[2] En las Sombras de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]

Capítulo 42

Marinette:
Las palabras de Adrien me dolían porque estaban llenas de verdad, pero sabía que debía escucharlas, él debía sacar lo suyo, y yo... debía seguir el consejo de Alya, y sacar lo mío, no importa cuánto lloremos los dos.

—¿Por qué, Marinette?—preguntó, y rompió en llanto—¿Por qué mierda nos ibas a abandonar? ¿Eh?

—Yo... quise lo mejor para ustedes—dije, y todo en mí temblaba.

—¿Lo mejor para nosotros? ¿Vivir en una dolorosa mentira era lo mejor para nosotros?

—Me equivoqué, ahora lo sé—dije, y me vi obligada a jalar mi cabello por la ansiedad—debí escribirles una carta a cada uno de ustedes, y solo... morir, dejarles saber que había muerto, y que eran libres de mí.

—¿En qué puto idioma te explico que si te mueres, me muero contigo? ¿Eh? ¿Cómo hago para que entiendas que solo me quedaría por Hugo, y que mi vida fuera de ser padre se habría acabado? ¿CÓMO, MARINETTE?—gritó, y había lágrimas en sus ojos.

—Yo soy una carga—dije, y rompí a llorar—en realidad no quiero morir, pero a veces siento que es lo mejor para ustedes... que yo desaparezca.

—No es lo mejor, jamás será lo mejor que desaparezcas... eres importante para nosotros, te amamos, y no estaríamos aquí luchando por tu recuperación si no fuera así... no dejes que nuestra lucha sea en vano.

—No tengo fuerzas, Adrien...

—Por favor, una batalla a la vez.

—Estoy cansada de perder batallas.

—Hasta que ganes una.

—Y ahí vas de nuevo con tu puto optimismo de mierda.

—Marinette...

—¿QUÉ? ¿MARINETTE QUÉ? ¿QUÉ COJONES ME VAS A DECIR? ¿Acaso a ti te obligaron a irte encontra de tu voluntad? ¿Eh? ¿Te amarraron a una cama? ¿Te dijeron las cosas más asquerosas del mundo? ¿Te rasgaron la ropa hasta dejarte en cueros? ¿Usaron tus pechos como juguete de manos y lengua? ¿Te lamieron y chuparon todo el puto cuerpo? ¿Acaso te metieron los dedos en contra de tu voluntad? ¿TE PENETRARON UNA Y OTRA VEZ SIN TU CONSENTIMIENTO?

—Eso—dijo, y no pude distinguir lo que él estaba sintiendo en ese momento...

Sentía rabia, mucha rabia, impotencia, sentía que estaba viviendo todo aquello otra vez, pero de alguna forma, ya no lo sentía atorado en mi pecho, ahora estaba en mi garganta.

Quizás, Alya y Kagami tenían razón, y debía sacarlo. Lo sentía en mi garganta, y no lo dejaría volver a mi pecho.

Aquí y ahora saldría toda esta mierda de mí, era el momento justo de restregar mi herida con alcohol, para poder anestesiarla luego, en lo que el antibiótico, o sea, la terapia, hacían su trabajo.

—Así pasó—dije llorando, y vi lágrimas en sus ojos—me hizo todo eso... y me dolió mucho... me golpeó, mientras me violaba... lo siento si te lastima...

—Di lo que tengas que decir—me dijo, y se le notaba el nudo en la garganta—Necesitas sacarlo, y yo necesito escucharlo... quiero sentir lo que sientes, entenderte... ¡Joder! Quiero estar contigo en esto, acompañarte en el proceso—se acercó a mí—Estoy contigo en el fondo, y quiero subir, pero solo lo haré detrás de ti, para poder atraparte si te caes de nuevo...

—Mi amor...—dije, y mi llanto se intensificó—Te amo tanto, tanto... he cometido los peores errores en nombre de este amor que te tengo... y estaba equivocada. Estaba enfocada en no lastimarte, y en reparar los daños que te hacía, y me frustré al ver que no podía... sin darme cuenta de que debía repararme a mí misma, antes de intentar repararte...