Capítulo 36

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Narrador:
Afuera del centro de detención, Chloe esperaba ansiosa la salida de Lila. Ambas debían ir a reunirse con Ethan, quien les explicaría el plan para deshacerse del pequeño Hugo.

Chloe se odiaba a sí misma por participar en esto. Recordó el estado en el que había encontrado a Marinette, y todas las humillaciones que le había hecho pasar a la franco-china en el colegio.

—Ella ha sufrido lo suficiente—susurró la rubia para sí misma, mientras cerraba su puño con fuerza—Esto la matará... es muy cruel.

Entonces, Chloe lo decidió: debía hacer lo correcto, pero a su manera.

—¡Chloe! ¡Tan bella! Como viniste por mí—dijo Lila, mientras se acercaba al auto.

—Como si tuviera opción—la rubia rodó los ojos—Vamos, tenemos una cita con el jefe.

—Vamos.

Ambas subieron al auto, y se dirigieron hacia el cuchitril en donde se escondía Ethan. Este recibió a Lila con mucha alegría, y les explicó a ambas el plan.

Chloe ya había tomado su decisión, y la única razón por la que seguía ahí era para saber exactamente qué harían con Hugo, y así impedirlo, sin que se notase que había sido ella...

Mientras tanto, en la mansión Agreste, Marinette recién era instalada en su cuarto, en donde había sido recibida con su comida favorita.

—Sí saben que mi dolor lo es de estómago, ¿verdad?—protestó la mujer—No tengo hambre, solo... quiero bañarme.

—Vale, te buscaré ropa—dijo Kagami.

—Vale...

Marinette entró al baño, y puso la ducha lo más caliente que pudo. El agua hirviendo desinfecta... Le escuchó una vez decir a su profesora de química de la secundaria.

Eso era justamente lo que ella quería, aliviar su dolor al desinfectarse, ya que se sentía terriblemente sucia.

La chica echó jabón en la esponja, sin siquiera mirarse al espejo, mientras se desnudaba. No quería saber cuantos moretones su agresor le había dejado.

Comenzó a restregar la esponja contra su piel, pero con mucha más fuerza de lo usual. El agua le quemaba, y le ardían los raspones que su fuerza y la esponja estaban dejando en su piel.

—¡MALDICIÓN!—se quejó, el dolor era bastante agudo, pero notó que el dolor físico bloqueó el emocional, por lo cual, no se detuvo.

Ella pensaba que sí estaba funcionando, se estaba limpiando, y sonrió ante el gran ardor en su piel.

—¡Agh!—se quejó—Vamos, Marinette, no seas cobarde—se animó a sí misma—Solo... un poco más... ¡Agh! Y serás digna de regresar con los que amas... ¡AUCH! No no no, aún no, un poco más...

Kagami, quien estaba a punto de dejar el pijama de Marinette sobre la cama, notó que salía demasiado vapor del baño.

Ella había estudiado varios casos de violación, y enseguida supo exactamente lo que le estaba pasando por la cabeza a Marinette.

—Oh, no—dijo la japonesa, mientras corría hacia el baño.

Intentó abrir, pero la puerta estaba bloqueada.

—¡MARINETTE, CIERRA LA DUCHA!—exigió Kagami, mientras golpeaba la puerta con desesperación.

Al no oír respuesta, la chica derribó la puerta de una patada, encontrando a Marinette, sentada en una esquina del baño. A penas pudo divisarla entre tanto vapor.

[2] En las Sombras de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora