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— ¿Yuuri?

El silencio que predominaba en la que ahora era la casa de Yuuri inquietó a Viktor. ¿Y si Yuuri jamás regreso? Subió las escaleras que lo llevarían hasta la habitación del Omega, donde la esencia de este inundó sus fosas nasales apenas abrió ligeramente la puerta. Sin embargo, se encontraba inquieto. Y el ver a su adorado Omega enrollado entre las sábanas, no ayudaba a tranquilizarlo.

— ¿Yuuri?

Se acercó lo suficiente como para poder ver su cara, pero está también está cubierta por una de las sabanas. Lentamente empezó a levantarla, encontrándose con la cara de Yuuri llena de tristeza, ojos hinchados y lágrimas bajando por sus mejillas. ¿Por que estaba llorando?

Limpio algunas lágrimas de sus mejillas, ocasionando una reacción por parte del azabache quien, al verlo, volvió a cubrir su cara. No quería que Viktor lo viera así. El peliplata podía sentir como el cuerpo de Yuuri estaba temblando a causa del llanto y le dolía verlo así.

Yuuri apretaba las sabanas como si fueran un bote salvavidas al cual se aferraba con desesperación. Esto estaba mal. Ya había aprendido a suprimir sus emociones para siempre mantenerlas a raya, pero poco a poco su resistencia estaba desapareciendo, dejándolo vulnerable ante sus emociones. Frente a ellas era un cachorro que no podía defenderse.

Escuchaba vagamente a Viktor moverse de aquí para allá y no podía negar que le mataba la curiosidad por saber que estaba haciendo, pero no quería que viera su cara llena de lágrimas, o sus ojos hinchados. Simplemente no quería que lo viera tan vulnerable.

La sabana sobre su cara desapareció y pronto sintió algo húmedo recorrer sus mejillas, y no eran sus lágrimas. Giró si cabeza, encontrándose con los ojos lobunos de Viktor mirándolo intensamente. Estaba agazapado en la otra mitad de la cama, esperando pacientemente a que el Omega dijera algo o que saltara de la cama completamente sonrojado. Sin embargo, lo que llego fue inesperado para el Alfa. Yuuri se había acurrucado cerca de él, agarrando su pelaje con las manos y ocultando su cara en el mismo. Viktor continuó limpiando sus lágrimas con la lengua, transmitiéndole paz. Casi podía escuchar la voz de Viktor diciéndole "todo va a estar bien."

—Viktor —susurró llamando su atención—. Gracias.

El lobo no entendía el porqué de ese agradecimiento, pero no podía pedirle al Omega una explicación. No podía entenderlo cuando estaba en esa forma, pero de momento, estaba bien. Quería consolar a su querido Yuuri, tranquilizar ese huracán de emociones. Aunque no supiera que lo causaba.

"Todo va a estar bien."

Los pequeños copos de nieve caían sobre la nariz del azabache mientras este miraba el cielo

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Los pequeños copos de nieve caían sobre la nariz del azabache mientras este miraba el cielo. Sus orejas atentas a cualquier sonido extraño que surgiera a su alrededor. Continuó su camino, dejándose llevar por su olfato, el cual lo llevaba por el bosque en busca del origen de ese olor tan dulce que percibía. Su corazón se aceleraba con forme esa esencia se volvía más fuerte, su cola moviéndose con alegría ante la expectativa.

Besos de Hielo - Omegaverse - ViktuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora