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—¿Por qué no lo llevas con los niños? —pregunto Sara al darse cuenta de las dificultades de Yuuri para elegir—. Es un buen lugar para empezar.

—Eso no es justo —se quejó Alena—. Mejor llévalo a la biblioteca, es un lugar más tranquilo.

—Tú lo que quieres es un reemplazo para no hacer nada —dijo Georgi riendo, a lo que la Beta se sonrojó ligeramente.

—Deja de delatarme —finalizó dándole un golpe con su codo en el estómago, antes de agarrar sus platos e irse del comedor.

—Ya la hiciste enojar —comentó Chris viendo cómo la chica desaparecía detrás de las puertas—. Otra vez.

—Ya se le pasará —dijo Georgi como si nada antes de proseguir con su desayuno.

—No hasta que hables con ella —añadió Emil, logrando que el Alfa soltara un ligero gruñido, para segundos después seguir a la chica—. Siempre funciona.

Unas cuantas risas se escucharon por la mesa, las cuales desaparecieron tan pronto como llegaron.

—Al menos lo ayuda a distraerse —comentó Phichit al tiempo que terminaba con su desayuno.

—¿Qué quieres decir?

—Georgi estuvo en una relación hace poco, pero la tipa está lo dejo por un lobo sarnoso —respondió Mila con una mano en puño y llamas a punto de salir de sus ojos.

—Tranquilízate y termina de desayunar.

Sara obligó a sentarse otra vez a la pelirroja, quien se había levantado de su asiento en cuento había mencionado a la ex de su amigo. Yuuri encontraba adorable ver cómo se preocupaban unos por otros, en especial Mila. Aún recordaba las veces que había regañado a Viktor por creer que le había hecho algo.

Poco a poco se empezaron a retirar de la mesa, quedando solo Yuuri y Phichit.

—¿Ya decidiste a dónde ir?

—Me gustaría ir con Sara.

—Entonces será mejor que nos pongamos en marcha —comento emocionado.

Se levantaron de la mesa y empezaron a caminar en dirección a la guardería, no sin antes dejar los platos en la cocina. Durante el camino, Phichit iba mostrándole las fotos de los demás, incluso las de Viktor en su etapa adolescente, con su cabello largo. Lo que más lo había hecho sonrojar había sido una foto suya en el perfil del peliplata, en la que se encontraba dormido y Viktor estaba a lado suyo sin playera.

 Lo que más lo había hecho sonrojar había sido una foto suya en el perfil del peliplata, en la que se encontraba dormido y Viktor estaba a lado suyo sin playera

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—Hemos llegado —dijo el pelinegro deteniéndose enfrente de una puerta de madera, una enorme sonrisa en su rostro—. Un pequeño aviso antes de entrar, hay ciertos pequeños que son algo difíciles de controlar, no te tomes nada personal.

—Estaré bien.

La puerta se abrió y el Omega se encontró con un gran número de infantes. Era obvio a simple vista que no todos tenían la misma edad, los más grandes ayudaban a cuidar a los pequeños y estos se encargaban de dejar un desastre por donde pasaran.

Besos de Hielo - Omegaverse - ViktuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora