Cinco días después...
Adrien:
La actitud de Marinette me desconcertaba demasiado... Algunas veces, parecía querer que ambos saliéramos de este hueco, y en verdad, se la veía intentando con ganas sanar nuestra herida, pero otras, se encerraba en sí misma, y me trataba como si yo fuera un pedazo de mierda.Por momentos, era como si le molestara que yo quisiera seguir adelante, y hasta parecía culparme por la pérdida de nuestro hijo, y eso me dolía. La forma en la que me trataba en esos pequeños momentos de ira, dolía demasiado...
Llegué a casa, luego de haber asistido a la primera audiencia del juicio en contra de Ethan, y encontré a Marinette sentada en la cama, rodeada de las mantas, ropa, y peluches que había diseñado, y confeccionado para nuestro bebé.
No era la primera vez que la pillaba auto torturándose con esos recuerdos, y generalmente, acababa mucho más deprimida que antes.
Me acerqué a ella, y me senté en la cama, Justo detrás de ella. Sostuve sus hombros, y besé uno de ellos, provocándole una sonrisa, en medio de tantas lágrimas.
—¿Cómo estuvo?—preguntó, mientras limpiaba su rostro.
—Normal, fue solo la primera audiencia. Ethan lucía igual de sereno que siempre, y si las miradas mataran, el que iría preso sería el juez por matarlo a él.
—Se lo tendría merecido, digo, que lo mataran.
—Marinette, basta, te estás envenenando el alma.
—Mientras tú te estás curando, ¿no?—dijo, y sonaba alterada.
—Marinette, ese es el objetivo, sanar—tomé su mano—que ambos sanemos.
—No sé cómo mierda puedes sanar—dijo, y soltó mi mano—yo no puedo, y si tú lo hubieses amado como yo, no estarías sanando, estarías igual de mal que yo, pero no, ahí estás, cada día mejor, y tratando de hacerme olvidar de nuestro hijo, pues no, ¡no lo voy a olvidar!—alzó su voz al final, y explotó en llanto.
Sus palabras me hirieron directamente en el corazón. ¿Cómo se atrevía a siquiera pensar que yo no amaba a mi hijo? ¿Cómo se atrevía a decir que lo había olvidado? Mi sangre hervía en mis venas, pero sabía que no debía culparla, por más que me hiriera, al fin y al cabo, ella había pasado por mucho más que yo. A pesar de eso, no pude evitar que sus palabras me dolieran como cuchillos clavándose por todo mi cuerpo. Mis ojos se inundaron, y sentí la necesidad de aclarar lo que en verdad sentía.
—¡Por supuesto que sí lo quería!—dije, y las lágrimas se escaparon de mis ojos—Aún lo amo, y no lo he olvidado, jamás lo voy a olvidar, pero él no hubiese querido vernos mal, ¿entiendes?
—No, no entiendo cómo cojones logras controlar tus malditas emociones—gruñó.
—Intento estar bien, para poder ayudarte a mejorar.
—¡Pues no está funcionando!—me gritó—Nada de lo qué haces funciona, y tu forma de actuar me demuestra que esto no te dolió tanto como a mí... Pareces sentirte bien, y quieres que me sienta igual que tú, pero no puedo, Agreste. A diferencia de ti, yo sí amaba a mi hijo con todo el corazón.
—¡Basta!
—¡Basta tú! Si tú no lo querías, es tu maldito problema, pero yo sí lo amaba.
—¿Eso es lo que piensas de mí?—dije, con mi voz rota—¿Que soy un monstruo sin corazón? ¿Que jamás amé a nuestro hijo? ¿Piensas que estoy feliz porque el hijo de puta de Ethan te hizo perderlo? Bien, entonces no me queda nada que hacer aquí.
Sus ojos se abrieron como platos, como si se hubiese dado cuenta de algo, y hasta podría jurar que estaba a punto de pedirme perdón, y abrazarme, como siempre hacía después de cagarla, pero esto ya se estaba volviendo tóxico, y yo prefería quedarme con nuestros buenos recuerdos, en vez de crear nuevos, y malos.
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[2] En las Sombras de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]
FanfictionNO LEER SI no has leído la precuela: "Bajo las Luces de París" SEGUNDO LIBRO de la saga. Adrien y Marinette habían iniciado una nueva etapa en sus vidas, causando la envidia de algunos, pero una noticia inesperada cambiará sus vidas por completo, y...