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Pese a que Yuuri aun podía percibir el aroma de Viktor entre las sábanas de su cama, eso no fue suficiente para mantener el sueño presente. La ausencia del calor corporal de su Alfa fue lo único que necesito para dejar de estar entre los brazos de Morfeo y regresar a la realidad.

No sabía en qué momento se había quedado solo en la cama, con solo el aroma de Viktor inundando toda la habitación y brindándole algo de paz, más lo que más deseaba era tenerlo cerca, abrazándolo y manteniendo a raya todas sus dudas y miedos.

Quizá se estaba volviendo muy dependiente de la presencia del peliplata, de todos sus mimos y palabras bonitas, ¿pero podían culparlo?

Se paro de la cama, solo un pantalón holgado sobre su persona, y camino hacia el baño, donde el espejo le recordó lo qué pasó hace solo unas cuantas horas atrás.

Las marcas de clientes en varias zonas de su cuerpo, las pequeñas zonas enrojecidas donde Viktor había succionado con determinación para dejar una marca, una señal de su presencia. Yuuri casi podía sentir el toque de sus manos recorrer cada parte de su ser como si fuera lo más frágil del mundo.

Dejo de mirar su reflejo cuando los recuerdos pecaminosos empezaron a despertar su deseo. Era imposible negar que una parte de si, una que era más lujuriosa, despertó con fuerza desde que fue marcado como era debido.

Por un lado, lo asustaba. Había creído que el deseo que surgía durante el celo no era normal, pero si lo comparaba con lo que sentía en estos días, quizá era más normal de lo que creía.

—Es adictivo...

Recordó las caricias de la noche anterior, cada una de ellas siendo justo lo que necesitaba para olvidar el dolor en su corazón, aquel que seguía sufriendo por una traición. Algo que olvidaba con la pura presencia de Viktor.

Mojo su cara con agua fría, tratando de apagar el deseo que volvía a surgir. No podía ser normal desear tanto a alguien... ¿o sí?

—Tengo que hablarlo con alguien.

¿Pero quién era el indicado para este tipo de charla?

Pensó en el rubio, quien sería directo con su respuesta, pero existía la posibilidad de que hablar sobre lo mucho que deseaba a Viktor fuera a resultar vergonzoso. O peor aún, que Yuri terminara odiándolo por generarle un trauma.

"No, gracias. Quiero vivir."

Sara parecía una buena idea, pero luego no podría mirarla a los ojos.

Ni que decir si se atrevía a preguntarle a Delia.

Entre más lo pensaba, más peros encontraba en cada persona que le pasaba por la mente. Estaba desesperado por una respuesta, pero ¿por qué dudaba tanto?

Yuuri era consciente de que había ciertos temas de los que no tenía ni idea, pero jamás creyó que el desconocer de ellos fuera tan abrumador.

Aún recordaba con claridad la cara de sorpresa de Lucas ante su pregunta sobre cómo era el ritual para marcar a alguien. Le explico con tranquilidad y paciencia de que consistía, aclarando sus dudas con una sonrisa, asegurándose de que entendiera lo que realmente implicaba realizar aquella unión.

Obvio era que se le olvido preguntar que pasaba después.

Pero pese a la pequeña sonrisa de Lucas, que de cierta manera buscaba confortarlo, Yuuri noto la tristeza en sus ojos. En el momento no comprendió el porqué de aquella mirada, pero ahora, que las preguntas inundaban su mente y no lo dejaban estar tranquilo, supo el porqué.

Desconocer parte de ti era frustrante y agotador.

Sin desear pensar en otra cosa, se metió a bañar. El sonido del agua caer era más reconfortante que el gritar de sus pensamientos.

Besos de Hielo - Omegaverse - ViktuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora