Capítulo 32

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Adrien:
No sabía exactamente cuántas horas habían pasado, solo sé que toda la sala de espera estaba en silencio. Nadie se atrevía a decir palabra alguna, y es que no existían palabras que pudieran consolarnos.

—Familiares de la señora Marinette Agreste—llamó el doctor, y todos fuimos hacia él, lo cual, hizo que nos observara, sorprendido—¡Vaya! Veo que tiene mucho apoyo—sonrió ligeramente—lo va a necesitar.

—¿Cómo está ella, doctor?—pregunté, ansioso por saber la respuesta.

—Aún se encuentra inconsciente, y lo estará por unas cuantas horas. Tuvimos que suministrarle calmantes para el dolor físico, calmantes fuertes, que la mantendrán dormida—dijo, y suspiró—Aquí viene lo difícil de digerir...

—Solo... suéltelo—dijo Tom.

—¿Me autorizan a dar el diagnóstico en frente de todos?

—Sí—dijimos Tom, Sabine, y yo, quienes éramos los contactos de emergencia de Mari.

—Bien... primeramente, le conectamos un suero nutritivo para hidratarla. Ella se encontraba desmayada porque llevaba ya muchas horas sin comer.

—Tiene sentido... en donde la encontré, había un plato lleno de comida, y estaba intacta—expliqué.

—Pero... ChatNoir fue el que la trajo—mencionó el médico.

¡Mierda! Mi identidad...

—ChatNoir me ayudó a encontrarla, pero me puse demasiado histérico—mentí—Y me quedé unos minutos, con Ryuko, tratando de respirar y calmarme, en lo que ChatNoir la registraba.

—Oh.

—¿Le hicieron la revisión? ¿Le suministraron el anticonceptivo?—preguntó Kagami.

—Desgraciadamente, ella debe de estar consciente para tomarlo, y no despertará hasta mañana—explicó el doctor—¿Cuántos días llevaba secuestrada?

—Dos y medio—dijimos todos, al unísono.

—La pastilla del día después funciona hasta 72 horas después—explicó el doctor—y si no funciona, ella está en todo su derecho de practicarse un aborto.

—¿No cree que ella ha sufrido lo suficiente ya, como para sentirse embarazada de ese pedazo de muerda, y encima, tener que abortar?—protesté, sabía perfectamente que Marinette jamás sería capaz de practicarse un aborto.

—Señor, en verdad lo siento, quisiera poder hacer más. Créame, ninguna mujer merece lo que vivió su esposa, fue atroz... el caso más atroz que he tenido en mis manos—confesó el doctor.

—¿Le hicieron los exámenes contra las infecciones de transmisión sexual?
—insistió Kagami.

—Buenas noticias con respecto a eso: dio negativa a todas las infecciones.

—Y ¿en qué condiciones se encuentra ella?—preguntó Sabine.

—Tiene moretones por todo su cuerpo, y cicatrices. Hay heridas en sus piernas, parecen latigazos; ya las desinfectamos y le suministramos crema antibiótica. Tenía semen en el rostro, y en su interior. Recolectamos las muestras para dar con el desgraciado que le hizo esto. En cuanto a su útero, le tomará unos dos meses, como mínimo, recuperarse. La penetración brusca, y sin ningún tipo de lubricante, lastimó fuertemente su interior, al punto de provocarle sangrado. Guardamos la sábana en la que ella llegó envuelta, como evidencia. La policía vendrá en la mañana, y tanto usted, como ChatNoir deberán declarar.

—Vale, yo me encargo de contactar a ChatNoir, pero primero, me gustaría declarar yo—dije, y suspiré.

—Pueden entrar a verla, pero máximo dos personas a la vez. Solo puede quedarse una persona con ella—anunció el doctor.

[2] En las Sombras de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora