Marinette:
Adrien volvió a besar mis labios, pero esta vez, con desenfreno, con lujuria, con un apetito voraz. Yo le seguí su ritmo, mientras sentía como rozaba nuestras intimidades con desesperación. Lo conocía, y sabía que si seguía así, terminaría pronto, así que lo detuve. Tenía un antojo en específico, solo uno...—Cariño, para, para—dije, tratando de recuperar mi aliento—Adrien, detente, por favor.
Él me obedeció, y me observó, confundido, y había miedo en sus ojos.
—¿T-te hice daño?—tartamudearon sus labios—¿Fui brusco? ¿Te duele algo? ¿Quieres que llame al doctor? ¡Joder! Perdóname.
Estaba casi a punto de llorar, y vi como el bulto que sobresalía, en su pijama se iba haciendo cada vez más pequeño. Él me había malentendido, y sentí la necesidad de aclararme, y dejarle saber la verdad.
—No, tranquilo, no me siento mal, ni me lastimaste, ni nada—le dije—Solo... no quería que acabaras... tan rápido.
—¿Lo dices en serio, o solo para que no me sienta mal?
—No jugaría con la vida de nuestro bebé. En todo caso, perdóname tú a mí por la forma en la que te lo dije... somos un desastre—dije, y me reí—Cuando más ganas tenemos, es cuando más la cagamos. ¡Qué matapasiones!
—Somos un perfecto, y hermoso desastre, pero eso sí, con mucho, mucho, mucho amor—dijo, y besó mis labios.
—¡Adrien!—lo regañé.
—¿Qué hice ahora?—bromeó.
—Tengo... un antojo.
—Voy a la cocina, dime qué quieres que te traiga.
—No es de comer algo... bueno, sí, pero no es comestible comestible, sino... ¡joder! ¡Qué difícil de explicar!
—Quizás, sí dejaras de darle vueltas...
—¡Que quiero chupártela, joder!—dije, y mis manos cubrieron mi rostro, al darme cuenta de la barbaridad que había dicho.
—¿Que me quieres hacer una mamada?—me provocó, por algún motivo, adoraba la forma en la que yo aún me ponía nerviosa, a veces—Lo hubieras dicho antes, Bogaboo.
Sentí que se movió de encima de mí, y yo descubrí mi rostro para ver a dónde estaba yendo. Lo vi sentado en la orilla de la cama, y su erección sobresalía de sus bóxers.
Yo solo me levanté, y me arrodillé frente a él, mientras lo observaba desde abajo, y sonreía como un cabrón. A alguien le encanta que se lo chupe. Pensé, y me reí, mientras ladeaba mi cabeza, y retiraba sus pantalones.
—Levanta tu sexy trasero—le ordené, y él me obedeció, facilitándome despojarlo de toda su ropa.
Subí por unos instantes, y besé sus labios, un momento, para luego, besar su cuello, y dejar chupones a mi paso por aquella área, y luego en su pecho, y abdomen, hasta que, finalmente, llegué hasta mi objetivo.
Tomé su miembro entre mis manos, y comencé a acariciarlo, desde arriba hacia abajo, y cada jadeo que salía de su boca me motivaba mucho más a reír.
Comencé a lamer la punta, y lo escuché gemir mi nombre. Dejé besos y chupones alrededor de toda la estructura, hasta que decidí meterlo todo en mi boca.
Movía mi cabeza, haciendo que su pene entrara y saliera de mi boca, y chupaba con muchas ganas, alimentadas por sus gemidos. Vi que sus puños estaban aferrados a las sábanas, y su cabeza se había echado hacia atrás.
—Ahh... Ma... Marinette... ¡joder!
Chupé más rápido, y con mucha más fuerza, mientras me ayudaba con mis manos. Adrien tomó mi cabello, y comenzó a mover mi cabeza, a su ritmo.
ESTÁS LEYENDO
[2] En las Sombras de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]
FanfictionNO LEER SI no has leído la precuela: "Bajo las Luces de París" SEGUNDO LIBRO de la saga. Adrien y Marinette habían iniciado una nueva etapa en sus vidas, causando la envidia de algunos, pero una noticia inesperada cambiará sus vidas por completo, y...