Capítulo 7

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Marinette:
Colocó un gel en mi vientre que se sentía muy frío, y luego, comenzó a deslizar la máquina en mi piel, mientras mostraba algo difícil de distinguir en la pantalla del monitor.

—Es un bebé muy saludable—comentó el doctor—su desarrollo es normal—hizo un contorno en la pantalla con sus dedos, y entonces, pude distinguir bien la forma de mi bebé.

—Es tan pequeño—dije, y mi corazón latía rápido.

—Tenían razón, se trata de un varón—dijo el doctor, contento—Todo parece indicar que tendrás un embarazo tranquilo. Solo necesitas hacer reposo, y caminar un poco, te será saludable. Ir desde tu casa a la universidad será suficiente, pero mantener un trabajo sería demasiado.

—No se preocupe, doctor, la universidad nos proporciona techo y comida, y nuestros padres nos ayudan todos los meses—comentó Adrien.

—Perfecto... ¿quieren escuchar su corazón?

—¡Sí!—dijimos mi esposo y yo, al unísono.

Comenzaron a soñar unos latidos que alegraban mi corazón. Era la primera vez que escuchaba latir el corazón de mi hijo, y mis ojos se humedecieron por la felicidad. Sentía como Adrien apretaba mi mano con fuerza, y sus ojos también estaban humedecidos. Ambos amábamos demasiado a nuestro hijo, y nos hacía demasiado felices escuchar su corazón latiendo, y saber que estaría bien.

—¿Cuántas copias quieren de cada foto, y del audio?—nos preguntó el doctor.

—Tres—dijimos, otra vez, al unísono.

—Veo que son una pareja muy armónica, es bueno que logren ponerse de acuerdo—nos dijo—Por hoy, hemos terminado, y en resumen, serán padres de un fuerte y saludable varón.

—Gracias, doctor.

—Quiero verlos una vez al mes, para vigilar de cerca el desarrollo de nuestro pequeño amigo. En la recepción les entregarán los audios, y las fotos, y les darán una cita para el siguiente mes.

—Gracias.

El doctor salió, y yo limpié mi vientre con la toallita que me habían dejado. Adrien besó mi frente, me abrazó, y salimos hacia la recepción, tomados de la mano. Recibimos los CDs, y los sobres, y agendamos la cita médica para dentro de un mes, para luego, volver a casa.

Era imposible saber cuántas veces Emilie y Natalie reprodujeron el audio con los latidos del pequeño corazoncito de su nieto, o cuántas veces miraron las fotos en sus sobres, hasta que regresaron a la mansión.

Adrien y yo habíamos acordado que el siguiente fin de semana le contaríamos a mis padres, invitándoles a cenar, y a quedarse todo el fin de semana. Yo solo rogaba porque se lo tomaran bien, y porque se enamoraran de su nieto tanto como lo estaban Emilie y Natalie.

Cuatro días después...

Era viernes en la tarde, y todo estaba listo para recibir a mis padres para cenar. Adrien y yo habíamos asistido a clases en la mañana, pero nos había dado tiempo perfectamente para llegar al apartamento, y preparar una deliciosa cena para nuestros invitados. La mesa estaba lista cuando sonó el timbre, y yo tragué duro.

—Todo estará bien, ellos entenderán—me dijo mi esposo, mientras depositaba un beso en mi sien, y me abrazaba—Te aman, y amarán a Huguito, también.

Sentí un escalofrío al escucharlo llamar a nuestro hijo con un nombre, y es que ya sabíamos que era un varón, y habíamos acordado llamarlo Hugo, si así era. Sonreí levemente, y besé su mejilla.

—Seguro que sí—dije, y respiré hondo—Hagámoslos pasar.

Adrien tomó mi mano, y caminamos hacia la puerta, para luego, abrirla. Mis padres nos saludaron con mucho cariño, y un cálido abrazo.

[2] En las Sombras de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora