[2] En las Sombras de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]

Prólogo

Las imágenes que uso para ilustrar la historia no son mías, sino que las encuentro en google.

Tres años después...

Marinette:
Habíamos terminado los exámenes finales de nuestro tercer año, y tanto Adrien, como yo, nos disponíamos a disfrutar de nuestras vacaciones. Habíamos decidido pasar una semana en casa de mis padres, y la otra, en la mansión Agreste. Como mis padres eran un poco más quisquillosos, decidimos pasar la primera semana con ellos.

Ya habíamos terminado de desempacar, y ambos caímos exhaustos en la cama. Adrien rodeó mi cuerpo con sus brazos, y me atrajo hacia él, y yo me acurruqué en la calidez y la dulzura del abrazo. Perfectamente podríamos tomarnos todo el verano de vacaciones, pero habíamos acordado que debíamos terminar nuestros estudios cuanto antes. Mi celular sonó, y vi que era un mensaje de Alix, invitándonos a su fiesta de cumpleaños, la cual, se celebraría en su casa.

—Alix nos está invitando a su cumpleaños, mañana. ¿Quieres ir?—pregunté.

—¡Claro!—dijo, y besó mi frente—¿Los demás irán?

—Todos nuestros compañeros del instituto estarán ahí, todos, excepto los tres problemáticos.

—En ese caso, iremos—dijo, y besó mi frente.

Me acurruqué entre sus brazos, y nos quedamos dormidos. En verdad, quería ir a esa fiesta. Alix era la razón por la cual yo tenía esta vida que me hacía tan feliz; gracias a ella, y a sus advertencias del futuro. Bunyx le había advertido que guardara la carta que había recibido, Justo antes de liberar a Adrien del control de su padre, y así lo hice. Supuse que, dado el momento, debía entregársela a Bunyx para que se la entregara a mi yo de 15 años, y así, no alterar el curso de eventos que me trajeron hasta donde estoy.

El día siguiente, salimos con Natalie, Emilie, y mis padres, al centro comercial, y hasta al cine, a ver una película romántica. Al caer la noche, nos arreglamos, y nos dirigimos a la amplia casa de Alix.

—¡Marinette, Adrien, vinieron!—nos recibió emocionada, con un abrazo.

—¡No me lo perdería por nada!—le dije, regalándole una sonrisa—Feliz cumpleaños.

—Feliz cumpleaños, Alix—dijo Adrien.

—No se preocupen, aquí solo estamos los amigos. Un ambiente completamente divertido, totalmente libre del abusador, la rubia pija, y Zorraila.

Adrien y yo nos reímos de los apodos de cada uno, y procedimos a la fiesta. Con el tiempo, nos habíamos vuelto más o menos tolerantes al alcohol, pero igual, nos daba ese mareo relajante, que nos daba por hacer cosas locas como bailar descontroladamente, hacer chistes sin sentido, o reírnos como locos.

—¡Concurso de shoots!—exclamó Kim—¿Entran, chicos?

—¿Cómo que "chicos"?—lo regañó Alix—¿Y las chicas, qué?