Capítulo 20

334 17 5
                                    

Narrador:
El corazón de Marinette saltaba de gozo, y por más que su mente intentaba razonar, poco le importaba la poca lógica de lo que estaba ocurriendo, solo sabía que su bebé estaba con ella, que jamás la había abandonado, y estaba enamorada de esa realidad.

Adrien, por su parte, abrazó con fuerza a su esposa, mientras acariciaba suavemente su vientre. Se dedicó a sentir como su bebé pateaba dentro del vientre de su esposa, y es que él sentía todo lo que ella sentía, y en estos momentos, tanto su corazón, como él de su mujer, y él de su hijo, saltaban de gozo al saber que su familia había sido reunida una vez más.

—Tengo en mis manos dos expedientes—dijo el médico—Uno es falso, y es el que verá el mundo, al menos, hasta que el bebé nazca. El otro, es el verdadero. Prefiero mantenerlo aquí, en su casa, para evitar una filtración de información.

—¿Usted siempre supo todo esto?—preguntó Marinette, un poco disgustada al recordar todo el sufrimiento de los últimos diez días, sufrimiento que sintió su bebé, y pudo haberlo lastimado, sufrimiento que pudo haber sido evitado con la ausencia de las mentiras, y la presencia de la verdad.

—No—contestó el médico—como dije, me enteré a noche, y a penas leí todo esto, lo llamé, señor Agreste, para adelantar la cita. Ustedes necesitaban saber la verdad cuanto antes, por el bien de su hijo. Leí los expedientes tarde, ya que mi compañero, y amigo, me pidió que no lo hiciera, hasta recibir una llamada suya, confirmando que estaba a salvo, en otro país.

—Entonces, eso quiere decir que su amiguito supo todo desde un inicio, y nos mintió—gruñó el rubio.

—No tuvo opción—dijo el médico.

—Siempre hay opción—gruñó Marinette.

—Número uno: debe mantenerse tranquila, por el bien de su embarazo, que ya es un milagro lo suficientemente grande que su bebé siga con vida, después de todo lo que el señor Baker les ha hecho pasar. Número dos, y hablando del desgraciado de Baker...

—¡Por supuesto que fue Ethan!—gruñó la chica—¿Quién más podía ser responsable de semejante mentira?

—Baker amenazó a mi colega—explicó el doctor—dijo que si no le practicaba un aborto a usted, lo hundiría, y de cierto modo, es culpa de mí colega. Él aceptó múltiples sobornos de Ethan, para que le practicara abortos a chicas que había dejado embarazadas, abortos ilegales.

—¡Es un monstruo!—gruñó Marinette, y escondió su cabeza en el pecho de Adrien.

—Había una clara diferencia entre esas chicas y usted... ellas no deseaban ser madres, y Ethan era el padre de todos esos bebés, con más de tres meses de gestación, pero usted sí deseaba tenerlo. Mi colega vio que era un embarazo deseado por ambos padres, y sintió que Baker no tenía derecho a decidir sobre un hijo que no era suyo, pero al no aceptar su soborno, Baker lo amenazó.

—Típico de Ethan—comentó el rubio, asqueado, mientras sobaba la espalda de su esposa.

—Mi amiga ya estaba harto de Baker, y estaba planeando irse en los siguientes cinco días, y lo hizo. Me dejó a cargo de los expedientes...

—¡Espera!—dijo el rubio, cayendo en cuenta de un factor muy importante en su nueva realidad—Marinette ha estado tomando medicaciones, desde que salió del hospital.

—Son vitaminas y suplementos prenatales—interrumpió el doctor—solo que el frasco dice nombres de antibióticos. Mi colega les dio instrucciones, medicaciones, y una dieta para cuidar su embarazo de alto riesgo, el cual, es el diagnóstico real, pero les dijo que los cuidados especiales eran por otra cosa, ¿cierto?

[2] En las Sombras de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora