Capítulo27

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Casi una hora antes...

Adrien:

Llevé al hombre hasta la guardería, y automáticamente, renunció a su trabajo. Ladybug ya estaba tardándose, y un escalofrío recorrió mi cuerpo, como si algo terriblemente malo estuviese a punto de ocurrir.

Sentí un fuerte dolor en mi pecho, y no pude sacarme la imagen de Hugo de mi cabeza. Miré a mi alrededor, y aprecié como los asombrosos poderes de mi mujer habían reparado cada daño causado por el villano.

Ella solo está rescatando un gatito, o al menos, eso había entendido que hacía; estaría bien, ¿cierto? Por más que la lógica me dictara que debía ir a ayudarla, mi corazón me pedía a gritos que verificara que mi hijo se encontrara a salvo.

Me dirigí a casa, rápidamente, pero para mi sorpresa, no había nada en el escondite secreto. La caja no estaba, ni los kwamis, ni mi pequeño Hugo. Busqué como un loco por toda la casa, ya ni siquiera me importaba encontrar la caja de los miraculous, todo lo que quería y necesitaba era hallar a mi hijo.

La sangre hervía en mis venas, y mi corazón latía desenfrenado, impidiéndome respirar bien, o siquiera, pensar con claridad. ¡Joder! Sentía que iba a explotar en cualquier momento.

—¡No!—protesté—Mierda, mierda, mierda—¡Garras fuera!

Me destransformé, y Plagga salió de mi anillo. Se dirigió hacia la comida más cercana que vió, y aunque no era queso, comió sin protestar, y regresó hasta mí.

—¡Vamos!—me apuró—Transfórmate de nuevo, tenemos que encontrar a tu cría. ¡Tu compañera te necesita!

—¡Plagga, las ga—fui interrumpido por el sonido de mi celular, y noté que era mi madre—¿Hola?—contesté—Mamá, dime, por lo que más quieras, que Hugo está contigo.

—Hijo—me dijo su voz rota, entre llantos—lo lamento, lo siento tanto... no pude evitar que se lo llevaran... Juro que luché con todas mis fuerzas, pero esa maldita se lo llevó.

—¿Quién?—pregunté, desesperado—¿Quién mierda se atrevió a llevarse a mi hijo?

—Lila Rossi—dijo mi mamá—ella tiene a mi nieto, por favor, tienes que salvar a Huguito.

—Voy para tu casa, mamá—dije, y colgué, sin darle tiempo de que me explicara nada más—¡Plagga, las garras!

Me transformé en ChatNoir, y llegué rápidamente hasta la mansión de mi madre. Al entrar, encontré un desorden tremendo, y mi mamá se encontraba llorando en un rincón, mientras era consolada por Natalie. Al verme, su llanto sólo se intensificó.

—Perdóname, Adrien, perdóname, por favor—lloró mi madre, y yo la abracé—lo siento, intenté protegerlo con mi vida, pero esa maldita hija de puta fue más fuerte.

—No fue tu culpa, mami—dije, justo antes de romper a llorar junto con ella—sé que diste todo de ti. La culpa es de esos hijos de puta que no les importa lastimar a un niño tan pequeño.

—¿Dónde está Ladybug?—preguntó Natalia.

—Está ayudando a una señora con un gatito rebelde, o eso entendí en los gritos de auxilio de la civil—expliqué—aún no le cuento lo de Hugo—respiré profundo, intentando calmar mis emociones, pero fue en vano—Mami, necesito que me digas exactamente qué fue lo que pasó, cualquier pista que me lleve hasta Lila será bien recibida.

—Ella dijo que—inició mi mamá, intentando no cortar sus palabras con sus sollozos—mientras ustedes luchaban contra el akuma, incendió su casa, pero ustedes no lo notaron porque estaban demasiado lejos.

[2] En las Sombras de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora