culpa lo embarca.

       —No tanto, el hielo ayudó —toma la preocupada mano del omega evitando que toque la zona. —Quita esa cara, no es grave.

       —Primera vez que sales conmigo de noche y regresas así, tus hermanos van a matarme —suspira dejándose caer junto a él. ¿Debería disculparse con ellos? Bueno, con Seokjin, Namjoon parece mantenerse al margen de la situación.

       —No tienen por qué enterarse —resta importancia, al azabache no le gusta aquella respuesta.

       —Jamás mientas por mí —dice serio; toma por sorpresa al mayor. —¿Entendido?

       —Tampoco es para tan-

       —¿Entendido? —sus dorados ojos mantienen seriedad, Taehyung no sabe por qué, asiente.

       —Como desees.

       —¿Qué te gustaría hacer hoy? —se tranquiliza, la siguiente semana estaría ocupado con su nuevo departamento; el miércoles estaría mudándose. Quiere  disfrutar su fin de semana.

       —¿Quieres ir a la biblioteca? —el azabache parpadea desconcertado, pues justo no tenía ganas de multitudes; pero, al mismo tiempo, desea pasar tiempo juntos.

       —¿Hablas en serio? —sus ojos brillan, ¿cómo adivinó lo que él estaba pensando?

       —Sí, abren en sábado. ¿Cierto? Será divertido —y calmado, Jungkook asiente sin dudar. —Pues, vamos.

       Ambos salen de la cama, Jungkook decide que tomará una ducha al volver; así que, únicamente cambia su ropa y lava sus dientes. Taehyung le imita, el pasillos es silencioso cuando salen de la habitación; la pareja anfitriona debe estar dormida aún, no desean despertarlos, entonces Jungkook envía un mensaje de texto diciendo que estarían fuera. Los dos salen uno tras el otro a la fresca ventisca otoñal, Taehyung sube a su vehículo tras abrirle la puerta al omega; ahora es un hábito, emprenden camino a su destino, no sin antes decidir pasar por café y donuts glaseados.

       —Entonces, hicieron maletas y se mudaron a Seoul —Jungkook escuchó la historia antes, jamás con detalle. —¿Tus padres no intentaron, no sé, buscarlos?

Dark ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora