06화

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Llevaba más de cinco años fingiendo, no pensó que fuese tan bueno en ello hasta que sonrió frente a su mejor amigo y deseó toda la suerte en su matrimonio, mientras la herida que por los últimos tres años ignoró se abría bajo su abrigo. Sin embargo, él no mintió; Jungkook deseaba que Jimin fuera feliz en su futuro matrimonio, por supuesto. Pero fingir que decirlo no dolió fue la parte más difícil de todas.

      Los prometidos le ofrecieron desayunar junto a ellos, aceptó antes de ir al baño para devolver el cereal que comió esa mañana. Respiro profundo, una y dos veces; piensa en Taehyung, en el hombre que apareció frente a su puerta ese sábado y en aquel adolescente que no le habló en el autobús la mañana del 1 de septiembre, hace 9 años. Estaba sintiendo ira, confusión, decepción y culpa al mismo tiempo. Quería reclamarle a Taehyung y a sus amigos por ser felices, y al mismo tiempo, quería olvidarse de todo eso y seguir fingiendo que estaba bien y nada le importa. Por tanto, es lo que hizo; se remojó las mejillas con agua fría y bajó a desayunar junto a sus amigos, sonrió, hizo bromas y preguntó sobre los preparativos de la boda; sería en primavera. No sospechan nada, se despiden en el jardín y sube a su vehículo; ve que entran y cierran la puerta de ingreso, es ahí cuando vuelve a ser el omega de 22, confundido, dolido y decepcionado. Solo. El resto del domingo no lo recuerda bien, bebe demasiado vino para hacerlo.

       Es lunes, conduce entre el tráfico con lentes de sol tratando de ignorar su resaca. Insulta a uno o dos conductores, no está del mejor humor, es evidente. De igual forma, llega puntual al trabajo; su única parada es para registrar su ingreso, él sabe que no le agrada y el sentimiento es mutuo. Si debe ser más preciso, a pocos de ese edificio les agradaba. ¿Su culpa? Sí. Incluso cuando los omegas se acercaban con amabilidad, él no podía evitar comportarse hostil; en caso de alfas, se lío con uno o dos en reuniones del trabajo, no siempre quedaban en excelentes términos. ¡Pero, hey! Al menos no tenía que saludar a nadie de camino a su oficina o en el ingreso, una ventaja para él.

       —¿Puedes decirle a Mina que lleve un café americano con crema de avellana a mi oficina? Por favor—firma el pase de entrada.

       —Sí, señor —responde de mala gana, después de todo, es su superior. —También le informo que el señor Kim Taehyung envió un presente, lo dejaron en su oficina y...

        —Pide que lo regresen —sorprende al omega tras la barra de recepción. —No dejes que entre nada a mi oficina sin autorización previa, ¿entendido?

        —Pero, señor...

        —¿Entendido? —se quita las gafas únicamente para mirarle, ve al contrario presionar sus dientes con molestia.

        —Sí, señor.

        —Gracias —le regresa el registro de asistencia. —Y no olvides pedirle mi café a Mina.

         —No, señor.

         Sube al elevador, intenta no pensar en Taehyung y la caja de chocolates que quizá dejó en su oficina. Tiene trabajo como para pensar en tonterías; entonces, se detiene en el piso de su oficina para dirigirse a ella. Los directores se encontraban en el penúltimo piso del edificio, junto a la oficina del Jefe y bajo la oficina de los CEO's; lo cual facilitaba  encontrarse con su jefe —Park Hyungsik— cada tiempo; por esto, ve más problemas acercarse cuando una omega sale en pleno llanto de la oficina principal. La cólera sube alrededor de sus esponjosas mejillas, ¿a dónde huir?

       —Tú —señala, dirigiéndose hacia él mientras ve al jefe Park salir tras ella. —Eres tú, ¿cierto? —tiene ojos llorosos y molestia en el gesto. —Claro que eres tú —bufa con desdén. —Jeon Jungkook.

Dark ParadiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora