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El camino se había hecho visible en cuestión de minutos. Yuuri sentía el aire en su rostro con forme Viktor avanzaba junto con la manada. Se movían en sincronía, manteniendo la misma distancia uno de otro, atentos a su alrededor, pero sin quitar la vista del frente.

Era la primera vez que veía algo así. Jamás había corrido junto con su manada, si es que podía llamarla así, los únicos que tenían permitido salir y explorar a fondo el bosque eran los Alfas, mientras que los Omegas y los muy escasos Betas que había solo podían alejarse unos cuantos metros de la manada.

Sacudió la cabeza, tratando de alejar sus pensamientos. Ya no quería recordar nada de esa vida, quería dejarla desaparecer en el olvido. En su lugar, deseaba correr junto a su nueva manada y poder experimentar el confiar en quienes te rodeaban.

Acercó más su rostro al lomo del peliplata, sintiendo sus músculos contraerse con cada movimiento. Aunque deseara estar corriendo junto a los demás, no iba a negar que estar cerca del Alfa era mucho mejor. Su corazón latía desenfrenado y solo deseaba que el peliplata no pudiera escucharlo, o de lo contrario no podría verlo a la cara sin sonrojarse.

Pero su conciencia no le daría ni un segundo de descanso. El sentimiento de culpa se instaló en su pecho. ¿Cómo era capaz de desear quedarse a su lado cuando le había mentido? Era demasiado egoísta de su parte, pero el miedo podía más. Ya no quería estar solo y el solo pensar en que podrían abandonarlo era demasiado.

Viktor empezó a disminuir la velocidad al igual que el resto, lo que el Omega aprovecho para volver a sentarse derecho y observar a su alrededor. No es que el paisaje cambiara en algo, pero era una zona en la que nunca había estado antes.

"Haremos una breve parada."

Lucas avanzó hasta estar al lado del peliplata, observando al azabache con detenimiento.

"¿Yuuri desayuno?"

"No lo sé." Contestó el Alfa apenado. Había tenido que despertarse muy temprano para contarle lo sucedido al pelirrojo antes de que partieran a la Capital, por lo que solo había visto al Omega por breves minutos antes de salir.

"Llévalo con Elora. Aún nos faltan cinco horas de viaje, si no come nada podría enfermarse."

Se alejó de ahí, sus orejas firmes y atentas a cualquier ruido sospechoso. Se encontraba inquieto, preocupado de que el cualquier momento los atacaran. Aunque los secuestros aún no estaban tan al sur, eso no quitaba la posibilidad de que fueran emboscados con forme se acercaran a la Capital.

"¿Cómo va todo?" Pregunto en cuanto llego junto a Otabek.

"Todo tranquilo."

"¿Nada de qué preocuparnos?"

"El bosque está más silencioso de lo normal. Podría no ser nada, pero estaremos atentos a cualquier cambio."

"Mantenme informado."

Se alejó un par de metros del grupo, respirando el aire invernal y dejando salir todo el aire que había mantenido en los pulmones desde que habían abandonado su hogar. Deseaba poder regresar y mirar a sus hijos mientras dormían o cuando sonreían por escuchar su voz, o incluso mirar a su linda Omega acurrucarlos entre sus brazos. De haber sido cualquier otro asunto, habría mandado a un representante en su lugar y él se hubiera quedado a cuidar de su familia, pero el tema a tratar era demasiado delicado. Tanto así que tenía prohibido faltar.

"¿Todo bien?"

Lucas giró las orejas en dirección a donde provenía la voz, ubicando a Viktor detrás suyo.

Besos de Hielo - Omegaverse - ViktuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora