02화

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Bien, en sus planes no estaba la actitud de Jungkook. ¿Cómo podía prevenirlo? Jamás lo conoció en persona; la última vez que le vio parecía amable, aunque ya más de cinco años sobre eso. ¿Tenía derecho a quejarse? No, su postura es totalmente válida y... Lo entendía. No obstante, su lobo sí se sintió un poco herido. ¿Lo merecía? Sí. ¿Iba a rendirse? No.

       Kim Taehyung, a diferencia de su destinado, vivía en los suburbios de la ciudad en una cómoda casita ubicada en uno de los vecindarios más tranquilos del Este. Vive con sus hermanos mayores Kim Seokjin y Kim Namjoon; les iba bien, pese a sus caóticas raíces. Tanto Seokjin como su hermano trabajaban en las bienes raíces, él optó más por lo artístico.

        —¿Cómo te fue? —salen apenas le escuchan entrar; el mayor, Seokjin, omega; y Namjoon, diez meses más chico, alfa. Taehyung suspira en rendición. —Te dije —murmura Seokjin, extiende su mano para que su hermano le diera dos billetes.

         —¿Ustedes apostaron con esto? —les miró ofendido; Taehyung era el menor, un año más chico que Namjoon, siempre más sensato que los mayores. Bueno, a veces solía serlo Namjoon; pero, es el de en medio y no le prestan mucha atención.

         —Él dijo que te enviaría al demonio, tuve confianza en ti —el alfa moreno igual le pasa la cuota a Seokjin, Taehyung entorna la mirada. —¿Tan mal fue?

         —Por supuesto, aparece después de diez años y dice: hola, soy tu alma gemela. ¿Cuándo nos casamos? —se burla Seokjin, mientras Taehyung busca un cojín que aventar; el omega de cabellera rubia solo huye hacia la cocina.

         —No me envió al demonio —se deja caer en el sofá, Namjoon le sigue. —No tal cual, al menos. Fue amable, podría haber sido peor.

         —Ya es un adulto, ¿qué esperabas?

         —No lo sé —suspira. —Aunque, sospecho que tengo una oportunidad.

         —¿Sí? ¿Por qué?

         —Él vio los colores antes de siquiera presentarme —es inevitable la sonrisa que cubre su rostro, Namjoon da una palmada de apoyo.

        —Odio admitir que esa mirada no es de alguien que se haya rendido —Seokjin deja la cocina, llevando consigo un tazón repleto de palomitas; rueda los ojos cuando ve a su hermanito sonreír. —¿Cuál es el plan B?

        —¿No es obvio? —y no, no lo era. Ninguno de sus hermano tenía una pareja estable. —Conquistarlo.

        —Tae, no me lo tomes a mal, pero... ¿Qué sabes tú sobre conquistar? —frunce el ceño Namjoon, espera que el menor tenga un mejor plan; o al menos, inicios de uno.

        —Vaya que tienen fe en mí —bufa.

        —Acabo de perder 10,000 wones por tu culpa, ¿cómo te atreves?

        Todo el fin de semana, Taehyung imaginó cómo podría conquistar al omega; pero, se rindió. No en conquistarlo, claro, sino en las ideas; es decir, piensa que debe conocerlo primero. ¿Cómo? Jungkook no tenía interés en él; entonces, el primer paso era... Acercarse. Ahora que lo piensa más a fondo, aparecerse en su departamento no fue la mejor idea; sí la única salida viable. No obstante, ya se conocen, Jungkook sabe de su existencia y aquello le hace feliz, por alguna razón. El sentimiento es vagamente familiar, Taehyung todavía recuerda cómo se sintió la primera vez que lo vio; antes de llegar al colegio, en el autobús de las 6:30.

        —¿Jeon Jungkook se encuentra en el edificio? —pregunta el alfa castaño al omega recepcionista; éste le mira con expresión de desconfianza. —Somos amigos —intenta justificarse, el otro no hace más que rodar los ojos.

Dark ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora