Capítulo 5

439 15 17
                                    

Marinette:
Mi sangre comenzó a hervir, jamás me había sentido tan furiosa... ¿acaso era el instinto maternal despertándose en mí?

—¡BASTA!—Grité, y mis ojos estaban humedecidos—Mi bebé no te ha hecho nada, Ethan.

—Pero su padre sí.

—¡Adrien tampoco te ha hecho nada, mierda!—Grité, y no pude evitar que se me escaparan algunas lágrimas—Fui yo quien te jodió hace años, y sabes perfectamente que lo merecías.

—No merecía lo que me hiciste... te consolé cuando este idiota te botó como si fueras basura—se hizo el inocente.

—Sabes perfectamente que me dejó para protegerme de que arruinaras mi reputación, y cualquier posible futuro laboral para mí.

—Oh, pero te hubiese abierto camino en la industria porno—Se burló Lila.

¡Qué asco! ¿Yo, una actriz porno? ¿Andar teniendo sexo con quien fuera? No me veía en eso porque no era ese tipo de mujer. Solo había estado con un hombre en mi vida, y no necesitaba probar a ningún otro para saber que quería acostarme solo con mi esposo por el resto de mi vida.

—El que calla, otorga, Agreste—Dijo Ethan—Parece que tu querida esposa quiere probar a otros hombres.

—Buen intento, imbécil—Respondió Adrien, pero no le escuché muy seguro al respecto—Si ella se quedó callada, es porque el insulto de esta zorra la dejó en shook.

—Suelo tener ese efecto en las personas—Cantó Lila su victoria.

—Cada ladrón juzga por su condición, Lila—Dije, finalmente—Y a la que le encanta andar acostándose con media universidad es a ti. Los chicos no son precisamente reservados, querida. Me acusas de zorra, cuando aquí no hay zorra mayor que tú.

—No te acuso de zorra, te acuso de mal cogida—Intervino Lila.

Cerré mi puño, y apreté mis dientes. Trataba de contenerme para no golpearla porque sabía que eso iniciaría una pelea entre nosotras. A esa chica no le importaría golpearme, estando embarazada, es más, creo que golpearía mi vientre, a propósito, para que yo perdiera mi bebé.

—Yo que tú, me deshago de ese bastardo, e intento probar a otros chicos, así aprendería lo que me gusta—Dijo Ethan.

¿Cómo se atrevía a siquiera sugerir semejante cosa? Quería matarlo. Llevé mi mano hasta mi vientre, y agarré la tela de mi blusa en mi puño cerrado, tratando de evitar una confrontación física.

—Mari, vámonos a casa—Me dijo Adrien, quien también estaba controlando su ira, se notaba en su voz—Te prepararé un té de jengibre, y dormiremos un rato, ¿te parece?

—Sí, amor—dije, intentando respirar.

—Eso es lo único que sabes hacer, Agreste, aburrirla tanto, hasta que se duerma—Dijo Ethan, y sentí como Adrien comenzó a respirar pesado, cuando vi un akuma volar hacia nosotros.

—¡Cuidado!—Dije, y empujé a Adrien, haciendo que el akuma entrara en mi bolso—¡AGHHH!—Me quejé, mientras trataba de resistirme ante el control de Sphinx.

—No eras la víctima que tenía prevista, pero funcionarás—Me dijo una voz femenina que me resultaba demasiado familiar, pero debido a la magia de su Miraculous, no podía reconocerla—Te otorgaré el poder de controlar a todos, y que hagan lo que tú digas, incluso, ofrecerte una disculpa pública, a cambio, me traerás...

—¡NO TE DARÉ NADA!—Grité—Ni siquiera eres Sphinx, eres su perra faldera.

—Mari, resiste, amor—Me dijo la voz de Adrien, la cual, sonaba distorsionada en mis oídos—Piensa en nosotros, en tus padres, en nuestro bebé, por favor.

[2] En las Sombras de París [Miraculous Ladybug & ChatNoir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora