[2] En las Sombras de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]

Capítulo 10

Marinette:

Me encontraba en clase de ciencias sociales, y justo había terminado de exponer mi proyecto. Había elegido el tema de las familias tóxicas, ya que lo conocía perfectamente, y había visto con mis propios ojos los daños psicológicos que podían ocasionar.

—Muy buen trabajo, Agreste—me dijo la profesora, mientras escribía las notas en su cuaderno—El trabajo escrito es impecable, y su presentación, muy contundente. Es como si lo hubiera vivido en carne propia.

—Mi esposo lo vivió en carne propia, señorita, y yo estuve a su lado desde que éramos unos niños. Vi de cerca todos los daños que su padre le causó.

—Genial, tiene un 10.

—Gracias, señorita.

—Veamos a quién le toca ahora—dijo, mientras sacaba un papelito del frasco—Ethan Baker.

—Con gusto, señorita—dijo él.

Yo ya me encontraba sentada en mi lugar, y no tenía ganas de escucharlo, pero debía hacerlo, o me bajarían la calificación que había ganado con tanto esfuerzo. Crucé mis brazos, y me quedé observando a un punto fijo en la pared.

—Buenos días a todos, el tema que escogí yo es el embarazo precoz—inició Ethan, y podía sentir su mirada fija en mí.

¡Qué cabrón! Había escogido ese tema a propósito para molestarme, de eso estaba convencida, y no me cabía la menor duda. Supuse que quería hacerme sentir vergüenza, o algo así, por el hecho de estar embarazada en mi último año de universidad, pero jamás lo lograría. Mi hijo no había sido planeado, claramente, pero no me arrepentía de mi decisión sobre tenerlo; lo amaba con todo mi corazón, y Adrien también lo hacía.

—Y de este tipo de irresponsabilidad, tenemos un claro ejemplo en esta clase—dijo Ethan—¿No estás de acuerdo, Marinette Dupain-Cheng?

—No, para nada—respondió Alya, y el enfado era evidente en su rostro—¿Por qué no la dejas en paz de una vez? ¿No te da vergüenza molestar a una chica?

—No lo hago por molestarla, sino para que las otras chicas no cometan su mismo error. Estoy tratando de enseñarles responsabilidad, y que hay vías para evitar un embarazo no deseado, como lo es el de Marinette.

—¡Basta!—dije, ya molesta—Mi embarazo, quizás, no fue planeado, pero mi esposo y yo amamos a nuestro bebé con todo el corazón, y te puedo asegurar que deseamos tenerlo, lo amamos, ¿vale?

—Entonces, es verdad, estás embarazada—dijo la profesora, y sonaba decepcionada—No pienses que este hecho hará que tenga atenciones extra contigo. Las calificaciones en mi clase te las ganarás, no te regalaré ni un solo punto, ¿entendido?

—No tenía, para nada, planeado que eso sucediera, profesora—dije, y me sentía ofendida de que pensara eso de mí—Mis calificaciones, las ganaré, como mismo he ganado todo hasta ahora, y me parece muy impertinente de parte de Baker el que intente humillarme, exponiendo mi vida privada.

—Así se habla, chica—susurró Alya, mientras me observaba con una sonrisa de orgullo en su rostro.

—Baker solo está intentando alertar a las chicas para que no sean tan irresponsables como lo fuiste tú—dijo la profesora, y la furia hizo que mi sangre hirviera en mis venas—Me parece muy atento de su parte que se preocupe por sus compañeras.

—Esto es el colmo—susurró Alya, a punto de explotar, y yo sostenía su hombro.

—Señorita Césarie, ¿tiene algo que añadir a la clase?

—Nada, profesora—dije yo, tratando de que mi amiga no se metiera en líos por mi culpa—Dejemos el tema a un lado, y sigamos con las exposiciones, por favor.