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El sol aún no se hacía presente cuando Yuuri dejó de sentir el peso de su pareja en la cama, de igual manera el calor que está irradiaba. Se giró lentamente, tratando de no enredarse en las sabanas más de lo necesario. Viktor se encontraba frente al armario buscando un conjunto de ropa, el azabache observaba los músculos de su espalda moverse, algo que lo hubiera tentado a salir de la cama para recorrerlos con sus dedos, de no ser porque el sueño aún lo abrazaba con fuerza.

—¿Te vas tan temprano? —susurro abrazando la almohada que Viktor había usado minutos antes.

Viktor se giró sorprendido, no esperando ver al Omega despierto tan temprano. Se acercó a la cama, sonriendo levemente mientras se sentaba y movía algunos de los mechones azabaches con delicadeza.

—Tengo que arreglar unas cosas con Lucas, ¿por qué no vuelves a dormir?

—No puedo si... si tú no estás.

El peliplata sonrió con ternura mientras acercaba aún más al Omega, al menos hasta donde le permitía la almohada. Continuó haciéndole mimos y susurrándole varias cosas hasta que el sueño finalmente venció. Le dio un pequeño beso en la frente antes de terminar de arreglarse e ir a buscar a Lucas.

Yuuri se despertó una hora después. Se estiró perezosamente en la cama antes de sentarse, frotando ligeramente sus ojos para no quedarse dormido. Pudo notar a través de la ventana que el sol aún no había salido, pero el cielo ya empezaba a aclararse.

Se levantó y procedió a arreglarse, quedándose unos minutos frente al espejo observando la marca que Viktor le había dejado. Pasó uno de sus dedos por encima, frunciendo el ceño ante la ligera punzada de dolor que esto provocó. La zona aún estaba bastante sensible, pues aún no terminaba de sanar, algo que era claramente visible al tener un tono rojizo. Pese a que estaba acostumbrado a soportar el dolor, este era diferente, pues era un recuerdo de lo que había hecho y no podía evitar sonrojarse al respecto.

Salió de la habitación una vez terminó de alistarse, dirigiéndose al comedor en la espera de encontrar a Viktor, lo cual no pasó. El resto estaba ahí, pero ni Lucas ni Viktor estaban presentes.

—Buenos días Yuuri —habló Milena en cuento lo vio—. En un momento traerán el desayuno, pero te recomiendo que no comas mucho, puede ser pesado para el viaje.

Yuuri asintió con una pequeña sonrisa, ocupando el lugar que estaba al lado de Antón, obligándose a concentrarse en las conversaciones que se estaban llevando a cabo y no en la ubicación de cierto peliplata.

Yuuri asintió con una pequeña sonrisa, ocupando el lugar que estaba al lado de Antón, obligándose a concentrarse en las conversaciones que se estaban llevando a cabo y no en la ubicación de cierto peliplata

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—Y con esto todo está listo —comentó Viktor pasándole el último sobre a Lucas.

—Perfecto —respondió al tiempo que soltaba un suspiro en cuanto cerró la mochila—. Tendré mucho que hacer cuando regresemos.

—Lamentó haber aumentado tu carga de trabajo.

—Tu hermano se iba a unir tarde o temprano, al igual que Yuuri —comentó sin tomarle mucha importancia—. Además, así es más rápido para mi encargarme de que todo esté en orden. Matamos dos pájaros de un tiro.

Besos de Hielo - Omegaverse - ViktuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora